Exigencia de infraestructura básica
El reclamo vecinal de contar con cordón cuneta viene desde hace mucho y revela una verdad casi incontrastable: en esta región todavía resta realizar un esfuerzo importante en infraestructura básica para mayor confort de una población creciente que exige al menos tener acceso a condiciones de vida mejores.
Según se informó en este medio, la municipalidad de Freyre está avanzando en la obra de construcción de cordones cuneta en varios puntos de esa localidad. La noticia señala que en esta ocasión, el foco está puesto en la calle Maipú, donde se están completando los trabajos comprendidos en la intersección entre Güemes (O) y Catamarca. Además, se indica que esta obra permitirá el escurrimiento de los excedentes hídricos hacia la subcuenca de calle Catamarca (que luego se trasladará al canal maestro central), lo que evitaría anegamientos con la consiguiente mejora en la calidad de vida de vecinos de un sector que sufrió las consecuencias de las inundaciones tiempo atrás.
El hecho revela la preocupación de un gobierno municipal por resolver un reclamo vecinal que viene desde hace mucho. Pero también revela que, a esta altura de los tiempos, son numerosas las poblaciones de la región que aún no tienen ejecutadas obras de infraestructura básica como el cordón cuneta, con las consecuencias negativas que esto implica para amplios sectores ubicados generalmente en las periferias de las localidades, que no reciben servicios de calidad y que sufren, por ejemplo, los efectos del clima que a veces hasta les impide salir de sus viviendas.
Sin mucho esfuerzo se puede comprender el problema que estos vecindarios padecen luego de cada lluvia. Además de los inconvenientes en el tránsito peatonal o vehicular, la proliferación de mosquitos -que allí encuentran un hábitat ideal para reproducirse- y la generación de potenciales focos infecciosos son circunstancias perfectamente observables en varios sitios de muchos barrios.
Es, entonces, una verdad casi incontrastable que en esta región todavía resta realizar un esfuerzo importante en infraestructura básica para mayor confort de una población creciente que exige al menos tener acceso a condiciones de vida mejores. Este tipo de obras son imprescindibles para que las calles de tierra no sean destruidas por las lluvias y las calzadas permanezcan en condiciones de transitabilidad. Pero además, el cordón cuneta entrega un nuevo paisaje urbano y acrecienta el valor de las propiedades, con lo que los vecinos se verán doblemente beneficiados.
Si bien parece obvio el razonamiento, el cordón cuneta permite asegurar de manera definitiva los límites de las calles, construir veredas permanentes y consolidar el escurrimiento de las aguas hacia los desagües, entre otros beneficios. Así podrá extenderse la vida útil de las calles de tierra que todavía existen en San Francisco y en prácticamente todas las poblaciones de la región. Asimismo, la existencia de veredas y la posibilidad de evitar acumulaciones de agua son elementos para nada desdeñables para la vida de miles de vecinos que viven en los barrios añejos y también en nuevos loteos ubicados en sectores alejados del centro de cada localidad.
Por todo ello, mientras se califica como plausible que en Freyre y otros pueblos se lleven a cabo trabajos de este tipo, no puede quedar olvidado el pedido para que se generalicen en todas las localidades porque se trata de una tarea central de cualquier gobierno local que se precie de procurar la generación de buenas condiciones de vida para sus habitantes.