Ser papá y papá
Los cambios en las legislaciones y los avances médicos ampliaron los formatos familiares. El sanfrancisqueño Pablo Martinengo y su pareja Ariel, quienes junto a Victoria y Paula conforman una familia con dos papá. Son el reflejo de sueños que se cumplieron.
La experiencia de ser padre es maravillosa para muchos hombres. Es amar, proteger y educar a los hijos para que se conviertan en personas independientes y felices.
En la sociedad actual existen muchos tipos de familias y hay más parejas del mismo sexo que optan por la paternidad, una elección de vida que se convierte en un gran desafío, en la que el amor supera al género.
Pablo Martinengo y Ariel Etchechoury son pareja desde hace 23 años y se convirtieron en esposos hace un tiempo, después de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario.
Decidieron ser padres a través de la maternidad subrogada y hoy, en el Día del Padre, celebran por partida doble.
Pablo es sanfrancisqueño pero vive en Buenos Aires desde hace varios años, donde junto a Ariel construyó su familia homoparental. Ambos son padres de Victoria de 3 años y Paula de 1, con mucha alegría y gracias al altruismo de la mujer que brindó su vientre para que puedan cumplir su sueño.Papá por dos
"No importa la orientación sexual, lo importante es atreverse a vivir el sueño; si quieren ser padres, que lo intenten, que peleen porque todos tenemos derecho a ser felices. Ojalá algún día la gente pueda entender eso, dejar los juicios de valor de lado y tratar con más amor al prójimo", aseguró Pablo Martinengo en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Sobre la experiencia que vive junto a su esposo Ariel Etchechoury, comentó que siendo una familia homoparental "no es más difícil la paternidad en sí misma, estás más expuesto nada más, eso es lo que cambia, tenemos que estar todo el tiempo explicando cosas, es como que estamos todo el tiempo fuera del closet, porque las nenas tienen dos papás. En nuestro caso, no tuvimos experiencias negativas, no nos sentimos discriminados, pero entiendo que puede haber gente que sí se sienta así".
"A nuestras hijas no les resulta extraño"
"En lo cotidiano, es lo mismo que en una pareja heterosexual, los roles a veces ni siquiera tienen que ver con el género, hay mujeres que son más padres y hombres que son más maternales", añadió el sanfrancisqueño.
"Tenemos las mismas necesidades y experiencias que todos los padres, cuando el niño se enferma nos angustiamos, las bañamos, las alimentamos, a nuestras hijas, Victoria y Paula, no les resulta extraño tener dos papás -afirmó Pablo-. Victoria ya habla y nos dice: papá Pablo y papá Ariel".
Remarcó: "Imagino que habrá gente que les costará encarar el desafío de ser padres y es importante que vean que se puede. Es importante que se visibilice esta situación y que la gente sepa que existen otros modelos de familia; que se trate con respeto a quienes lo hacen de manera diferente; que también estamos y que en algún momento alguien también se tendrá que ocupar de legislar al respecto".
Pablo recordó que hoy "existen muchas conformaciones familiares, madres solas, padres solos, los chicos no tienen problemas con eso, para ellos es natural, lo que sí uno como padre está mucho más atento al contexto, a no exponerlo a lugares que no sean agresivos, se está mucho más pendiente del entorno porque lo único que queremos es que nadie lastime a nuestros hijos por lo que somos".
"Se está mucho más pendiente del entorno porque lo único que queremos es que nadie lastime a nuestros hijos por lo que somos"
Un largo proceso
Pablo y Ariel lograron ser padres a través de la subrogación de vientre, que hicieron realidad en Estados Unidos gracias a altruismo de Brittany, una mujer americana, que hoy tiene un vínculo muy cercano con ellos y es considerada parte de la familia.
"La Ley de Matrimonio Igualitario que fue algo bueno, eso fue lo que nos decidió a encarar el desafío y nos casamos también por esta cuestión, porque también a nuestros hijos queríamos darle un marco legal de familia. Después del casamiento, llegamos a un acuerdo y analizamos de qué manera íbamos a ser padres", comentó Pablo.
Relató que en ese momento, "vimos el tema de adopción y la verdad, era un camino muy largo y engorroso, todavía hay prejuicios, es complicado. Entonces empezamos a pensar el tema de la subrogación, un proceso complejo y largo que requiere de mucha energía".
"A diferencia de parejas heterosexuales en los que a veces la paternidad llega sin aviso, en nuestro caso el proceso de la paternidad fue muy conversado por nosotros", afirmó.
Continuó que cuando surgió la decisión de la subrogación se planteó otro dilema: dónde hacerlo. "En la Argentina no está prohibido, el problema es que no hay una ley, se puede hacer, pero cuando el bebé nace, la parte legal es diferente y de mucha incertidumbre. Por eso decidimos hacerlo en Estados Unidos donde es más serio, porque para nosotros era muy importante que la mujer dispuesta a hacerlo esté convencida de lo que hace, que tengan el total conocimiento y conciencia".
