Un sacerdote argentino fue nominado al Premio Nobel de la Paz
Un sacerdote argentino fue nominado al Premio Nobel de la Paz
El Padre Pedro Opeka vive en Madagascar desde 1976 y fue nominado por su por su dedicación a "ayudar a las personas que viven en condiciones espantosas".
El Padre Pedro Opeka vive en Madagascar desde 1976 y fue nominado por su por su dedicación a "ayudar a las personas que viven en condiciones espantosas".
-
Pedro Opeka, el cura argentino nominado al Premio Nobel de la Paz
El sacerdote argentino Pedro Opeka, que se
destaca por su trabajo con los más necesitados en Magadascar, fue nominado para
el Premio Nobel de La Paz.
La candidatura del religioso argentino fue
anunciada por Janez Jansa, el primer ministro de Eslovenia, país de origen de
sus padres.
La mandatario esloveno destacó de Opeka su
voluntad por "ayudar a las personas que viven en condiciones
espantosas".
El cura argentino, quien ya había sido
candidateado en 2012, tendrá como oponentes pra ganar al premio a la
Organización Mundial de la Salud, la activista sueca Greta Thunberg, el
opositor ruso Alexander Navalny y el movimiento Black Lives Matter.
El sacerdote nació en la localidad bonaerense
de San Martín en 1948, cursó el seminario en San Miguel y estudió en Europa,
antes de llegar a la la isla africana de Magadascar, en el Océano Índico, en
1976.
Enseguida apuntó a la ayuda de las personas
que vivían en condiciones precarias junto al vertedero de residuos de
Antananarivo, capital de la antigua colonia francesa.
En 1989 impulsó la ONG Akamasoa o "Buen
Amigo", por la que se crearon cuatro mil viviendas, un hospital y se educó
a unos 13 mil jóvenes.
Opeka fue compañero en sus estudios de
teología de Jorge Bergoglio, a quien reencontró ya convertido en el Papa
Francisco, cuando éste visitó la isla, en 2019.
En una entrevista con Página 12, en 2003,
Operka contó que su obra se sostiene en "redes de amigos que juntan
donaciones" desde Francia y México y señaló que también se recibe ayuda de
"España y Eslovenia".
Hasta ese momento, la ayuda no venía de la
Argentina, aunque contó que hubo un intento de familiares para armar una red
local que se ahogó en medio de las profundidades del corralito bancario de
fines de los ´90.
"Sé que lo importante para eso es
difundir todo este trabajo.
Yo al principio no estaba muy entusiasmado con
los periodistas que venían a ver la obra. Una vez vinieron de Paris Match y yo
dije, uh, Paris Match. Pero unos amigos de Médicos sin Frontera que me ayudaban
me decían, tenés que contar por todos lados lo que estás haciendo",
expresó a ese diario entonces.
Al contar como fueron sus comienzos para
integrarse con la población humilde de Magadascar, recordó una anécdota
futbolera.
El sacerdote argentino Pedro Opeka, que se
destaca por su trabajo con los más necesitados en Magadascar, fue nominado para
el Premio Nobel de La Paz.
La candidatura del religioso argentino fue
anunciada por Janez Jansa, el primer ministro de Eslovenia, país de origen de
sus padres.
La mandatario esloveno destacó de Opeka su
voluntad por "ayudar a las personas que viven en condiciones
espantosas".
El cura argentino, quien ya había sido
candidateado en 2012, tendrá como oponentes pra ganar al premio a la
Organización Mundial de la Salud, la activista sueca Greta Thunberg, el
opositor ruso Alexander Navalny y el movimiento Black Lives Matter.
El sacerdote nació en la localidad bonaerense
de San Martín en 1948, cursó el seminario en San Miguel y estudió en Europa,
antes de llegar a la la isla africana de Magadascar, en el Océano Índico, en
1976.
Enseguida apuntó a la ayuda de las personas
que vivían en condiciones precarias junto al vertedero de residuos de
Antananarivo, capital de la antigua colonia francesa.
En 1989 impulsó la ONG Akamasoa o "Buen
Amigo", por la que se crearon cuatro mil viviendas, un hospital y se educó
a unos 13 mil jóvenes.
Opeka fue compañero en sus estudios de
teología de Jorge Bergoglio, a quien reencontró ya convertido en el Papa
Francisco, cuando éste visitó la isla, en 2019.
En una entrevista con Página 12, en 2003,
Operka contó que su obra se sostiene en "redes de amigos que juntan
donaciones" desde Francia y México y señaló que también se recibe ayuda de
"España y Eslovenia".
Hasta ese momento, la ayuda no venía de la
Argentina, aunque contó que hubo un intento de familiares para armar una red
local que se ahogó en medio de las profundidades del corralito bancario de
fines de los ´90.
"Sé que lo importante para eso es
difundir todo este trabajo.
Yo al principio no estaba muy entusiasmado con
los periodistas que venían a ver la obra. Una vez vinieron de Paris Match y yo
dije, uh, Paris Match. Pero unos amigos de Médicos sin Frontera que me ayudaban
me decían, tenés que contar por todos lados lo que estás haciendo",
expresó a ese diario entonces.
Al contar como fueron sus comienzos para
integrarse con la población humilde de Magadascar, recordó una anécdota
futbolera.