Transformó su casa en un comedor comunitario y pide la ayuda de todos
El comedor Los Pekeñitos, de barrio La Milka brinda cena y merianda a unos 150 chicos de nuestra ciudad y Frontera.
El comedor Los Pekeñitos, ubicado en calle Antártida Argentina 456 de barrio La Milka, está solicitando la colaboración de la comunidad para conseguir alimentos que permitan la continuidad de la labor solidaria que presta desde hace dos años.
La impulsora de esta iniciativa es Stella Almada, quien ante la reiteración de casos de necesidad no dudó en abrir las puertas de su casa y transformarla parcialmente en un ámbito donde de lunes a jueves, de 19 a 21, brinda la cena a 150 chicos de San Francisco y Frontera mientras que los días jueves y sábados les sirve la merienda.
Por este motivo, y teniendo en cuenta que no recibe ayuda oficial para la atención alimentaria, la mujer lanzó una campaña de recepción de alimentos, entre los que solicita que algún comercio, empresa o particular pueda colaborar con la entrega de carne, pollo, verdura, leche o mercadería.
Para ello, las personas o entidades interesadas pueden acercar sus donaciones a Antártida Argentina 456 o bien comunicarse al teléfono celular (03564) 15653315 o en Facebook: Comedor Solidario Los Pekeñitos.
"Se hace difícil"
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, Stella comentó que "este último mes se ha complicado un poco conseguir las mercaderías para atender a los chicos. De todas maneras, siempre hemos llegado a cubrir las necesidades pero se hace cada vez más difícil y por eso sería bueno que podamos recibir alguna ayuda que nos haga más fácil la tarea".
Señaló además que "para realizar este trabajo somos un grupo de cinco voluntarios en la cocina para elaborar los alimentos. Dentro del grupo de chicos, provienen de San Francisco y Frontera. Nosotros no miramos de dónde vienen sino que nos dedicamos a darles de comer. Inclusive contamos con chicos que tienen con problemas de salud y al no poder moverse de su casa les llevamos el alimento hasta allí".
Recordó también que "esto comenzó hace dos años cuando tomé la decisión de hacer algo al ver que muchas personas estaban pasando por necesidades. Siempre me gustó ayudar a la gente hasta que un día surgió la idea de abrir el comedor y desde entonces, no paré más. Para eso lo hicimos siempre en mi casa y recibimos donaciones que nos permiten atender la demanda y es por eso que resulta muy importante seguir recibiendo los alimentos".
Si bien por el momento se atienden necesidades alimentarias, la mujer no descarta ampliar los servicios que se presta el comedor. "Por el momento solo atendemos la merienda y la cena pero tampoco se descarta que en el futuro brindemos apoyo escolar aunque para eso es necesario contar con más gente que nos ayude".