“Tito” Saluzzo abre las tanqueras de su campo para un festival criollo que reúne a más de 8 mil personas
Marzo y septiembre son meses especiales para la familia de "Tito" Saluzzo (segundo de derecha a izquierda). Es tiempo de folclore, payada y jineteadas; el momento en que esta familia en Las Varillas abre su "casa" para congregar a más de 8.000 personas para celebrar ocho décadas de tradición.
Como en Jesús María, los varillenses tienen su festival de jineteada y folclore, que dos veces al año congrega a más de 8.000 personas en el predio de Roberto "Tito" Saluzzo, quien continúa con el legado de su padre Alberto, dos amantes de las tradiciones gauchas.
Las tradicionales domas del gran "Tito" Saluzzo enorgullecen y enaltecen los sentimientos patrióticos. Con el trabajo y esfuerzo de más de 30 años ha llevado a Las Varillas a lo más alto, convirtiéndola en la capital de la jineteada.
Cada tercer domingo marzo y cuarto de septiembre, la quinta de "Tito" Saluzzo abre las tranqueras y cuatro generaciones de esta tradicional familia varillense, reciben a las miles de personas que llegan desde distintos puntos del país, y hasta de países vecinos para revivir las raíces criollas.
Ocho décadas de tradición
Este septiembre, no fue uno más. Con gran orgullo y emoción, la familia Saluzzo celebró los 80 años de la Tropilla de Reservados El Relincho, que inició Alberto Félix "Tucho" Saluzzo en el año 1937 con las primeras jineteadas.
"Este festival lleva más de 30 años y 64 ediciones. Comenzó con la intención de compartir junto a amigos amantes de la doma y el folclore. Las primeras ediciones se hacían de manera más informal y con poca gente, pero con el paso del tiempo se fueron sumando y hoy es uno de los festivales más convocantes de la región", expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO "Tito", que con sus 65 años mantiene intacta su pasión por los caballos.
"Sin dudas, hemos logrado imponer una marca, un sello a la ciudad con este festival que fue declarado de interés municipal y provincial, y es mi sueño que algún día pueda ser incluido en la agenda de los grandes festivales provinciales o nacionales, debido al auge que ha tomado", manifestó Saluzzo.
Una pasión que se hereda
Esta historia comienza con una de las caballadas más antiguas de la Argentina: la Tropilla de Reservados El Relincho.
En 1937, un joven de apenas 16 años, le restaba horas a su descanso y daba rienda suelta a su amor por los caballos. Con unos pocos reservados, organizaba espectáculos de destreza gaucha y pequeñas jineteadas que eran motivo de entretenimiento de los numerosos habitantes del campo de aquella época. Ese joven era Alberto Félix "Tucho" Saluzzo.
En la década del ´50, con mucho esfuerzo comienza a recorrer con la tropilla el interior cordobés. Para la época, este tipo de viajes eran dificultosos y extensos, lo que hacía que se convirtieran en una gran hazaña.
Ya por 1960 esta caballada, verdadera embajadora de Las Varillas, representa a Córdoba en una fiesta gaucha realizada en Capital Federal, más precisamente en la cancha del Club River Plate.
"Los caballos son una pasión que ´mamé´ desde chico, cuando acompañaba a mi padre a las jineteadas en distintas partes del país. De hecho, recuerdo cuando tenía 8 ó 9 años y fui con él a la cancha de River donde se hacían este tipo de festivales", recuerda "Tito".
Por aquellos años, la caballada inicia lo que es hoy la Fiesta Provincial de la Tradición Gaucha en El Arañado. También, es convocada en Jesús María, en donde "Tucho" brilla como brilla como organizador y como primer comisario de pista junto a su tropilla en lo que años después, se convertiría en el más importante festival nacional e internacional de la doma y el folclore. Allí, El Relincho ganó durante muchas ediciones el premio a la mejor tropilla.
En la década del '80, comienzan los festivales en su quinta en la ciudad de Las Varillas, siempre acompañado de su hijo "Tito" Saluzzo, su nuera Lidia y la tercera generación: sus nietos Marcelo, Julio y Gabriela. Fueron las primeras fiestas con mucho entusiasmo, con amigos del ambiente pero con poca gente.
En el ´90, ante la partida del querido "Tucho", la responsabilidad del manejo de la tropilla recae en "Tito", quien lo venía acompañando desde que nació. Él, junto a su flia le dan gran impulso al festival de la ciudad, muchas veces en detrimento de la parte económica pero con el claro objetivo, hoy logrado, de hacer de Las Varillas, la verdadera capital de la jineteada.
Un legado que se mantiene en cuatro generaciones
"Es un hobbie que llena el alma. Si bien no lucro con esto, hago lo que me gusta y eso no tiene precio", aseguró el gacuho varillense.
"Vivo con y para los caballos, ya que demandan de mucha atención, hay que estar todo el día con los animales. De hecho, también soy un poco el veterinario de mis propios caballos, ya que los entiendo perfectamente", manifestó "Tito".
Saluzzo cuenta con más de 130 caballos de jineteada, "además de yeguas madres que criamos por lo que hay más de 400 animales. Voy comprando padres de buena genética y los vamos cruzando", dijo.
"Mi esposa, mis hijos y amigos colaboran mucho con este trabajo y eso me llena de orgullo ya que tengo la tranquilidad de que mis hijos van a seguir con mi legado, tal como yo lo hice con mi padre y es mi sueño que suceda lo mismo con mis nietos", concluyó.
Una calle de la ciudad lleva
el nombre de Alberto Saluzzo
En el marco de las celebraciones por el
80º aniversario de la Tropilla de Reservados "El Relincho",
recientemente se llevó a cabo un emotivo acto por el cambio de nombre de la calle Emilia
Steuremgo de Boeris a Alberto Félix Saluzzo. Entre payadores y gauchos, María
Cristina, Marta y Roberto "Tito" Saluzzo y su familia descubrieron el
cartel que lleva el nombre de quien hiciera de Las Varillas la capital de la
jineteada. La arteria pasa por detrás de predio que
lleva el nombre de su hijo Roberto "Tito" Saluzzo. En el acto estuvieron presentes el
intendente Daniel Chiocarello junto a miembros del Ejecutivo Municipal, la
presidenta del Concejo Deliberante María Cecilia Baldrich y concejales y el
presidente del Tribunal de Cuentas Juan Manuel Mainardi.