El riesgo de incendios rurales y serranos
En este contexto deben extremarse las medidas de vigilancia y prevención. Si bien existe una conciencia ambiental acendrada en las poblaciones rurales y serranas, se torna imperiosa la toma de decisiones para preservar los ecosistemas y así no dañar la vida de los habitantes de las zonas más propensas al fuego, así como proteger a la industria del turismo en las sierras y a las explotaciones agropecuarias en buena parte de la geografía cordobesa.
La noticia da cuenta de que un incendio forestal reciente iniciado
cerca de Villa Carlos Paz fue contenido por personal de bomberos, no sin
esfuerzo. Además, fue necesario evacuar a tres familias del lugar que finalmente
pudieron retornar a su hogar. El siniestro "quemó pastizal y monte bajo", según
las autoridades de Defensa Civil, pero no afectó el tránsito por la ruta
nacional 38, aunque Policía Caminera acudió al lugar y solicitaba a los
conductores tener precaución, ya que cruzó una buena cantidad de humo sobre la
calzada. En la contención de las llamas trabajaron ocho dotaciones de bomberos
enviadas por los cuarteles de Icho Cruz, Villa Carlos Paz, Tanti, Bialet Massé,
Santa María de Punilla, Cosquín, Valle Hermoso y La Falda, con el apoyo de dos
aviones hidrantes.
El texto del párrafo anterior es similar al de numerosos otros episodios ocurridos con anterioridad para esta misma temporada invernal. Es decir, los incendios en las serranías y en los campos de la provincia de Córdoba son una amenaza constante en esta época del año. Es que con la llegada de las primeras heladas y los vientos fríos y secos, los pastos pierden humedad y Córdoba ingresa en época de riesgo de incendios. Por eso, debe ponerse énfasis en la prevención como medida central para que el valioso recurso natural no se vea afectado por este tipo de situaciones.
En algunos casos, la negligencia humana provoca que el fuego se expanda. En otros, directamente se observa una conducta delictiva pues algunas personas desatan las llamas de manera aviesa. La naturaleza hace su parte y los siniestros pueden ser, entonces, muy graves. El contrapunto con el esfuerzo de los bomberos -en su mayoría voluntarios- es notable. Mientras algunos pocos pretenden destruir, los servidores públicos dan muestra palpable de su abnegación.
De todos modos, obliga a la acción el peligro ambiental que significa haber ingresado en la temporada más favorable para la ocurrencia de incendios en las sierras cordobesas y en los campos de toda la provincia. Porque los picos de bajas temperaturas, la falta de humedad y los vientos son factores que acrecientan el peligro y transforman a la vegetación en combustible.
Es en este contexto en el que deben extremarse las medidas de vigilancia y prevención. Si bien existe una conciencia ambiental acendrada en las poblaciones rurales y serranas, se torna imperiosa la toma de decisiones para preservar los ecosistemas y así no dañar la vida de los habitantes de las zonas más propensas al fuego, así como proteger a la industria del turismo en las sierras y a las explotaciones agropecuarias en buena parte de la geografía cordobesa. Es por esto que la acción del Estado en esta materia no puede tener dilaciones ni problemas de logística o equipamiento para que, en caso de presentarse el incendio, los daños sean minimizados.