Tensión Estados Unidos - Irán
La tensión ha crecido en los últimos días, luego de que el gobierno de Washington denunciara el derribo de un dron de vigilancia que volaba, supuestamente, fuera de los límites territoriales del país persa. Algunos ya anticipan un enfrentamiento militar de proporciones. Y los acontecimientos pueden precipitarse si no se arriba a entendimientos, los que parecen lejanos ante las posiciones rígidas de los líderes de los dos países.
Los medios de todo el mundo están reflejando la creciente tensión
entre Estados Unidos e Irán, luego de que el gobierno de Washington denunciara
el derribo de un dron de vigilancia que volaba, supuestamente, fuera de los límites
territoriales del país persa.
El propio presidente norteamericano afirmó en Twitter -como lo hace habitualmente con cada una de sus decisiones importantes- que había aprobado ataques militares contra Irán. La operación estadounidense se ejecutaría antes del amanecer del 21 de junio contra sitios militares iraníes para evitar bajas humanas. Y cuando el operativo militar estaba en marcha, súbitamente el mandatario lo canceló sin dar mayores explicaciones.
Este episodio es uno más en la larga lista de tensiones entre los dos países. Comenzó cuando funcionarios estadounidenses culparon a Irán de atacar a dos buques cisterna cerca del estrecho de Ormuz, una de las principales vías para transportar gran parte del petróleo mundial. Por ello, el Pentágono autorizó el despliegue de mil efectivos adicionales a Medio Oriente con equipo militar y de vigilancia, con la intención de servir para desalentar a Irán. Se agravaría luego con el derribo del dron, pero fundamentalmente con el anuncio de Teherán de violar una de las partes del acuerdo internacional suscripto en 2015 que ponía freno al programa nuclear de esa nación.
El documento que se había suscripto impedía a Irán avanzar en su desarrollo nuclear. Pero hace pocos días, el presidente Hasán Rohaní anunció la decisión de dejar de vender excedentes de uranio enriquecido y agua pesada, lo que encendió las alarmas en Occidente por el posible desconocimiento del acuerdo que pueda hacer el régimen iraní, aunque esta posibilidad le viene de maravillas a la postura del presidente norteamericano que ha denostado de manera continua lo firmado por su antecesor Barack Obama con los ayatolas, bajo el respaldo de Rusia, China y la Unión Europea.
Vale recordar que Trump se salió del acuerdo con Irán en 2018, aunque éste se mantiene en vigencia con otros cinco países; la administración de la Casa Blanca volvió a imponer sanciones económicas y presionó a otros países para que hicieran lo mismo. Ante ello, la economía iraní está en serios problemas. Pero las reacciones de Teherán pueden ser también drásticas. Por ejemplo,ha amenazado con cerrar el estrecho de Ormuz si Washington no levanta el veto a las exportaciones de petróleo. Por su parte, los estadounidenses aseguraron en mayo de que tenía certeza de que Irán o sus aliados planeaban un ataque contra sus fuerzas en la zona.
En los países del viejo mundo ya anticipan que puede haber un enfrentamiento militar de proporciones. Los acontecimientos pueden precipitarse si no se arriba a entendimientos, los que parecen lejanos ante las posiciones rígidas de los líderes de los dos países. Pero especialmente por los peristálticos movimientos del presidente de los Estados Unidos.