Resucitar a la economía de dos ciudades homogéneas
Frontera y San Francisco abren sus respectivos aislamientos obligatorios y la actividad comenzó a reactivarse, pero no con los mismos rubros en todos los casos. Así lo que no está habilitado de un lado del camino interprovincial puede que cruzando la calle sí.
Comprar o contratar un servicio del lado de San Francisco o Frontera para los vecinos siempre fue una alternativa que ahora con la apertura escalonada de distintos rubros durante la cuarentena quizás se haga más notable. Cada provincia va habilitando distintas actividades y si bien siempre estas comunidades coinciden, esta vez hay una excepción.
En la semana San Francisco - que sigue siendo considerada zona roja, aunque flexibilizada - hizo algunos avances respecto de la reactivación económica y los comercios "no esenciales" fueron autorizados a volver a sus locales.
Cerca de las casas de todos, del lado de la ciudad de Frontera la realidad fue diferente porque rápidamente en el mismo lapso de tiempo se fueron habilitando más actividades hasta lograr un buen porcentaje de habilitaciones.
Si bien el camino interprovincial nunca dejó de tener movimiento, desde el jueves que los nuevos protocolos entraron en vigencia el tránsito se incrementó notablemente y los vecinos, en consecuencia, teniendo más comercios abiertos salieron a la calle.
Los comercios de Frontera volvieron a abrir y cambiaron la postal del interprovincial.
Cada día de la semana que se terminó hubo novedades del lado de calle 1 en Frontera y también de Av. Brigadier Bustos (y su continuidad Brigadier López).
En ese ir y venir de las personas en la misma calle, pero sobre jurisdicciones distintas se dibujó una postal homogénea. Frontera reactivada, San Francisco también y una suerte de despertar en las calles que para muchos les dio un alivio de la angustia y fuerzas para retomar.
Realidades diferentes
Germán Sosa tiene una peluquería masculina, a las 9 llegó a su negocio por segundo día consecutivo después de tener todo cerrado durante más de 40 días. A los pocos minutos ya tenía su primer cliente de la jornada y el alivio se siente en el aire y en su rostro.
Llegó, acomodó todo, se puso alcohol en las manos y mantuvo siempre el barbijo. Al local no entran varias personas, por eso como siempre lo hizo da turnos y las rotaciones se dan después de 40 minutos.
Dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO que "fue muy duro este tiempo porque ellos viven día a día". Respecto de cómo trabajó en el primer día sostuvo que "ayer (por el jueves) fue un movimiento como el fin de semana".
La angustia por la economía y no poder trabajar para Germán era mucha más porque como tantas otras personas también tenía que pagar el alquiler. Para todo eso y también soportar el día a día apeló a lo guardado y ahorrado, pero ya no podía aguantar mucho más.
En el recorrido por el interprovincial todavía hay negocios cerrados. Una tapicería, otro de venta de electrodomésticos, algunos de ropa, cerrajerías, mercerías, forrajerías por solo mencionar a algunos. A todos ellos los invade la incertidumbre porque el decreto no termina de ser claro y al no decir explícitamente el nombre de su rubro nadie se anima a abrir y también los aquejan los mismos problemas.
Lo que sí estaba abierto era una inmobiliaria. Con sus propias medidas de bioseguridad Emanuel Vera que trabaja junto a su papá Edgardo, comentó que empezaron a trabajar recientemente con puertas abiertas, pero antes iban para cualquier emergencia y recibir consultas. Solo restaba que les otorgaran el permiso.
Respecto de la situación con el abono mensual de los alquileres, Emanuel indicó a este diario que "el 80 % de las personas aproximadamente pagó el saldo del mes anterior" pero "esperan que este sea el más complicado de todos" debido a que pasaron un mes completo sin trabajar mayormente.
Tras la reapertura, esperan poder reactivar la
economía minorista, golpeada por la cuarentena.
