El paro general de hoy
El derecho de huelga es constitucional y, ante ello, la legalidad de una protesta como la que se vivirá hoy no puede discutirse en su generalidad, independientemente de las posiciones políticas e ideológicas que se sustenten.
Como se conoce, la Confederación General
del Trabajo llevará a cabo hoy martes un paro nacional. Para muchos gremios la
medida comenzó al mediodía de ayer lunes, por lo que se trata, en varios
ámbitos, de una jornada y media de huelga.
Las declaraciones de los sindicalistas que impulsan la medida son coincidentes, más allá de las discrepancias evidentes que existen entre ellos. En ese sentido, se ha indicado que la medida de fuerza se lleva a cabo debido la crítica situación económica y social que atraviesa el país y que el gobierno no puede enderezar, al menos en el corto plazo.
En este marco, la adhesión de los gremios vinculados al transporte público hará evidente la paralización, al menos en las grandes ciudades, con lo que el éxito de la huelga estaría garantizado. Asimismo, ha sido prudente el gremialismo cegetista en no convocar a movilización. Ello, en virtud de que las diferencias existentes en el movimiento sindical podrían ser también caldo de cultivo para desmanes o hechos violentos.
No cabe duda de que las condiciones económicas y sociales se han deteriorado de manera acelerada en los últimos meses, como consecuencia de la crisis cambiaria y de los erráticos pasos que dio el gobierno nacional para revertir el panorama. Recién ahora, luego de semanas de incertidumbre, existe la sensación de que las cosas pudieran tomar cursos más normales. Sin embargo, pasará bastante tiempo hasta que la economía dé signos efectivos de recuperación.
Por ello, es innegable que muchos sectores asalariados están viviendo una situación difícil. El derecho de huelga es constitucional y, ante ello, la legalidad de una protesta como la que se vivirá hoy no puede discutirse en su generalidad, independientemente de las posiciones políticas e ideológicas que se sustenten.
El tema es que la trama se repite y que la historia vuelve a contarse con las mismas palabras. Un gobierno que equivocó su accionar, una debacle financiera y económica que aflige a los sectores más vulnerables, aumenta la pobreza, la inflación castiga más de la cuenta, cada sector político atendiendo su propio juego y un sindicalismo que -pese a que mantuvo algunas posturas moderadas- no encuentra otra alternativa ni respuesta que la huelga general, especialmente cuando quienes gobiernan no son "del mismo palo".
Pocos beneficios saldrán de la jornada de hoy. Es verdad que algunos sectores harán oír su voz sobre las penurias del momento. Tienen derecho a ello y su adhesión a la huelga general merece respeto. Sin embargo, esto no obsta para advertir que se trata de una nueva saga de una película repetida en el país.