¿Se acuerdan del zika?
Ante datos de alarma que difundieron los más reputados organismos sanitarios del mundo, no puede no insistirse en la necesidad de establecer parámetros comunicacionales masivos que permitan a la población tener información sobre este virus y su modo de propagación.
El título de la nota plantea un
interrogante que muchos especialistas en salud pública de toda América se están
haciendo por estos días. Mientras las noticias sobre enfermedades y epidemias
parecen dirigirse hacia el sarampión en varias regiones del mundo y el ébola en
África, otros males siguen agazapados y tienen fuerte incidencia en algunas
regiones del planeta.
El caso del zika refiere especialmente a Brasil. Hace muy poco tiempo, en 2016, este mal fue vinculado con varios defectos de nacimiento en miles de recién nacidos brasileños, cuyas madres fueron infectadas durante el embarazo, lo cual provocó temor en ese país y gran parte del continente americano. Se sabe también que el virus está presente en América latina y el Caribe, incluso ha llegado a los Estados Unidos.
Como se conoce, el zika es propagado por el mismo mosquito que transmite el dengue. Pero también se disemina a través de las relaciones sexuales con una persona infectada. Esta especie está presente también en la Argentina. Así lo señala un informe de la Organización Mundial de la Salud, en el que enumeró a 61 países con presencia del virus, entre ellos el nuestro, pero también en los más densamente poblados como China, Egipto y Pakistán, así como gran parte de África.
El diario The New York Times publicó un informe sobre el tema en el que se vierte la opinión de un especialista en enfermedades pediátricas infecciosas de la Universidad de California Los Ángeles (Ucla), refiriéndose a la situación en Brasil: "En algunos aspectos, la situación es un poco más peligrosa porque la gente no está consciente de ella". Al respecto, las autoridades sanitarias del vecino país admiten que "no se trata de saber si habrá otro brote o no, sino cuándo ocurrirá".
En la nota del diario estadounidense se señala: "Hasta 2015, el zika era un virus poco conocido y bastante inofensivo que producía síntomas parecidos a la gripe. El virus, que fue identificado por primera vez en 1947 en monos ubicados en la selva de Zika, de Uganda, más tarde se abrió paso a los humanos y después se propagó por toda África, el sureste de Asia y el Pacífico sur. Se cree que lo más probable es que el virus haya llegado a Brasil con un viajero que asistió a la Copa Mundial de Futbol en ese país en el verano de 2014. Los científicos aún no saben por qué el zika comenzó a provocar defectos de nacimiento".
Ante estos datos de alarma que difunden los más reputados organismos sanitarios del mundo, no puede no insistirse en la necesidad de establecer parámetros comunicacionales masivos que permitan a la población tener información sobre este virus y su modo de propagación. Es verdad que los mensajes destinados a que se controle la existencia del mosquito vector son numerosos y habituales. Y que en tiempos de frío invernal su presencia se reduce al mínimo. Pero esto no obsta para que se mantengan la alerta, sobre todo teniendo en cuenta que Brasil espera con preocupación un recrudecimiento de las infecciones provocadas por este extraño virus.