Tristeza: murió Lucho Vaudagna, vendedor histórico de huevos
"¡Yo compro los huevos de Lucho Vaudagna!" fue el slogan con el que el periodista Alejandro Fantino popularizó a su tío y saltó a la fama. En tanto, mucho antes Luis ya era un querido personaje de San Francisco.
A los 77 falleció uno de esos personajes que se ganó el cariño de nuestra ciudad: Luis Vaudagna -para todos, Lucho-, un histórico vendedor de huevos que en 2017 dejó el oficio para jubilarse, después de 60 años en la actividad.
Por aquellos años inauguraba una cooperativa granjera en La Francia y "Lucho" anotaba mil pollitas y así comenzó -primero en Colonia Cello y Estación Estrada- su mote de "vendedor de huevos" que luego pulió en San Francisco donde adquirió una vieja propiedad en bulevar Roca y la escasos metros, en calle Vélez Sarsfield, su casa que todavía conserva en la fachada el anuncio: "Desde 1957, huevería Lucho".
Imposible pasar por allí y que las paredes amarillo "patito" no traigan recuerdos. Vaudagna tenía 15 años cuando se inició en el oficio. Toda una vida llevando a la mesa de los sanfrancisqueños el popular alimento.
Saltó a la fama con el slogan con el que su sobrino, el periodista Alejandro Fantino, lo popularizó en una entrevista con Cadena 3: "Ni de avestruz ni de araña, compramos los huevos de Lucho Vaudagna".
"Comencé hace muchos años con este trabajo y lo tengo como una pasión. Me costaría mucho dejarlo", expresaba Vaudagna antes del retiro.
En cada entrevista, "Don Lucho" subrayaba, además, que los huevos que comercializaba eran grandes, sobre todo cuando la gallina es primeriza.
Para el tamaño, Vaudagna agregaba que tenía otro slogan para tentar a sus clientes: "Con plumaje ajustado y afinado pico, si no consume los grandes consuma los chicos".
"Mi hermano está casado con Teresita Fantino y él (por Alejandro) nos quiere a todos como si fuéramos tíos carnales", explicaba el parentesco con el periodista.