Esterilizar palomas, la opción más viable para controlar la plaga
Hugo Paulini es un biólogo cordobés que motivado por la resolución aprobada semanas atrás en el Concejo Deliberante, donde se declaró a las palomas como plaga, analizó el texto y dio cuenta de la importancia de "realizar acciones efectivas para solucionar el problema de forma ética".
Semanas atrás, luego de la aprobación por parte del Concejo
Deliberante de una resolución donde se declaró plaga a las palomas, los ediles
coincidieron en instar al municipio a iniciar una campaña para el control de la
especie.
Lo sucedido fue motivo para el análisis del biólogo cordobés, Hugo Paulini, quien dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO y dio su parecer desde el área en que trabaja sobre el tema.
Las acciones para disminuir la población van desde métodos anticonceptivos, uso de químicos y hasta predación. Esta es una situación a la que se enfrentan varias localidades en el país y por eso Paulini, no solo tuvo en cuenta el detalle de las enfermedades que transmiten las palomas, sino también soluciones que se plantean frente a este problema.
Sobre la iniciativa el biólogo dijo: "Es una oportunidad para que San Francisco demuestre que puede tratar con los problemas de la fauna urbana de forma ética, un aspecto fundamental para la relación que tenemos con quienes nos rodean".
Asimismo, destacó que más allá del método "hace falta voluntad política para promover su continuidad si se espera que sea efectivo".
Desde su perspectiva, la esterilización es la forma más potable de llevarse a cabo, sobre este punto describió que "tiene como ventaja ser efectivo a mediano y largo plazo", además de "minimizar el efecto sobre las restantes poblaciones de aves y ser aplicable de manera relativamente económica".
-¿Qué análisis hace de la resolución del Concejo Deliberante?
Del texto de la resolución 315 se desprende primero la necesidad apremiante de obtener una solución a esta problemática, y a su vez, la escasez de recursos que se pueden dedicar a la misma. Esto genera una controversia a la hora de encontrar un método que sea a la vez efectivo, económico, ecológico y ético para con la fauna de la zona, por lo que el decir que una forma es más adecuada que otra es difícil desde este punto. Hay que tener en cuenta que todas las medidas tienen efectos colaterales, y por lo tanto, cualquiera sea la que se decida aplicar, debe estar respaldada por un exhaustivo estudio ambiental. Esto es necesario para que se evalúen las consecuencias de la intervención no solo en la población de palomas para evaluar su efectividad si no en aquellas que puedan ser afectadas como daño colateral.
-La utilización de animales predadores podría ser una solución: ¿cómo influye esto en el ecosistema?
Hay dos puntos a analizar, primero la viabilidad de controlar poblaciones de aves que causan problemas precisamente por la cantidad ingente en las que se presentan. Evidentemente el efecto de predación en sí, tendría pocas posibilidades de reducirlas, ya que haría falta una cantidad enorme de rapaces para influir en el tamaño de la población de palomas. El segundo punto es la legalidad de dicho método. Si bien la cetrería no está regulada, está prohibido el mantenimiento de fauna silvestre en la provincia de Córdoba por particulares, así que habría que evaluar también la posesión de los permisos adecuados por quien pretenda implementarlos. En este sistema de control no se apela a la liberación puntual de individuos, si no el uso de animales de cetrería. Hay que tener en cuenta de igual manera que ningún método que se utilice va a tener un efecto instantáneo sobre las poblaciones de palomas domésticas.
Las palomas volvieron a ser tema de discusión semanas atrás en el Concejo Deliberante
-Más allá de los permisos, introducir un animal predador para contrarrestar la presencia de la superpoblación de palomas: ¿no agregaría otro problema si fracasara?
Seguramente sea más significativo el efecto disuasivo producto de su presencia, pero eso solo implicaría el traslado de las palomas de una región a otra, afectando distintas zonas, y eventualmente un acostumbramiento a la presencia de estos animales, en un hecho que podría resumirse como 'se sacrifican algunas palomas, pero tenemos acceso a la mejor fuente de recursos, la ciudad'.
-¿Usar químicos podría causar un efecto aún más dañino?
