Vacuna, geopolítica y poder
La expectativa porque llegue la solución a este período tan complicado es enorme. Pero no será a través de una carrera de dimensiones geopolíticas y por la puja de poder como se conseguirán resultados auspiciosos. Quien anuncie primero tendrá ciertamente alguna satisfacción política y pensará que queda mejor posicionado para el mundo que viene. Pero el aspecto científico es crucial.
La pandemia del coronavirus tiene repercusiones en todas las direcciones. La vida del planeta se ha alterado y la vuelta a la normalidad depende de la aparición de la vacuna que permita la inmunización frente a esta amenaza. Innumerables consideraciones podrán hacerse en relación a los variados aspectos de la realidad que nos toca vivir. Pero más allá de las opiniones y argumentaciones en uno u otro sentido, la convergencia llega cuando se admite que la vacuna será el elemento que permita dar vuelta la página.
La competencia por alcanzar más rápido y de manera más eficiente un producto que pueda servir para la inmunización general ha otorgado a la pandemia también una dimensión política. O geopolítica, mejor. Los anuncios se han diseminado por todo el mundo. Los gobernantes buscan mantener su electorado con promesas que aún no han encontrado reflejo en la realidad. Algunos líderes mundiales destacan los avances que sus países habrían conseguido en esta materia con el solo propósito de posicionarse en el contexto internacional y fijar una mejor posición para su país en este marco que se asemeja a la Guerra Fría.
No hay gobernante en el mundo que no piense en las ventajas y el poder que podría conseguir si su país es el primero en ofrecer el medio para terminar con la pandemia. Y en esta carrera hay varios anotados. Algunos detentan posiciones megalómanas, otros hacen anuncios rimbombantes que a poco de andar demuestran ser muy frágiles. Unos pocos encaran con seriedad el asunto pensando más en la salud de las personas que en los beneficios políticos que podría arrojar el dar el puntapié inicial a la era de la vacunación contra el Covid 19.
La Organización Mundial de la Salud afirmó que está en conocimiento de más de 170 proyectos de vacunas. Pero en el ambiente sólo se conocen los intentos de China -descalificados por cierto estamento científico occidental-, el anuncio de Rusia que sorprendió con un anuncio aun cuando la vacuna no había pasado los procesos de prueba necesarios, la bravuconada del presidente norteamericano insistiendo en que antes de las elecciones en las que se juega su reelección habrá dosis para todos los estadounidenses y el avance del proceso de creación de la vacuna impulsado por la Comunidad Europea con grandes empresas farmacéuticas. Más acá conocemos el acuerdo entre México y la Argentina con la denominada vacuna de Oxford. Poco más.
La expectativa porque llegue la solución a este período tan complicado es enorme. Pero no será a través de una carrera de dimensiones geopolíticas y por la puja de poder como se conseguirán resultados auspiciosos. Quien anuncie primero tendrá ciertamente alguna satisfacción política y pensará que queda mejor posicionado para el mundo que viene. Pero el aspecto científico es crucial. Si se demuestra que quien llegó primero se ha saltado varios pasos, si su vacuna no es todo lo eficaz que se espera, su victoria inicial habrá sido el preanuncio de su derrumbe.