Frenar las hordas de motos
Lo de las motos es caótico desde hace mucho tiempo.Hay cuestiones de fondo vinculadas con la educación vial pero además debe haber acciones para intentar devolver algo de normalidad al tránsito.
"Lo de las motos ya es caótico" fue el título de una columna editorial que se publicó en el año 2008. Antes y después de ese texto, la preocupación periodística se explayó en numerosas ocasiones para advertir acerca de la conducta inadecuada y la falta de respeto a las normas de tránsito vigente que parece ser una condición permanente en grupos de jóvenes motociclistas que se reúnen los fines de semana para circular en grupo por las calles de la ciudad.
Enumerar las infracciones parece reiterativo. Pero se asume, nuevamente, como necesario: el casco inexistente, tres o más personas por vehículo, imprudencia evidente en la conducción -especialmente los fines de semana-, zigzagueo peligroso entre automóviles, circulación a velocidades excesivas que ponen en peligro vidas y bienes, caso omiso a la luz roja del semáforo en todas las esquinas y ocasiones, circulación por las veredas o a contramano, carencia de luces reglamentarias, escapes ruidosos que violan toda la normativa vigente y algunas actitudes agresivas forman parte -entre otras irregularidades- de las hordas de motos que se cuelan por las calles y avenidas de la ciudad.
En este contexto, se afirma que "mal de muchos, consuelo de tontos". Pero aun admitiendo la veracidad de esta sentencia, vale la pena repasar -en algunos casos- cómo otras poblaciones están afrontando problemas que en San Francisco se viven desde hace mucho tiempo. Leemos en nuestro colega Puntal de Río Cuarto que el problema de las bandas de motociclistas es también una realidad en aquella importante ciudad. Y que, para frenar "las hordas de motos, el municipio intensificará los operativos de fin de semana con la Policía de Córdoba, apelará a las cámaras de seguridad y además recurrirá a la Justicia en los casos que lo ameriten".
En el "Imperio del Sur", los operativos municipales en conjunto con la policía fueron la respuesta inicial a una demanda social que se venía acrecentando tras comprobarse que la inacción de los organismos oficiales competentes habilitaba a las hordas de motos a cometer todo tipo de infracciones. Y si bien parece ser una respuesta espasmódica frente al reclamo vecinal, la cuestión parece haber pasado a ser una prioridad, por lo que se anuncian más medidas que exceden el mero control callejero. Por ejemplo, el municipio de Río Cuarto firmó un convenio con el Ministerio de Seguridad de la provincia y está a la espera de la aprobación del protocolo por el uso de las cámaras. "Lo que nos va a permitir este convenio es que podamos acceder a esas imágenes, para analizarlas y hacer infracciones de tránsito", se indicó. Además, se ha propuesto la creación de un cuerpo especial de inspectores para atender esta problemática.
Quizás ni siquiera alcancen estas disposiciones para frenar las hordas de motos que se hacen presentes durante los fines de semana en especial. Hay cuestiones de fondo vinculadas con la educación vial que llevan más tiempo para ser efectivas, siempre y cuando se concreten. Pero lo que no se puede admitir es que no haya acciones para intentar devolver algo de normalidad al tránsito, controlando a estos grupos de motociclistas y aplicando las sanciones que corresponden frente a las evidentes infracciones que se cometen. Porque está claro que lo de las motos es caótico desde hace mucho tiempo.