Inundaciones: acuerdo que abre expectativas
Los gobernadores de Córdoba y santa Fe dejaron a un lado los reproches verbales y acordaron que el delicado asunto era cuestión de Estado.
Hace poco menos de un mes, en esta misma columna, se sostuvo que era "tiempo de dejar las palabras y los reclamos" en el caso de las inundaciones que afectan al este de Córdoba y a buena parte de la provincia de Santa Fe. Se insistió que era el momento para que los acuerdos lleguen y las soluciones sean realidad para aliviar la penosa situación derivada del anegamiento de millones de hectáreas y las pérdidas productivas muy onerosas que están padeciendo los sufridos hombres de campo, lo que genera pocas perspectivas para el futuro inmediato.
En este marco, se apuntó también en aquella ocasión que "es lógico por un desnivel natural que los excedentes hídricos de Córdoba vayan hacia Santa Fe, pero no es bueno que se siga hablando todo el tiempo y no se concreten acciones que dejen de perjudicar a amplias regiones limítrofes de las dos provincias. En este marco, se impone con urgencia la reorganización de los comités de cuenca en todo el límite interprovincial, no sólo en el sur. Y también es hora de que los especialistas trabajen en el diseño de las soluciones de canalización definitivas para que las inundaciones dejen de ser la amenaza para el interior de las dos jurisdicciones".
Por fortuna, así parecieron entenderlo los gobernadores de las dos provincias. Dejaron a un lado los reproches verbales y acordaron que el delicado asunto era cuestión de Estado. Entonces, firmaron un documento en la ciudad de Santa Fe en la que las dos jurisdicciones se comprometen a llevar adelante un trabajo coordinado de control del desplazamiento de las enormes masas de agua causadas por las copiosas lluvias, así como para detectar la presencia de canales clandestinos, causantes -muchas veces- del agravamiento de los problemas existentes. Son casi un millar los canales detectados en Córdoba y, aunque menos, también existen en territorio santafesino, situación que no sucedería si la infraestructura de desagües fuese la adecuada.
Además, y esto importa mucho en esta región, decidieron constituir un comité interjurisdiccional para determinar los trabajos a realizar en la cuenca del canal Vila - Cululú, un añejo reclamo de los productores ubicados en el límite de las dos provincias. El noreste de nuestra provincia y los pueblos santafesinos ubicados en el centro oeste conocen la triste realidad de los últimos años, en donde los pedidos para que amplíe el canal y se concreten otras obras imprescindibles para el escurrimiento del agua chocaron con la indiferencia de los escritorios de ambas capitales.
En una reciente publicación, nuestro colega El Litoral de Santa Fe afirmó editorialmente que "el desafío exige respuestas inteligentes y globales. Por ese motivo, el hecho de que provincias como Córdoba y Santa Fe hayan resuelto fijar políticas consensuadas representa una señal alentadora". Sin dudas lo es, porque las palabras y los reproches quedaron a un lado y los acuerdos se suscribieron. Ahora es tiempo de expectativa renovada, de observar en el terreno el trabajo que figura en los papeles. No sólo porque existe el compromiso de llevarlas a cabo, sino porque la situación del campo regional ya no resiste más dilaciones.