El Interprovincial y las acciones comunes

Quizás los reductores de velocidad sean el punto de partida para una nueva etapa de complementación y acción común entre los dos municipios. Por cierto, debería sumarse el de Josefina para que la unificación de criterios y de trabajos se complete como corresponde.
Los municipios de San Francisco y Frontera anunciaron un trabajo conjunto para colocar 9 reductores de velocidad a lo largo y ancho del Camino Interprovincial -Calle 1, del lado de provincia de Santa Fe y Brigadier Bustos y Brigadier López de Córdoba- en un intento para ordenar el tránsito en esa arteria y, así, bajar la cantidad de accidentes y reducir la velocidad de los vehículos que por allí circulan. Se estableció que los reductores serán similares a los que se han colocado en la avenida de la Universidad en San Francisco. Y que el municipio de nuestra ciudad aportará el hormigón, mientras que la mano de obra provendrá de Frontera. Se indicó, asimismo, que los concejos deliberantes de ambas jurisdicciones deberán refrendar el acuerdo mediante respectivas ordenanzas para brindar el soporte legal que permita la ejecución de la obra.
Se trata de un intento más para ordenar el caótico paisaje que genera el tránsito en la avenida que une y separa a las dos ciudades. Es de esperar, por lo tanto, que otorgue positivos resultados para aliviar un problema que lleva años. Hace mucho tiempo que este diario viene bregando para que se asuma que San Francisco, Frontera y Josefina forman parte de una misma comunidad. Y que la mejora de la calidad de vida de sus habitantes requiere de un trabajo conjunto entre las tres jurisdicciones.
En febrero de 2013, hace ya una década, en esta columna se escribió que la colocación de reductores de velocidad en esa arteria era una necesidad. Y se recordó que "en 2009,una importante cantidad" de estos dispositivos "fueron instalados en distintos puntos del Interprovincial. El objetivo no era otro que un intento por normalizar el tránsito en esta importante avenida procurando que los automovilistas disminuyan la velocidad y de esta manera puedan evitarse accidentes". La idea, que fue recibida positivamente en aquella ocasión, es la misma que hoy se renueva con el anuncio formulado por las autoridades de las dos ciudades.
En aquella nota publicada hace 10 años se insistía, además en que "los dos municipios intensifiquen una labor en común para dar un marco adecuado al tránsito en una vía de comunicación esencial para ambas ciudades". Al parecer, este es el propósito que podría guiar la acción conjunta en el futuro cercano, de acuerdo a la convicción mostrada por los intendentes que firmaron el acuerdo para los reductores de velocidad.
Si se plasma en hechos "la voluntad de pasar de la idea del plano de lo teórico a lo concreto" como dijo el intendente Bernarte, podría verificarse la consolidación de la idea añeja que reclama acciones conjuntas para solucionar los problemas comunes que viven los vecinos, más allá de la ciudad en la que tengan su domicilio. Quizás sea el punto de partida para una nueva etapa de complementación y acción común entre los dos municipios. Por cierto, debería sumarse el de Josefina para que la unificación de criterios y de trabajos se complete como corresponde.