“Hubo damas que cargaron el peso de la revolución en sus espaldas”
Damas que ayudaron a la revolución. Entrevistamos a María del Carmen Ferrero, del Centro de Estudios Históricos de San Francisco, quien destacó las acciones valerosas de las mujeres protagonistas de la gesta del 25 de Mayo.
El 25 de Mayo de 1810 se escribió con puño y sangre de hombres que pregonaron la libertad e igualdad enarboladas en la Revolución Francesa. Pero como dice el dicho popular, "detrás de todo gran hombre hay una gran mujer". Fueron hijas, esposas, madres y hermanas de hombres notables, integrantes de la élite criolla, que buscaban reformar el panorama político y social de la época.
VOZ MUJER dialogó con la profesora de historia María del Carmen Ferrero, presidente del Centro de Estudios Históricos de San Francisco, sobre aquellas damas que silenciosamente escribieron el futuro de la Argentina.
-Cuando se evoca el 25 de Mayo, las figuras que se nos vienen a la mente son la de French y Beruti repartiendo cintas o la de Cornelio Saavedra, titular de la Primera Junta. Todas masculinas. Pero, ¿qué rol tuvieron las esposas de estos u otros políticos o las mujeres que colaboraron en la gesta revolucionaria o participaron en la guerra por la emancipación?
Cuando pensamos en los acontecimientos del 25 de Mayo de 1810, los asociamos a sus protagonistas masculinos, sin embargo, y aunque se las haya dejado de lado, muchas mujeres formaron parte de ese proceso histórico, e influyeron con sus acciones y opiniones. Fue fundamental la actuación femenina, y desde antes de la Revolución. Ya durante las invasiones inglesas, la mujer mostró fuerza y pasión, como el caso de Manuela Pedraza, la "tucumanesa", que combatió al lado de su esposo, y al que vengó enfrentando al inglés que lo mató. Más tarde fue condecorada por su desempeño y se la recuerda como una de las referentes de la lucha de las mujeres.
- Pero su papel pareciera haber pasado desapercibido...
El papel de la mujer de esa época ha estado desvanecido, porque no era usual que participara en la política, ni era invitada a hacerlo, pero eso no significa que no influyera en las decisiones de sus maridos o de otros hombres. Ellas hablaban y opinaban en el hogar y en los salones.
- ¿Quines fueron las mujeres que ayudaron a la revolución?
Se pueden mencionar algunas mujeres que con su accionar contribuyeron a la gesta revolucionaria. Una de ellas es Mariquita Sánchez de Thompson, quien rompió con las convenciones de la época y se opuso a su padre casándose con Martín Thompson. Fue organizadora de reuniones donde asistían intelectuales, comerciantes y políticos nacionales y extranjeros. En su casa se interpretó por primera vez el Himno Nacional.
María Guadalupe Cuenca, esposa de Mariano Moreno, fue otra de las mujeres protragonistas de la época. Ella opinaba sobre la situación política, y sus cartas constituyen un valioso testimonio de su historia de amor y del momento político de Buenos Aires. Con mucha claridad opinaba al respecto.
Las mujeres de la familia de Hipólito Vieytes (comerciante de jabones), fueron vistas en la plaza de la Victoria, durante los sucesos de Mayo disfrazadas "probablemente" de varones.
La intervención de la mujer en la época de la declaración de la Independencia argentina tomó dimensión en figuras como Magdalena Dámasa Güemes conocida como "Macacha" Güemes, debido a su accionar para lograr la firma del Pacto de los Cerrillos, que le permitió al Congreso de Tucumán sesionar con tranquilidad. Era hermana del general Martín Miguel de Güemes, de quien se convirtió en su más estrecha colaboradora.
- Una referente de la lucha femenina de la época fue Juana Azurduy...
A Juana Azurduy se la considera como una de las mujeres que mejor expresó las luchas revolucionarias por la independencia. Peleó en el norte del país junto a su marido Manuel Ascensio Padilla, y descolló por sus dotes militares. Juana recorría los pueblos reclutando hombres y mujeres para la guerra, y por su heroísmo fue premiada con el grado de teniente coronel.
- ¿El aporte fue distinto según la clase social?
La historia muestra la contribución de las mujeres según su condición social. Las que pertenecían a la élite y eran anfitrionas en tertulias, donde se escuchaba música, y además se entablaban discusiones políticas. Se debe reconocer a las mujeres invisibles pertenecientes a los sectores populares y que también tuvieron participación en los acontecimientos, mujeres humildes que dieron lo que poseían como sus hogares y sus hombres.
A lo largo de las guerras de la independencia, hicieron aportes y donativos las cordobesas, las cuyanas, santiagueñas, correntinas y catamarqueñas, seres anónimos que no fueron asentados, porque era bastante frecuente que aparecieran en los registros los nombres de las personas acomodadas.
Unas y otras tuvieron un rol vital en cuanto a la obtención de recursos para sostener la lucha a través de donaciones, organización de actividades lucrativas, prestando su casa para reuniones, y en la realización de tareas de espionaje y correo.
"Fue a partir de los años 70 cuando el esfuerzo intelectual de una generación de historiadoras permitió una primera formulación teórica de lo que hoy conocemos como la historia de las mujeres, una disciplina nacida con la finalidad de rescatar un sujeto social subalterno, oculto y eludido en la historiografía existente".
Mariano Moreno visibilizó a mujeres y niños en las páginas de la Gaceta, como la esclava María Eusebia Segovia, quien con la licencia de su amo, donó un peso fuerte, y además se ofrecía como cocinera de las tropas. El pardo Santos González, de 10 años de edad, donó 4 reales, y así siguen otros ejemplos.
- ¿La historia y tienen una deuda con las mujeres de 1810?
En estas últimas décadas, la deuda se fue saldando. La historiografía tradicional había excluido a las mujeres de la historia universal. En un discurso histórico androcéntrico, las mujeres no existían y cuando aparecían, lo hacían como la excepción que confirma la regla. Fue a partir de los años setenta cuando el esfuerzo intelectual de una generación de historiadoras permitió una primera formulación teórica de lo que iba a ser la disciplina que hoy conocemos como la historia de las mujeres, una disciplina nacida con la finalidad de rescatar un sujeto social subalterno, oculto y eludido en la historiografía existente.
Hubo grandes mujeres en la causa revolucionaria. La "politización", en mayor o menor medida, alcanzó a muchas de ellas, ya sea en el seno de la familia y en las tertulias, como en los atrios de las iglesias y los mercados. Hubo damas que cargaron el peso de la revolución en sus espaldas, generalmente de manera anónima, las que cosieron uniformes y camisas de soldados, las que tuvieron que trabajar para mantener a sus familias porque sus maridos e hijos fueron enviados a los ejércitos. Algunas lucharon a la par de sus hombres, y otras, más visibles, rompieron los moldes de la época.
A través del tiempo, las mujeres construyeron su identidad mediante las relaciones familiares, la cultura, el trabajo, las actuaciones políticas y sociales. La mujer, silenciada de otras épocas, fue adquiriendo más protagonismo gracias a la educación y el acceso a la vida democrática, y ganando espacios que antes eran exclusivamente masculinos.