Acá hay que distinguir la forma de uso que yo lo suscribiría a dos grandes categorías, venenos y esterilizantes. El primer grupo, si bien existe una mayor gama de productos químicos y un extenso catálogo de aplicaciones, tiene la gran desventaja de carecer de selectividad respecto a la población objetivo, por lo que cualquier especie animal e incluso el humano puede llegar a exponerse a compuestos peligrosos diseminados por las mismas aves que lo consumen, y ni hablar del peligro para aquellas especies que la consumen si no se controla adecuadamente el método. El segundo grupo es el de los esterilizantes o anticonceptivos, que es el que recomendaría para su análisis por las obvias ventajas que tiene a mi parecer.
-¿Cómo funcionan estos anticonceptivos?
Este tipo de esterilizantes o anticonceptivos son un compuesto que también tiene estas propiedades. En particular la nicarbazina, que originalmente fue desarrollado como parasitario y que limita el éxito reproductivo de las palomas. Por eso funciona con efecto anticonceptivo e inhibidor de viabilidad en las puestas. Para la implementación de este método esterilizante debe tenerse en cuenta primero la logística involucrada, que no sería mayor a la necesaria para disponer cebos o venenos, por lo que el costo en este sentido no sería un factor de descarte. Después está el método que, acompañado de un monitoreo adecuado, no presenta problemáticas que pudiesen afectar a las otras especies que cohabitan con la paloma doméstica en el entorno urbano y periurbano, y, si se detectasen disminuciones de las poblaciones de especies nativas, es totalmente reversible, por lo que podría suspenderse antes de llegar a extremos críticos. Por último, hay que destacar que ya hay experiencias que demuestran su efectividad en otros lugares como Rímini en Italia; Mendoza en Argentina, y también amplia documentación de su efectividad en palomas.
-¿Cómo cree que hay que llevar a cabo la campaña después del estudio de impacto ambiental?
En primer lugar, la aplicación del método elegido debería ser efectuada o supervisada por personal idóneo, que además monitoree los efectos del mismo, sobre todo en el caso de los métodos de control que involucran el uso de químicos. Teniendo en cuenta estas ventajas, un método de acción potencialmente efectivo podría consistir, en primer lugar, en la limpieza y eliminación de zonas de anidamiento de la manera más extensiva posible. Los acantilados que constituían el hábitat original de la paloma doméstica son muy fáciles de emular dadas las características de edificios y casas en las grandes ciudades, por lo que se puede controlar el acceso de las mismas a través de dispositivos mecánicos que impidan el acceso físico. En segundo lugar, hay que hacer un relevamiento de las principales poblaciones y zonas de nidificación y alimentación de la paloma doméstica. Esto debe realizarse en el entorno urbano y periurbano para de esa manera conocer la situación poblacional actual, aplicar el esterilizante y evaluar el efecto en los animales. En otra etapa viene la aplicación del grano con esterilizante, acompañado de un monitoreo por personal capacitado, así vamos a poder ver el consumo y eso facilita la detección de cualquier problemática. Acá también hay que estudiar el efecto en alguna otra especie por consumo accidental. Una vez realizado todo esto prosigue la reevaluación de la situación poblacional y verificación para hacer los ajustes necesarios.
-A la paloma se la considera como plaga: ¿por qué cree que terminó superpoblándose la ciudad de estos animales?
La única razón por la que la paloma doméstica -así como la mayoría de las poblaciones que nosotros catalogamos como plaga- llegan a esos extremos es porque se han adaptado a aprovechar los recursos que los humanos ponemos a su disposición. No es un fenómeno natural al que nos enfrentamos, sino que es el reflejo del consumo excesivo promovido en nuestra sociedad. Por eso, creo que esta es una oportunidad sin precedentes para que San Francisco demuestre una vez más que puede tratar con los problemas de la fauna urbana, y digo una vez más recordando el movimiento social alrededor del caso Chocolate, ya que no solo debe abordárselo desde una perspectiva económica, o exclusivamente sanitaria, si no atendiendo a la ética como aspecto fundamental de nuestra relación con quienes nos rodean.