Trump dio un discurso del Estado de la Unión en clave electoral y sin mencionar el juicio político
Destacó los logros de su gestión, un día antes de que el Senado lo absuelva de las acusaciones de abuso de poder y obstrucción. También calificó a Guaidó como "el verdadero presidente de Venezuela" y todo el Congreso aplaudió.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró anoche que el país "vive una recuperación económica increíble" y ratificó su alianza con el líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, uno de sus invitados al discurso del Estado de la Unión, sin mencionar el tema que domina la agenda de Washington: su juicio político.
"El nivel de desempleo es el más bajo de los últimos 50 años", celebró el mandatario y agregó que es el menor "de la Historia" para las minorías negra, hispana y asiática.
Destacó que su gobierno tiene "una agenda es pro familia, pro trabajadores, pro crecimiento"; que se "está recuperando la capacidad industrial" y que "3,5 millones de personas en edad de trabajar se han unido a la fuerza laboral".
Lejos de reconocer que la economía había comenzado a crecer durante el segundo mandato de Barack Obama, Trump calificó de "fracasadas" las políticas del gobierno anterior y adjudicó todas las cifras positivas a su administración.
Celebró el nuevo tratado de libre comercio con México y Canadá, y su guerra comercial con China. "Cumplí mi promesa", aseguró.
El mandatario le dedicó tiempo también a los temas que más interesan a los estadounidenses, especialmente en un año electoral: educación y salud.
Defendió la eliminación del sistema de salud universal aprobado por el gobierno anterior, prometió garantizar "mejores y más baratas opciones para todos" y pidió al Congreso su apoyo para prohibir que los inmigrantes que viven ilegalmente puedan recibir tratamiento gratuito.
Trump dio su último discurso del Estado de la Unión de su mandato en una atmósfera tensa pero favorable, en la víspera de su esperada absolución en el juicio político que realiza el Senado y tras su primera victoria rotunda en las primarias presidenciales.
El presidente habló desde la misma cámara que hace solo unas semanas lo acusó formalmente de utilizar su cargo, la política exterior estadounidense y los recursos del Estado para su beneficio electoral.
Atrás de él y al lado del vicepresidente Mike Pence, estuvo sentada la dirigente que encabezó el proceso en su contra, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. La última vez que se reunieron para hablar, en octubre pasado, el encuentro terminó con gritos y un portazo de la líder opositora.
Desde entonces no se hablan. Hoy, al inicio de la ceremonia, Pelosi extendió su mano para saludarlo y Trump la ignoró.
Uno de los pocos temas que unificaron a todo el hemiciclo y rompieron la grieta bipartidista fue el apoyo al líder de la oposición venezolana, Juan Guiadó, a quien Trump identificó como "el verdadero y legítimo presidente de Venezuela".
"La dictadura de (Nicolás) Maduro será destruida. Lleve a su país el mensaje que Estados Unidos los apoya", aseguró el mandatario y todo el congreso se puso de pie y lo aplaudió.
Trump le dio una relevancia especial a la crisis venezolana al incluirla en medio de los temas domésticos y no al final de su discurso, cuando tradicionalmente los mandatarios se refieren a la política exterior.
Una vez que el presidente termine su discurso, la tradición dicta que un dirigente del partido opositor le responda con otro mensaje a la nación.
Este año, la respuesta en inglés estará en manos de la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, quien hablará desde la escuela de su hija, mientras que la congresista por el estado de Texas Veronica Escobar le contestará en español desde su ciudad natal, la fronteriza El Paso.
Télam