En paralelo
El protocolo, los permisos de las municipalidades, el detalle de los decretos y muchos grises para quienes no saben si pueden abrir son todas cosas que se mezclaron en las ciudades que se terminan en el camino interprovincial.
Del lado de Córdoba ya trabajan profesionales liberales (como escribanos, contadores, abogados, arquitectos, ingenieros, agrimensores, corredores inmobiliarios, gestores matriculados, martilleros) y otros de la salud como oftalmólogos, kinesiólogos, fonoaudiólogos y psiquiatras.
En cuanto a los profesionales independientes, pueden trabajar dos veces a la semana siguiendo un estricto protocolo sanitario.
Con Frontera pasó lo mismo, ya trabajan tramitando sus permisos comerciantes minoristas y mayoristas, inmobiliarias, profesionales liberales.
Igualmente, las dos ciudades aplican el sistema conocido como "take away'" para los locales gastronómicos y la extensión hasta las 23 del servicio de delivery.
Desde el jueves, los salones de peluquerías, como el de Germán, volvieron a la actividad en Frontera
¿Qué tiene Frontera que San Francisco no?
Si bien en las dos ciudades se avaló la flexibilización para que puedan trabajar empleados de la construcción en obras deshabitadas, en San Francisco el límite es de hasta 3 albañiles y en Frontera un máximo.
Además del lado santafesino la norma es más clara porque enumera específicamente a gasistas, carpinteros, mosaiquistas, ceramistas (siempre con un límite máximo de trabajo simultáneo de 5 personas).
Los santafesinos recién ahora le permiten volver a trabajar a los talleres mecánicos, cuando los cordobeses lo mantienen desde inicios de abril junto con las gomerías.
Ahora, si se busca un lavadero de vehículos en San Francisco no se puede, pero del otro lado del camino interprovincial sí; idéntica situación sucede con los negocios de peluquería, manicuría y podología después de un mes y medio -aunque el COE Central ya dio su aval para la apertura inminente en nuestra ciudad-, y lo propio pasó con las asociaciones y agencias para el desarrollo, fletes o servicios de mudanza.
Si hay algo que no cambia es el panorama entre estas dos ciudades, donde todavía hay mucho por reavivar y un largo camino por delante hasta que todo se vuelva a reactivar.
En la vecina ciudad también se reactivó el rubro inmobiliario y Emanuel volvió
a trabajar.
El comerció abrió entre la incertidumbre, la resignación y un horario que no convence
Aunque la autorización del Centro de Operaciones de Emergencias (COE Central) señalaba el lunes como el día de la reapertura de los comercios que permanecían cerrados desde el 20 de marzo y estableció el horario de 14 a 20 y los sábados de 8 a 13, los locales, asfixiados por la crisis, no esperaron y ayer comenzaron a atender al público.
Sin embargo, la reapertura no congregó a la gente que esperaban. Era notable un mayor movimiento pero no se tradujo en el nivel de ventas. Saben que les costará recuperarse.
"La gente aún no sabe muy bien qué hacer ni cómo actuar", coincidieron comerciantes consultados por LA VOZ DE SAN JUSTO y se mostraron resignados ante la nueva realidad que plantea el coronavirus.
Gonzalo, de Milano Calzados -Bv. 25 de Mayo 2041- reconoció que las expectativas en esta primera etapa de la flexibilización de la cuarentena "no son muy buenas" porque en las primeras horas posteriores a la reapertura "hubo muy poco movimiento".
"La gente está con muchas precauciones porque no sabe bien cómo moverse y si eso le puede traer algún problema con los controles que se están haciendo", agregó.
Sobre las pocas operaciones que se concretaron, Gonzalo dijo que "se caracterizaron por el uso de la tarjeta de crédito aprovechando las ofertas".
Gonzalo
Daño colateral
Ariel, de Leyton -25 de Mayo 2083-, reconoció que "la gente tiene miedo de salir a la calle por diferentes motivos y es comprensible", lo que conspira contra la llegada de posibles clientes.
