Viruta, tela y papel: la receta de los ecoladrillos 2.0 del Ipet 50
Los chicos de 7° trabajan hace 5 años en este proyecto y cual laboratorio han mejorado el proceso hasta conseguir un modelo de “tejuelas” para revestimientos.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Hace seis años cuando Alexis Barrera, Alexis Galliano, Hemir Achim, Cristian Maldonado y Lucas Medina estaban empezando el nivel secundario otros chicos de 7° en el Ipet 50 "Ing. Emilio F. Olmos" comenzaron a trabajar en un proyecto de ecoladrillos y la experiencia fue mejorándose año a año hasta ahora que alcanzó un punto alto de realización.
Este año consiguieron solidificar, si se permite el término, la experiencia llevando a un nuevo nivel su producción fortaleciéndola con una cola de fabricación propia y el agregado de las telas todo lo cual aporta efectos positivos y reduce el nivel de contaminación.
Los chicos trabajaron en este proyecto en el marco de la materia de 7° año Procesos constructivos en madera que tiene como docentes a Cecilia Pérez, Claudio Gamara y Ariel Chiavassa.
La profesora contó que la idea surgió en 2015 a partir de una articulación por medio de un workshop en que trabajaron con la Universidad Nacional de Villa María a través de la carrera de Diseño Industrial donde abordaron la temática de descartes industriales.
De allí en más los estudiantes que siguieron en la especialidad Industrialización de la Madera y el Mueble han ido haciendo pruebas y mejorando los procesos hasta alcanzar ahora una nueva moldura y darle valor agregado.
Esa actividad fue un motivo para abrir su mente: "Cuando volvimos vimos el enorme descarte que teníamos e investigamos qué podíamos hacer con eso, pasaron muchos años, grupos de alumnos y pruebas", dijo Pérez que en estos años acompañó desde la cátedra a varios chicos que incluso participaron en Ferias de Ciencia.
En la actualidad, siguen incorporando materiales para probar porque notaron que con esto podían generar otros nuevos y darles nuevas utilidades, de ahí que la idea sea usarlo en diferentes aplicaciones.
Los chicos de 7° F de la especialidad Industrialización de la Madera y el Mueble contaron su proyecto.
Mutación
Este año los chicos hicieron ecoladrillos que están compuestos por viruta, aserrín, tela, papel, agua y cola vinílica natural. Es una mezcla entera que luego se prensa. Ellos contaron que "todo se une en una prensa hidráulica y después se deja secar al sol en una terraza por 15 días aproximadamente".
Empezaron a hacerlo en 2015 aproximadamente para reutilizar la viruta que se desperdicia y lo mismo sucedía con el papel y añadieron que la tela la empezaron a incorporar este año recién. La idea original era aprovechar barbijos en desuso, pero el problema era su desinfección así que los profesores pensaron en alternativas y ahí aparecieron los negocios y sus retazos.
"Pensamos en reciclar los barbijos, pero no lo pudimos hacer porque no sabíamos desinfectarlos bien por los virus entonces optamos por las telas que nos dieron negocios de San Francisco. Las telas que nos dieron son todas de desperdicio que se genera y mucho en estos negocios", relataron.
En este tiempo el taller incorporó máquinas que permitieron optimizar el reciclado, hicieron diversos estudios y pruebas para alcanzar dos modelos, el de este año similar a las tejuelas.
"Fuimos comprando máquinas para acelerar el proceso, estudios, pruebas y una cola vinílica casera que reemplaza a la industrial que es muy cara y funciona muy bien para estos ladrillos. Hicimos varias pruebas con diferentes materiales para alcanzar este punto y con la cola era lo más barato y lo que menos contaminaba", indicaron los chicos mientras terminaban de acomodar las bolsas en el taller ya que están próximos a dejar las aulas.
Proceso
El objetivo de los chicos con esta producción es reutilizar la viruta de madera para que no se desperdicie tanto. Dentro del taller tienen los tarros de diferentes proporciones donde guardan los materiales que luego trituran y ponen en remojo.
Se mezcla el papel, el aserrín de madera y la tela, todo reducido y mezclado hasta alcanzar un contenido uniforme, húmedo que se pone en los moldes de ecoladrillos. "Cuando todo está mezclado y hay una masa húmeda lo ponemos en moldes con las formas de los ladrillos que van a la prensa y se forman los ladrillos, los dejamos secar, después los pulimos en una lijadora y le damos la medida que queremos", explicaron sobre el proceso.
La cola que usan también en esa producción también la hacen ellos mismos a partir de una mezcla de maicena, agua y un poco de vinagre para que mate los microbios, eso se calienta y queda como cola que le da resistencia a los ladrillos. Una alternativa más barata a la industrial y que les dio buenos resultados.
El mejor aprendizaje que les dejó la experiencia a estos chicos del último año de la secundaria en el Ipet 50 es la capacidad de reinventar las ideas y reutilizar las cosas en productos nuevos. Para los cursos que lleguen les queda la misión de sostener el proyecto, seguir capitalizándolo para que un día los revestimientos de paredes, muebles y la exquisitez estética de la institución tenga inscripta su huella en esos ecoladrillos.