Taller de narración oral: contar la propia historia para sanar heridas del pasado
La psicopedagoga Liliana Bovo propone un viaje de curación a través del relato, recurriendo al uso de recursos como la ficción y otras formas de comunicación no verbal. Lenguaje inclusivo y la nueva forma de decir y escribir.
Tal como reza la canción de León Gieco,
"todo está guardado en la memoria", allí están los grandes tesoros personales,
las vivencias, las anécdotas, los buenos y los malos momentos. Exteriorizar eso
a través de la oralidad puede convertirse en un trabajo sanador para muchos.
La psicopedagoga especialista en relato oral Liliana Lucía Bovo, que comenzará el próximo martes 9 de abril con su tercer ciclo de "Taller de narración oral" en la Casa del Piamonte José Losano, explica que "por la oralidad pasa la sangre nuestra, no hay tinta. Aparecen el dolor y la nostalgia porque las situaciones dolorosas no se disfrazan de ninguna manera y se busca ponerle un poco de poesía al dolor. Eso no se puede disimular pero sí trabajar porque el taller es sanador y terapéutico por añadidura cambiando la mirada de quien relata sobre lo que está contando".
Un encuentro que estrecha lazos
Trabajar con las vivencias del pasado en un taller resulta enriquecedor. "Los seres humanos recordamos siempre lo que pasa y tendemos a memorizar lo que se dijo por eso trabajamos con la memoria. Allí aparecen recuerdos, escenas, diálogos, canciones, refranes y situaciones que generan empatía y un clima que resulta mágico con gente que no se conoce y de repente se crean vínculos impensados que se sostienen a lo largo del tiempo", indicó Bovo.
La modalidad de trabajo en el taller es más que interesante. "Es como un trabajo de investigación donde nuestro material de trabajo es la historia de la vida de la gente y el instrumento para perpetuar lo contado no es el papel sino el grabador".
Entre la memoria y la ficción
"La ficción salva, la realidad mata. Pero necesitamos ambas para vivir", dijo el escritor español Javier Cercas.
Apelando al recuerdo y poniendo la ficción como recurso literario para poder expresar, la hermana de la reconocida narradora Ana María Bovo parafraseó a Mario Vargas Llosa: "Contar nuestra historia de vida puede hacerla menos caótica de lo que es, porque tenemos baches en la memoria y puntos oscuros y en blanco donde nos quedamos paralizados, y el único lugar que tenemos para sobrevivir es la ficción".
En este juego con la memoria con la ficción, el temor recae en si se traiciona la verdadera historia, algo que Bovo niega enérgicamente. "No hay traición alguna, porque no le saco nada a lo verdadero, sino que la pieza del relato se convierte en algo que nos ayuda a sobrevivir a recuerdos difíciles. Si pongo una mirada piadosa sobre una situación dolorosa y puedo suavizarla, logro crear una versión de lo ocurrido que apacigua el dolor. La ficción es blanca, sin subjetividades, porque puedo contar mi anécdota en otro contexto sin problemas y eso al relato le sirve más".
Apropiarse sin equivocarse
La frase "no escribimos como hablamos" que la cordobesa María Teresa Andruetto confirmó en el discurso final del VIII Congreso Internacional de La Lengua Española demuestra que hay una lucha entre el lugar de la lengua escrita o la de las normas de la RAE y la lengua viva.
Del posible "haiga" que sale de nuestra boca al "haya" de lo que escribimos, hace pensar que la oralidad tiene "errores" que pueden afectar el relato. Sin embargo, para Bovo, esto no sucede. "El error no existe porque en la oralidad encuentro giros idiomáticos y muletillas escucho diferentes de la misma frase o la misma historia y eso es válido, porque son regionalismos somos un texto andando. Distinto es cuando se escribe, cuando el escritor está escribiendo para que otro lo lea y éste debe tener conciencia de lo que hace".
Con el cuerpo y la voz como elementos extras para el relato de la memoria, el otro temor está puesto en la posible contaminación de lo que se dice. "La voz, el ritmo, la mirada y los gestos corporales de la oralidad rompen con el acartonamiento del texto escrito pero eso no significa ensuciar la memoria, al contrario, permite que la persona se apropie de lo que realmente es suyo y solo escuchándose logra ese cometido", afirmó la psicopedagoga.
Lenguaje inclusivo
Bovo fue consultada sobre el lugar que ocupa el lenguaje inclusivo a la hora de relatar la historia con la E. Y sobre el controvertido tema dijo: "El lenguaje es inclusivo para algunos sectores y grupos sociales particulares; tiene que ver con una necesidad urbana, la lucha de la mujer y de algunas minorías pero no se puede utilizar con el relato de la memoria porque la historia que lleva la persona consigo no fue creada con lenguaje inclusivo".
Inscripciones
El taller de Narración Oral Ciclo 2019 comienza este martes 9 de abril a las 18 y se dictará una vez por semana, de 18 a 20, en la Casa del Piamonte José Losano, en avenida Libertador (S) 456, de la Asociación Civil Familia Piamontesa de San Francisco. Para más información, comunicarse al teléfono (03564) 15519944 o a través del correo electrónico cuentoclub@gmail.com.