Un parque de árboles autóctonos crece a la par del ferrocarril
En barrio Catedral, un pequeño sembradío de plantas crece al lado de las vías del tren. La iniciativa del artesano Aldo Bonino es poblar el sector de plantas nativas y especies que no existen en la ciudad para cambiar la conciencia ambiental y evitar que se convierta en un basural.
En el siglo XIX, la construcción de las vías del ferrocarril en todo el país dejó mucho más que el vapor de aquellas primeras máquinas. A los costados aún se aprecian los espacios verdes que muchas veces los vecinos usan para depositar la basura.
Entre Jonas Salk y la vía de nuestra ciudad, la geografía es diferente. El artesano damasquinador, Aldo Bonino, tiene como objetivo propuesto desde hace varios años crear un parque con árboles autóctonos y otras especies que no abundan en la ciudad.
Todo esto por el sencillo motivo de cambiar el paradigma de que las vías son espacios para arrojar ilegalmente basura.
Aunque la tarea inició hace bastante tiempo, recién ahora gracias al crecimiento y fortaleza de las especies plantadas ese espacio, lindero a la vivienda de Bonino, está cambiando la geografía del lugar.
"Para mí es un buen pasatiempo ya que me gustan mucho las plantas sobre todo para distenderse de las actividades laborales cotidianas", expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO este artesano reconocido de la ciudad.
Mientras cuenta como inició todo hace varios años, alrededor es inevitable ver como la naturaleza hace lo suyo y las plantas simplemente crecen a base de cuidado, mantenimiento y dedicación.
Según comentó Bonino actualmente hay una planta de algarrobo, aromito, espinillos, palo borracho, guayacán paulownia (kiri); e incluso se combina con otras frutales como una higuera, otra de nísperos y de moras.
Pequeño parque
La iniciativa de Bonino está emplazada en frente del jardín que años atrás inició Avelino "Tofito" Sufía, un espacio que aun en la actualidad sigue estando vigente en perfecto estado gracias a la colaboración de los vecinos.
Lo mismo sucede con el parque plantado por Aldo, al cual algunos que se oponen justifican que se trata de terrenos fiscales. "Cuando le pido a los vecinos que lo cuiden porque esto es de todos, contestan que no debería importarme porque el terreno no es mío pero con más razón debemos mantenerlo entre todos", subrayó Aldo que dedica después de salir del taller tiempo a este espacio verde.
Los frutos ya se están viendo, porque las plantas crecen a paso firme y cuando sucedió el temporal de diciembre no fueron afectados, aunque del lado del jardín de Sufía un palo borracho aun no fue retirado después de caerse.
El parque de Aldo crece día a día a base de cuidado y paciencia para contribuir al mejoramiento del medio ambiente y evitar la proliferación de basura al lado de las vías
Árboles autóctonos
Para que el espacio lindero a su casa no se transformara en un basural, Bonino optó por crear este parque, donde además se ocupa de privilegiar la plantación de árboles autóctonos que "no son frecuentes en el arbolado urbano de San Francisco".
"Creo que siempre hay que concientizar sobre la importancia de tener árboles autóctonos en el arbolado porque resisten mucho más, pero acá mayormente tenemos plantas americanas o híbridas modificadas genéticamente, a veces, para que alcancen más rápido la adultez a base de crecimiento rápido", detalló este vecino.
La idea del artesano no se termina ahí, pronto decidió que buscará ampliar el espacio para poder plantar un algarrobo y quebracho blanco, además de un manzano de campo.
Especie única
Lo exótico también tiene espacio en el parque que creó Aldo, entre las plantas y con un espacio considerable de separación de las demás se puede ver crecer a un kiri, cuyo nombre científico es pauwlonia.
La planta se hizo conocida porque en algunas provincias del país se siembra ya que posee beneficios que pueden causar impactos positivos y radicales en el medio ambiente.
Esta especie originaria de China absorbe hasta diez veces más - como ninguna otra planta - dióxido de carbono emitiendo grandes cantidades de oxígeno. Además, que las hojas tienen nutrientes para prevenir la erosión en el suelo.
Aunque está en pleno crecimiento, su plantación requiere de espacio porque en su estado adulto, el kiri, puede alcanzar hasta 30 metros de altura.
A su lado, también resalta la planta de guayacán que viene del norte de nuestro país y que lentamente crece en el parque de Bonino. Su madera, es mal empleada en algunas áreas para hacer leña sin tener en cuenta los aportes que puede hacer para mejorar el ecosistema del lugar donde se la coloque.
Insistiendo en la educación ambiental, el cuidado del lugar y la contribución de los vecinos para el mantenimiento, Aldo tiene como próximo objetivo colocar al lado de los árboles carteles con sus nombres identificatorios tanto de forma vulgar como científica, ya que está convencido de que su pasatiempo puede ayudar a cambiar la conciencia social.