¿Vamos a la pileta?: Sin médicos, algunos clubes piden certificados
Hongos, piojos y otras patologías dermatológicas, además de la otitis y conjuntivitis, pueden adquirirse ya sea en la pileta y la revisación médica es fundamental para evitar el contagio. Para cuidar la salud en el agua, algunas instituciones piden a los socios un certificado médico, mientras que en otros casos, los guardavidas se encargan del chequeo.
Por Isabel Fernández
La pileta es un divertido y fresco recurso para combatir las altas temperaturas del verano, aunque puede convertirse en un foco de enfermedades. Hongos, piojos y otras patologías dermatológicas, además de la otitis y conjuntivitis, pueden adquirirse ya sea en la pileta del club o en la propia.
La revisación médica es la primera medida que se debe tomar para evitar el contagio. Mientras hace unos años en la ciudad, se contaba con médicos que realizaban el chequeo en los clubes, actualmente no es así.
Para cuidar la salud en el agua, algunas instituciones piden a los socios un certificado médico que indique que son aptos para ingresar al natatorio, mientras que en otros casos, cuando van por día, los guardavidas se encargan del chequeo.
La revisación muchas veces causa rechazo, ya que cualquier síntoma puede significar no poder disfrutar por unos días de la pileta, sin embargo es muy importante.
El médico dermatólogo, Oscar Eder de la Clínica Regional del Este, quien durante más de 15 años realizó la revisación en un club de la ciudad, dijo que aunque existen distintos criterios en cuanto a la revisación, "es fundamental que se haga y de manera más profunda. Por eso es importante que los clubes exijan un certificado médico a los socios para asegurarse que esa persona se encuentra en buen estado de salud para ingresar a la pileta".
Remarcó que es "clave que sea realizada por un médico y no por personas que no cumplen la misma función y no están capacitados para eso. Además debería hacerse más seguido y no una vez por mes".
"Es importante que los clubes exijan un certificado médico a los socios para asegurarse que esa persona se encuentra en buen estado de salud para ingresar a la pileta", aseguró el doctor Eder.
Las enfermedades más comunes
Eder afirmó que las enfermedades más comunes que se contagian en la pileta son la pediculosis, la escabiosis o sarna y el impétigo, una enfermedad infecciosa de la piel, caracterizada por la aparición de varias ampollas cuyo líquido se seca formando costras amarillentas. También la otitis y conjuntivitis.
Explicó que el impétigo es una enfermedad muy común en los niños y es muy contagiosa. "Generalmente en una familia cuando la tiene un integrante, se contagian todos. Se manifiesta con ampollas alrededor de la nariz, la boca y en los genitales. Se trata con antibióticos", dijo el especialista.
Con respecto a los piojos dijo que es "fundamental que se exiga el uso de gorros dentro de la pileta para evitar el contagio la pediculosis, en todas las edades, niños o adultos".
El pie de atleta, el más frecuente
Un capítulo aparte es el de las micosis, la más común es el pie de atleta, el hongo que sale entre los dedos de los pies, pero también existen a nivel genital. Al respecto Eder afirmó que en la revisación médica antes de ingresar a la pileta "sería muy importante hacer un chequeo más profundo e incluir la revisación de las micosis genitales".
Advirtió que como es un examen más profundo "no se puede hacer en un club, por eso lo más indicado es que cada institución exija al socio un certificado que puede ser extendido por el médico de familia o de cabecera, que indique que la persona está en condiciones para ingresar a la pileta. Un certificado igual que el que se exige para otras actividades como fútbol o básquet".
Finalmente Eder recordó que el cloro "tiene sus funciones en el tratamiento del agua de la pileta, pero específicamente se debe tratar la enfermedad, si hay micosis o impétigo se debe negar el acceso a la pileta y tratarla con los medicamentos correspondientes".
Cómo realizan el control del agua
La Secretaría de Salud del municipio, a través del área de Bromatología y Control Alimentario realiza continuamente controles del agua de las piletas en instituciones públicas y privadas de la ciudad con el fin de evitar la propagación de enfermedades y cuidar la salud de la comunidad.
La titular del área, Silvia Rufino destacó que en las piletas se hacen "muy buenos tratamientos del agua" y explicó en qué consiste el análisis que realizan para saber si está en condiciones o no.
Recordó que se realizan controles microbiológicos del agua de las piletas, con parámetros establecidos por normativas internacionales. "En el agua no debe existir carga microbiana de algún agente patógeno que pueda provocar alguna infección ya sea a la piel o las mucosas. De esa manera a través de ese análisis se verifica que el tratamiento del agua con cloro y con filtro se está haciendo adecuadamente", dijo.
El agua se considera no apta cuando el análisis da parámetros microbiológicos elevados de bacterias que pueden producir una enfermedad. Se buscan bacterias coliformes, Echerichia Coli, pseudomona y también se agrega el análisis del estafilococcus aureus.
"Realmente podemos decir que hacen muy buenos tratamientos -remarcó- y si en algún lugar hubo algún inconveniente se cerró la pileta hasta tanto no se ponga en condiciones de recibir a los bañistas, brindando una garantía a la población de que se puede bañar tranquilamente porque no habrá ningún problema".
Higiene en vestuarios
Rufino agregó que además de controlar el agua también se verifica que los vestuarios y baños estén limpios y desinfectados. "No es solamente dentro de la pileta sino también que los vestuarios estén limpios y desinfectados -advirtió-, se debe tener una buena concentración de cloro para mantenerlo como desinfectante no solamente en los baños sino también en los pisos, porque muchos caminan descalzos".
En tanto agregó que desde la Dirección de Deportes se controla que los guardavida encargados en cada natatorio estén autorizados para trabajar.