¿Un año atípico o típico del clima templado?: finaliza con un 6% menos de lluvias acumuladas
"Este año llovió 227 milímetros menos que el año pasado y 456 milímetros menos que en 2014, al punto de terminar el año con un acumulado inferior al normal. Hacía desde 2010 que esto no ocurría", informaron desde la estación climatológica de UTN.
El licenciado Fernando Aponte Albri, jefe del departamento de Climatología de la Facultad Regional San Francisco de la UTN evaluó las condiciones climáticas que se dieron durante este 2016 y anticipó lo que se espera para el año que viene.
En este sentido, manifestó que "el 2016 fue un año climáticamente marcado por el fenómeno El Niño en sus primeros cinco meses seguido de un esquema de neutralidad fría en el océano Pacífico ecuatorial".
"Por su parte, las costas del Atlántico Sur, que mucho tienen que ver con los fenómenos que en nuestra zona ocurren, acompañaron con temperaturas del océano superiores a lo normal en enero y febrero, pero se enfriaron rápidamente a partir de marzo debido al avance de la corriente de Malvinas y aún continúa así a diciembre, demorando de esta manera la irrupción cálida de la corriente de Brasil".
Aponte explicó que "este panorama permitió importantes precipitaciones entre enero y febrero que acumularon casi 100 milímetros más de lo normal lo cual, sumado a las lluvias superiores de El Niño 2014/2015 y 2015/2016, mantuvieron las zonas más bajas de la región anegadas y un esquema general húmedo".
En cuanto a las temperaturas, Aponte precisó que "los dos primeros meses fueron más calurosos que lo normal, pero el avance de la corriente de Malvinas, acompañado por irrupciones frías desde el sur, hicieron que las mismas descendieran drásticamente a partir de marzo y se mantuvieran así hasta junio, mes en el que la situación comenzó a cambiar lentamente".
"Si bien no ha sido un año particularmente frío, lo cierto es que este se hizo sentir desde bien temprano en marzo, aunque ya en julio comenzó a normalizarse. Tampoco se han dado heladas meteorológicas, salvo una en junio, y solamente ocho días con escarcha entre junio a octubre", continuó.
En cuanto a las precipitaciones, el especialista sostuvo que "con excepción de abril y septiembre -en que las lluvias fueron superiores a lo normal- el esquema general respondió con menores lluvias desde marzo (frío) al punto de terminar el año con un acumulado inferior al normal en un seis por ciento. Hacía desde 2010 que esto no ocurría".
"Es decir, aunque el 2016 fue un año con buenos niveles de humedad y varias áreas anegadas, lo cierto es que llovió 227 milímetros menos que el año pasado y 456 milímetros menos que en el 2014", aclaró.
"Desde un punto de vista general, también en las temperaturas el 2016 fue el más fresco desde el 2010, pero en este caso el promedio anual coincidió con el promedio histórico en contra de la suba constante que hemos notado en los últimos quince años", dijo Aponte.
En síntesis, "el 2016 estuvo signado por una humedad superior a lo normal, lluvias inferiores al valor histórico y temperaturas promedio normales aunque con un período anormalmente frío entre marzo y junio", finalizó.
A partir de febrero las lluvias comenzarían a escasear
Con respecto a lo que se espera para el 2017, Aponte anticipo que "el Pacífico continuaría con un neutro frío, al menos hasta el mes de mayo para pasar a un neutro cálido hasta la primavera. Mientras que, en el Atlántico, la corriente de Brasil que trae aguas cálidas hasta la Patagonia se vería contrarrestada por la corriente de Malvinas en forma temprana".
"Este panorama nos hace prever que enero puede aportar aún buenas lluvias y las temperaturas estarían por encima de los valores normales, pero ya a partir de febrero las lluvias comenzarían a escasear y las temperaturas se normalizarían", precisó Aponte.
"Al igual que en este 2016, es muy probable que a partir de marzo comience un período fresco y con menores precipitaciones, que solo podrían ser recompuestas por algunas lluvias en abril", continuó.
Aclaró que "esto significa que durante el verano podemos tener tres o cuatro días de calor contrarrestados por dos o tres días de fresco (no frío) con lluvias intermitentes que irían disminuyendo en volumen desde febrero".
En cuanto a la cuestión agronómica, Aponte expresó que "no es un panorama tan negativo para la campaña agrícola 2016/2017 pues el agua disponible aún es aceptable y se vería limitado el ataque de algunas plagas, disminuyendo también el problema de las enfermedades de fin de ciclo. También limitaría, desde el punto de vista de la salud, la población de mosquitos y las enfermedades transmitidas por estos vectores".