Tanguera y contadora: arte y lógica que van de la mano
Raquel Sánchez de Armando tiene pasión por el tango y participó en un certamen nacional en La Falda.
Raquel Sánchez de Armando es cantante y el pasado jueves participó del Festival Nacional del Tango de La Falda, en su edición Nº34, como finalista de la subsede de la localidad de Esperanza (Santa Fe), en la categoría voz femenina. Participó junto a otras diez mujeres más de todo el país, en un evento que se realizó en el Salón Chino del Hotel Edén, ubicado en la ciudad serrana.
Aunque no obtuvo el primer puesto, Raquel, de profesión contadora -trabaja en la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip)-, igual cumplió un sueño porque el canto representa su verdadera pasión. No obstante, en vez de separar ambas actividades, la artista elige unirlas y asegura que existe una relación directa entre la música y los números.
- ¿Cómo eligió el repertorio para el certamen?
No es fácil elegir una canción de tango para que la interprete una mujer, porque la mayoría son escritos por y para varones. Una vez encontrada la obra tiene que ser de mi gusto. Interpreté "María de Buenos Aires" y "Siempre se vuelve a Buenos Aires" de Astor Piazzolla. Son canciones complejas del tango moderno.
- Qué orgullo para Héctor que su esposa elija el apellido para su nombre artístico...
Elegí el apellido de mi esposo Héctor para mi nombre artístico por una cuestión personal vinculada a mi trabajo, ya que tengo un trabajo particular y quería despegar una cosa de la otra. En certamen me van a conocer con mi nombre de soltera. Mi marido no solo está orgulloso, sino que él es mi apoyo espiritual. Cuando hay una presentación, estoy preparando un show o estoy estudiando me recluyo porque es la forma, y él me respeta.
- ¿Qué significa el canto en su vida?
Llevo el canto en mí de una manera impensada. La vida tiene muchas vueltas.
- Su tonada revela que no es nacida en nuestra ciudad: ¿de dónde es?
Aunque hace 25 años que vivo acá aún tengo algo de tonada. Soy nacida en la ciudad de Córdoba. Allí estudié la carrera de Contador Público y ya trabajando en la Afip en la ciudad capital, conocí a mi esposo que es sanfrancisqueño. Con él me casé y viví en Córdoba donde nacieron mis dos hijos mayores, María Josefina y Federico. Hace 25 años nos vinimos a esta ciudad por cuestiones laborales de mi marido. Mi tercera hija Valentina nació aquí en la ciudad.
- ¿Cómo se congenia el arte del canto con la lógica de los números?
Es que la música también es lógica y matemática. La música tiene su medición, su estructura, su lenguaje dentro de un esquema que se vuelca sobre un papel y se respeta. El oído es fundamental en la música, y la voz también se educa.
- ¿Cómo nace este amor por la música?
A mi padre Rosendo le gustaba mucho cantar. Él era un romántico melódico y cantaba mientras escuchaba sus discos de pasta. Esa fue la manera en que me inserté en la música. Luego, en cuanto coro hubo me anoté. Hoy pertenezco al coro del Colegio de Abogados de la provincia de Córdoba y desde hace un tiempo estudio Música y canto como solista. Estudiar junto a grandes como Rosana Pampiglione, lo pude hacer gracias a esta ciudad.
- San Francisco es de mirar quien es el cantante, en su caso, trabaja en la administración pública y es conocida.
No es fácil el proceso de exposición pero fue un aprendizaje permanente, paso a paso, donde no solamente era pararse frente al público, afinar, seguir el compás de la música sino expresar a través del cuerpo la letra de las canciones. Ese quizás ese el paso más trascendente en la música. Fue una lucha interna.
- ¿Hay valores del canto que usted llevó a su oficina?
Sí, veo cambios especialmente en la actitud ante la vida. De esa manera se crece. La música fue una tabla de salvación para mí.
- ¿A qué se refiere?
Perdí a mi madre cuando era joven, perdí a mis suegros en un accidente de tránsito y superé un cáncer de mama hace ocho años atrás. La música ocupó los espacios vacíos y fue mi salvación, fue mi terapia. Por eso la tomé con responsabilidad y compromiso.
- En esta búsqueda: ¿cómo llega al tango?
Durante mi infancia no escuché tango, ya que nací en una época en la que el género estaba en el olvido. Recuerdo que los tangueros decían que "el tango no se olvidó, al tango lo mataron". Creo que eso tiene que ver porque en aquél momento Piazzolla incursionaba en un estilo diferente, tuvo muchos detractores y fue entonces que el rock nacional comenzó a ocupar su lugar. Poco a poco fui conociéndolo. Primero fue un tanto, después fue otro y después me encontré con otra veta del género que no es cantar, sino expresar. Ahí me di cuenta que estaba cómoda en el género y que toda la historia que traemos de los inmigrantes se vuelca en esa expresión musical.