"En EE.UU. nos contactamos con los diferentes actores en el proceso de subrogación. Terminamos yendo a Chicago a tener a nuestras bebés", manifestó.
La premisa: la verdad
Al referirse a cómo es el proceso, Pablo recordó que la ley en EE.UU. "no permite que la mujer que lo lleva en su vientre aporte el óvulo, entonces primero hay que tener una donante de óvulo, que puede ser anónima y no anónimas. En la Argentina, todas las donaciones son anónimas, recién a los 18 años del niño se puede conocer la identidad, allá es distinto".
"Nosotros pusimos como requisitos que la mujer donante del óvulo no sea anónima, queríamos saber quién era, porque la premisa de tener una familia es que uno se maneje con la verdad. Cuando mi hija tenga más edad y quiera saber, le vamos a poder contar exactamente cómo fue y aparte de eso, tendría que saber quién donó el óvulo", dijo.
Agregó: "Previamente viajamos y dejamos nuestras muestras genéticas en un banco para que cuando consigamos la donante del óvulo se haga una fecundación in vitro. Cuando apareció la donante se cumplieron distintas cuestiones legales y fuimos a una clínica en donde se hizo la extracción de óvulos y con nuestras muestras se hizo la fecundación in vitro".
"Por otro lado, comenzó la búsqueda del vientre. La mayoría de la gente cree que uno agarra un libro y elige entre varias mujeres, pero no es así, nos anotamos en una agencia donde llenamos distintos requisitos, perfiles psicológicos y armaron la carpeta. Las mujeres que de manera altruista quieren ayudar a las parejas subrogando el vientre, van a la agencia y ven las carpetas y si les interesa conocer a las parejas, se realiza una entrevista, que nosotros hicimos a través de Skype, fue un momento muy especial", manifestó Pablo.Pablo y Ariel con sus hijas junto a Brittany, su esposo e hijas forman una gran familia.
La subrogación de vientre, el camino hacia el sueño de ser padres
Pablo Martinengo y Ariel Etchechoury, viven el sueño de ser padres de Victoria y Paula. La subrogación de vientre fue el camino que eligieron y esa experiencia les brindó una gran familia.
Pablo advirtió que en Estados Unidos, "las mujeres que quieren subrogar el vientre están obligadas a ser madres antes, no puede ser su primer embarazo una subrogación. Brittany, que es la mujer que tuvo a nuestras hijas tiene su esposo y dos hijos, toda la familia la acompaña".
"Fue un proceso lindo, abierto, toda la familia sabía -añadió-. Se hace una especie de contrato en el que se deja especificado absolutamente todo y recuerdo una de las condiciones que ella manifestó porque es muy católica, que bajo ningún concepto iba abortar si pasaba algo. Una vez que se terminaron los trámites, se hizo la transferencia de embriones congelados. Ella cobró una compensación económica por ese tiempo, pero su motivación principal es altruista y no económica".
"Le preguntamos a Brittany si no quería darle una hermanita a Victoria. Ella dijo que no estaba en sus planes volver a subrogar pero que no soportaría que otra mujer sea quien lleve nuestro hijo".
Pablo recordó que después de la transferencia de embriones "fueron los quince días más largos porque no sabíamos si iba a quedar embarazada, si era un bebé o dos, hasta que finalmente pasaron los días nos comunicaron que estaba embarazada y fue una felicidad enorme".
"Nosotros fuimos construyendo una relación, siempre estuvimos en contacto, viajamos unos días antes de la fecha de parto y recibimos a nuestra bebé allá, ahí fuimos papás", dijo emocionado.
Se agrandó la familia
Remarcó que con Ariel "tenemos una familia ampliada porque Brittany es parte de nuestra familia, la consideramos así. Nuestra relación con ella es muy buena, nos visitamos una vez al año, conocimos su familia, nos sentimos muy bien e incluso al año del nacimiento de Victoria fuimos a visitarla y le preguntamos si no quería darle una hermanita. Ella dijo que no estaba en sus planes volver a subrogar pero que no soportaría que otra mujer sea quien lleve nuestro hijo, la relación ya era muy cercana".
"Así fue como el año pasado nació Paula. El proceso ya no fue tan largo porque ya la conocíamos. En abril volvimos a Estados Unidos y estuvimos nuevamente con Brittany y su familia", relató.
En cuanto a la situación legal, Pablo comentó que las nenas "nacieron en Estados Unidos y fueron nacionalizadas argentinas. La partida de nacimiento dice que son hijas de Pablo Martinengo y Ariel Etchechoury, no dice que nacieron por subrogación, en la Argentina las inscribieron exactamente así porque lo que se está haciendo es nacionalizando una persona extranjera. Tienen doble nacionalidad, norteamericanas y argentinas".
"Nuestra premisa de vida y familia es que podamos contar con orgullo lo que hicimos, porque no hay nada oscuro, ilegal, nada que no se pueda contar con alegría. Por eso, para nosotros era muy importante ser cuidadosos en cómo hacíamos las cosas. Mucha gente está desesperada por ser padres y acceden a cosas ilegales", finalizó.