Además, expresó que la imposibilidad de la apertura de locales bailables, bares y confiterías los perjudica "de manera directa" a los negocios del rubro indumentaria. "Los jóvenes no pueden salir y por eso es normal que no compren ropa".
"En este primer momento nuestras expectativas comerciales están puestas en aquellas personas que conducen motos y necesitan algún buzo o suéter como abrigo. La realidad es que las ventas se reanudaron muy bajas", siguió.
Los clientes también opinaron. Maximiliano, un vecino de 29 años de barrio Palmares II, salió de su casa a comprar algo de ropa. Luego de decidirse por un buzo de abrigo, comentó a este diario que "era hora de que volvieran a abrir los comercios. En algún momento había que flexibilizar el aislamiento porque creo que tal como estaban las cosas, no daba para más".
Ariel
El empleado en un negocio de pisos y revestimientos comentó que en su caso, por el momento, "solo estamos haciendo entregas de pedidos pendientes en el negocio y nos manejamos con el stock que teníamos. Veremos ahora cómo vamos a hacer con el horario y el abastecimiento de materiales".
José Marín, de Londres Tienda Fashion -Bv. 25 de Mayo esquina España- indicó que "la gente tiene un poco de recelo porque no sabe muy bien con qué se va a encontrar. Algunos clientes dijeron que fueron demorados por Gendarmería o Policía Federal y los hicieron volver a su domicilio".
José Martín
En esta primera etapa de reanudación de la actividad comercial reconoció que "no tengo grandes expectativas" porque "al margen de esta pandemia, el comercio viene de una situación muy difícil y esto es un golpe más a la economía".
"Va a llevar un tiempo acostumbrarnos nuevamente a la actividad. Cuando eso pase, quizá nos soltemos un poco y normalicemos ciertas costumbres que quedarán incorporadas en la forma de desenvolvernos ante la gente", finalizó.
Opiniones dispares sobre el horario
El horario establecido por el COE Central no cayó muy bien en los comerciantes. No obstante, cada COE Regional podrá hacer modificaciones por cuestiones organizativas. Por ello, se espera que en las próximas horas y en coordinación con el municipio se definan horarios y otras medidas. Desde el Centro Empresarial y de Servicios (CES) propusieron medidas sanitarias y sugirieron abrir de 8 a 16.
Precisamente, la imposibilidad de atender al público en horario matutino los priva de captar a aquellos que concurren por la mañana a la zona céntrica a realizar algún trámite a los bancos que desde mediados de abril atienden al público.
Además, los comerciantes remarcaron que con esta limitación "mucha gente va a tener que salir dos veces de sus hogares. Por la mañana para ir al banco y por la tarde para comprar".
Según explicó Gonzalo, de Milano Calzados, "este desdoblamiento del horario entre el comercio y los bancos no nos beneficia para nada. A la mañana hay mucho más movimiento que a la tarde. No tenemos muchas expectativas de que esto vaya a funcionar".
Más optimista, Ariel de Leyton comentó que "si bien no es lo ideal, creo que la gente se va a acostumbrar y si tiene que salir a diferentes horarios lo va a hacer".
"Los comerciantes nos tendremos que acostumbrar a esta realidad porque no hay otra opción. Esto es preferible a tener el local cerrado como pasó todo este tiempo", agregó.
José Marín, de Londres Tienda Fashion, dijo que "con tal de que autoricen la apertura todo viene bien. Es difícil establecer qué horario es mejor. Si bien por la mañana hay más movimiento por la actividad bancaria, por otra parte, el desdoblamiento permitirá al empleado bancario para que venga a comprar por la tarde".
Más allá de esto, el comerciante se inclinó por apoyar "el horario unificado" porque de lo contrario "se termina confundiendo a la gente con tantas normativas. Lo ideal sería que la mayoría de las actividades no esenciales puedan compartir un horario".