Sobreviviente de Chernobyl dice que "la Argentina lo salvó"
Sobreviviente de Chernobyl dice que "la Argentina lo salvó"
Oleksandr Zahorodnyuk trabajó y enfermó estando en la zona de la explosión. Los recuerdos de la
tragedia y la muerte de sus compañeros se tornaron inolvidables para él aun viviendo acá.
Oleksandr Zahorodnyuk trabajó y enfermó estando en la zona de la explosión. Los recuerdos de la
tragedia y la muerte de sus compañeros se tornaron inolvidables para él aun viviendo acá.
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Créditos: TN.
Oleksandr Zahorodnyuk era chofer de camión y en 1986
trabajaba en la construcción de la planta nuclear de Pereiaslav-Jmelnitski.
Tras la explosión de Chérnobil en la exUnión Soviética fue una de las personas
a las que se les ordenó participar de la "limpieza" de la zona del desastre.
Estuvo a 150 metros del lugar en el que explotó el núcleo
del reactor y aunque se protegió la radiación fue mucho más fuerte, fue testigo
presencial de los trabajos que miles de hombres llevaron a cabo para evitar una
tragedia aún mayor.
El costo fue alto: comenzó a sufrir de presión en los
riñones. Para curarse se mudó a la Argentina, el país que, según dice, "le
salvó la vida".
"Me mandaron casi obligado a trabajar. No nos dijeron la
verdad, no sabía que era tan peligroso como se muestra ahora. Nosotros no
teníamos información sobre el peligro de la explosión", relata al recordar sus
primeros días en Chernobyl. Durante ese mes durmió en una escuela abandonada de
Pripyat, la "ciudad fantasma" que fue evacuada por completo 36 horas después de
la tragedia. "No tenía miedo pero me sentía mal, tenía la piel de gallina. No
hay olor, no sientes, la radiación está en el polvo", aseguró a TN.
Esa proximidad con la zona en la que se encontraba la mayor
cantidad de material radiactivo le trajo complicaciones de salud. Los dolores
de cabeza se hicieron cada vez más intensos y un estudio médico en Ucrania
determinó que sufría presión en los riñones. "De los 30 que fuimos, ocho ya no
están. Todos eran menores que yo. La realidad es que todos murieron por el
reactor", se lamentó.
Tras años de padecimiento concluyó en que la Argentina sería
la mejor opción para curarse y comenzar un nuevo capítulo: llegó al país en
1998, en el marco del acuerdo que el gobierno de Carlos Menem había sellado con
su par ucraniano para recibir a aquellos que escapaban del desastre nuclear.
En sus primeros años en Capital Federal trabajó como
mecánico en la Avenida Warnes y en una fábrica de muebles. A fines de los 90
conoció a Soraida, oriunda de Perú, y se enamoró. Años después nació Irina, la
única hija de la pareja. "Acá comencé a mejorar. Vine en 1998 con 42 años y
para 2004 mi presión pasó de 16.4 a 11.9. Dejé los dolores de cabeza y me
siento bien", contó con alegría Oleksandr.
De hecho, insiste en que la recuperación se debe a la
geografía de la Argentina. "Es un país virgen con un buen aire, mucho campo.
Vine por su naturaleza, por productos que hay acá. Argentina me salvó, este
país me salvó, ocho compañeros ya no están, murieron, acá es todo bueno".
En diciembre de 2015 se mudó a Merlo, en donde compró una
casa en el barrio Río Alegre. Es su "paraíso" rodeado de perros, patos,
gallinas y abundante vegetación. Un lugar diametralmente opuesto a Chernobyl.
Fuente: TN.
Oleksandr Zahorodnyuk era chofer de camión y en 1986
trabajaba en la construcción de la planta nuclear de Pereiaslav-Jmelnitski.
Tras la explosión de Chérnobil en la exUnión Soviética fue una de las personas
a las que se les ordenó participar de la "limpieza" de la zona del desastre.
Estuvo a 150 metros del lugar en el que explotó el núcleo
del reactor y aunque se protegió la radiación fue mucho más fuerte, fue testigo
presencial de los trabajos que miles de hombres llevaron a cabo para evitar una
tragedia aún mayor.
El costo fue alto: comenzó a sufrir de presión en los
riñones. Para curarse se mudó a la Argentina, el país que, según dice, "le
salvó la vida".
"Me mandaron casi obligado a trabajar. No nos dijeron la
verdad, no sabía que era tan peligroso como se muestra ahora. Nosotros no
teníamos información sobre el peligro de la explosión", relata al recordar sus
primeros días en Chernobyl. Durante ese mes durmió en una escuela abandonada de
Pripyat, la "ciudad fantasma" que fue evacuada por completo 36 horas después de
la tragedia. "No tenía miedo pero me sentía mal, tenía la piel de gallina. No
hay olor, no sientes, la radiación está en el polvo", aseguró a TN.
Esa proximidad con la zona en la que se encontraba la mayor
cantidad de material radiactivo le trajo complicaciones de salud. Los dolores
de cabeza se hicieron cada vez más intensos y un estudio médico en Ucrania
determinó que sufría presión en los riñones. "De los 30 que fuimos, ocho ya no
están. Todos eran menores que yo. La realidad es que todos murieron por el
reactor", se lamentó.
Tras años de padecimiento concluyó en que la Argentina sería
la mejor opción para curarse y comenzar un nuevo capítulo: llegó al país en
1998, en el marco del acuerdo que el gobierno de Carlos Menem había sellado con
su par ucraniano para recibir a aquellos que escapaban del desastre nuclear.
En sus primeros años en Capital Federal trabajó como
mecánico en la Avenida Warnes y en una fábrica de muebles. A fines de los 90
conoció a Soraida, oriunda de Perú, y se enamoró. Años después nació Irina, la
única hija de la pareja. "Acá comencé a mejorar. Vine en 1998 con 42 años y
para 2004 mi presión pasó de 16.4 a 11.9. Dejé los dolores de cabeza y me
siento bien", contó con alegría Oleksandr.
De hecho, insiste en que la recuperación se debe a la
geografía de la Argentina. "Es un país virgen con un buen aire, mucho campo.
Vine por su naturaleza, por productos que hay acá. Argentina me salvó, este
país me salvó, ocho compañeros ya no están, murieron, acá es todo bueno".
En diciembre de 2015 se mudó a Merlo, en donde compró una
casa en el barrio Río Alegre. Es su "paraíso" rodeado de perros, patos,
gallinas y abundante vegetación. Un lugar diametralmente opuesto a Chernobyl.
Fuente: TN.
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