Síndrome de burnout: el estrés de la segunda mitad del año
Una psicóloga analizó el “perfil trabajólico” de aquellas personas adictas al trabajo que no encuentran un equilibrio en lo laboral y lo social y esto termina afectando en su salud física y emocional.
Por Agostina Pereyra
La rutina está hecha para todos, y esto no se vive únicamente en el segundo semestre del año. Las actividades programadas forman parte de la cotidianeidad. En tanto, en ciertas épocas nos encontramos más afectados por el agotamiento que estamos atravesando, no solo en lo individual, sino también en el entorno.
La situación descripta no es ajena a la psicología, fue nombrada y diagnosticada, se trata del Síndrome del Quemado o también llamado burnout.
Según la última Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo de 2019, el Síndrome de burnout es considerado una enfermedad y un causante de trastornos mentales.
Para comprender de una forma más integral qué es el Síndrome del Quemado, LA VOZ DE SAN JUSTO consultó la licenciada en Psicología Valeria Alejandra Rustichelli (MP-4144).
"Se caracteriza por ser una clase de estrés laboral y lamentablemente está cada vez más presente en distintas disciplinas laborales", dijo.
La enfermedad no surge espontáneamente, por eso la experta invitó a "tener en cuenta que se manifiesta por un gran estado de agotamiento tanto físico como mental".
Considerando que el padecimiento no es aleatorio, denota la existencia de un desarrollo, con diversas etapas, "se caracteriza por ser paulatino", indicó Rustichelli.
Síntomas
Según la psicóloga, es necesario tener en cuenta que la "persona comienza a mostrar elevados niveles de cansancio emocional, tras una sucesión de problemas en el área laboral, por lo que influye de forma directa en su autoestima".
La licenciada manifestó que el hecho de que se trate de un síndrome implica un conjunto de "síntomas" que son resultados de un "estrés crónico laboral".
La tensión laboral es frecuente a lo largo del tiempo y "obviamente nace en el ámbito del trabajo", aunque afecta de manera individual.
Si bien puede afectar a todos, la entrevistada destacó que hay algunas personas más propensas a desarrollar el síndrome, ellos son quienes tienen "un perfil trabajólico, es decir, personas adictas al trabajo que no encuentran un equilibrio en lo laboral y lo social y que sienten que no son capaces de tener control sobre su tarea laboral".
Más ansiedad
En el momento que la psicopatología se manifiesta en la persona, aparece una "rigidez causada por el aumento de ansiedad", detalló la psicóloga, por eso abandona la empatía con las personas de las que se rodea.
Los síntomas muestran variaciones frente a la personalidad particular de cada individuo, por ejemplo "hay quienes son ansiosos o depresivos y tienen exteriorizaciones particulares", dijo Rustichelli.
Consecuencias emocionales y físicas
A esta altura de la nota, sabremos si somos víctimas del Síndrome del Quemado o si reconocemos los síntomas en otras personas. "Las exteriorizaciones emocionales son las primeras que aparecen, ahí es donde se hace crónico, porque son pocas las personas que pueden frenar e identificar sus síntomas y qué significa", expresó Rustichelli.
Ante la incapacidad de distinguir los indicadores del burnout, es necesario apuntar a la "prevención, para tener herramientas y predisposición cuando aparezca".
"El agotamiento mental, falta de atención, disminución de la memoria, hacen que salgan a la luz las consecuencias físicas, llamadas exteriorización somática del síndrome", argumentó la especialista.
Como efectos físicos, puede verse un cansancio permanente, falta de sueño, "no querer dormir por la noche del domingo, para no trabajar el día lunes". El trastorno impacta en todas las personas de relación laboral directa, "porque no le interesa el bienestar de su entorno".
Prevenir
En primer lugar "hay que reconocer las características que definen la personalidad, esto hace que se amortigüe el nivel de estrés", explicó la licenciada. Luego de esto, será clave definir si el ambiente laboral es "tóxico", porque esto puede "potenciar las características psíquicas que cada persona tiene".
Cuando se reconocen los síntomas, es necesario acudir a un profesional para constatar si se trata del síndrome.
"Hay que tratar de lograr un equilibrio entre la vida social y la vida laboral", aconsejó la psicóloga, explicando que por vida social se entiende el hecho de "mantener relaciones interpersonales en ambientes agradables, eso ayuda a descomprimir el pensamiento constante de responsabilidad laboral, en un contexto tedioso".
Concluyó en que es responsabilidad, por parte de los ámbitos laborales -algo que no se ve demasiado- el "análisis institucional, realizado por profesionales y capacitados que se contactan con centros de salud mental para diseñar estrategias que lleven a un clima de trabajo más dinámico y agradable".