Resiliencia: la adversidad nunca detuvo a Ana Belén
"Cuando te pasa algo así es importante superarlo y seguir adelante", dice Ana Belén Bertello a quien la vida le dio un duro golpe cuando era muy chica y le amputaron una de sus piernas, pero luchó, se levantó y salió adelante.
Cuando tenía un año y medio, la salud de Ana Belén Bertello tuvo en vilo a toda la ciudad luego que la picadura de una araña le produjera una grave infección que causó la amputación de una de sus piernas.
Hoy con 12 años, Ana asegura que su prótesis "Pepi" -como la llama desde que llegó a su vida- es parte de ella y con una admirable resiliencia, sigue creciendo, cursa primer año en el Instituto Pablo VI, juega al vóley, toca la guitarra, escucha su música preferida y sueña con un futuro lleno de posibilidades como cualquier chica de su edad.
Lejos de sentirse angustiada o discriminada, ella lleva una vida normal, con el apoyo de su familia y la inclusión de sus compañeros y amigos. "Es una lección de vida a diario", aseguran sus padres, Mariela Delprato y Marcelo Bertello, quienes rescatan la alegría con la que vive diariamente y su simpleza ante los problemas que muchas veces preocupan exageradamente a los adultos.
"Estoy acostumbrada a vivir con 'Pepi' mi prótesis, es parte mía, me acostumbré con el tiempo y la fui cambiando muchas veces a medida que iba creciendo, porque me quedaba corta o larga. Hago vida normal como cualquier chica de mi edad", aseguró Ana Belén en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
En su casa de barrio San Martín, Ana relató cómo es su vida ahora, once años después de lo ocurrido y aseguró que con su testimonio quiere ayudar a otros chicos que pasan por situaciones difíciles. "Creo que cuando te pasa algo así es importante superarlo y seguir adelante", remarcó.
Agregó: "Nunca me sentí discriminada por mi condición, mis compañeros siempre me ayudaron y me ayudan, me acompañan. El apoyo de mi mamá y mi papá también es fundamental".
"Desde que me pusieron la prótesis tengo que ir a rehabilitación, actualmente voy a un instituto privado, hago ejercicios con pelotas, tengo que cargar peso en mi pierna débil, para mantener el equilibrio y fortalecer el músculo. También hago ejercicio en el agua y practico vóley, me gusta mucho, voy a jugar al club El Ceibo y ya fui a competir con el equipo a Pozo del Molle", comentó sobre sus actividades.
"Me pongo la prótesis fácilmente como si fuera un zapato -dijo-, antes la ajustaba con un tornillo ahora con un sistema de abrojo pero siempre sin problemas y con mucha naturalidad".
"Cuando fui creciendo tuve que pasar nuevamente por una operación porque el hueso de la pierna cortada crecía demasiado entonces tuvieron que corregirlo para poder ponerme la prótesis", afirmó.
Ana Belén junto a sus padres, el amor de la familia también ayuda a seguir adelante
"Una lección de vida a diario"
Mariela Delprato y Marcelo Bertello recuerdan aquellos tiempos en los que tuvieron que enfrentar la difícil situación por la que pasaba Ana Belén siendo tan pequeña. Hoy se sienten felices y aseguran que Ana "es una lección de vida a diario y ejemplo para muchos. Nos enseña a todos a vivir de otra manera, a ser más simples".
"Para cada papá o mamá, la situación que le toca enfrentar es fuerte, pero creo que hay que luchar por lo que corresponde y no limitar a los niños, porque ellos pueden, cualquiera sea la diferencia que tengan", remarcaron.
Destacaron que Ana "siempre tuvo una inmensa fuerza de voluntad, siempre fue independiente y por eso es importante no ponerle límites. Ana iba a la escuela primaria sin su prótesis, con muletas, jugaba carreras con sus compañeros, hasta compartió situaciones graciosas como que se le saliera la prótesis en un juego durante el viaje de estudio del primario y ante eso se reía ella misma de lo que le pasó y con sus compañeros".
"Nunca recibió discriminación y sí mucho respeto por parte de sus compañeros, eso habla mucho de los padres, las familias que les enseñaron a sus hijos a ayudar a Ana Belén a salir adelante. Siempre nos sentimos integrados", remarcaron Mariela y Marcelo.
Recordaron que en aquel momento "teníamos miedo de esto, de cómo iba a continuar su vida y nos damos cuenta que todo salió bien. La fe es fundamental, la espiritualidad y la solidaridad son muy importantes y hacen bien para que en su camino diario pueda continuar y llegar a su madurez sin problemas".
Los padres de Ana Belén aseguraron que la
situación que derivó de ese lamentable episodio "se nos hizo medianamente más
liviana porque nos encontramos con equipos médicos y profesionales de la salud
muy apasionados que pusieron todo para que Ana pudiera lograr lo que parecía
imposible que era volver a caminar". "En el Hospital de Niños de Córdoba,
recordamos al doctor Jorge Pedro jefe de Traumatología y a la doctora
especialista en Toxicología, Nilda Gait, que fueron pilares importantes tanto
para Ana y para nosotros como padres, cuando estuvimos en Córdoba. También la
ayuda espiritual que te levanta y te ayuda que con sus oraciones y el aporte
económico nos ayudaron a sobrepasar los tres meses en Córdoba", recordaron. Remarcaron que cuando regresaron a San
Francisco "tuvimos la suerte de encontrar buenos profesionales, la ciudad fue
creciendo en rehabilitación de casos como el de ella. Kinesiólogos como Javier
Conti, Marily Vignolo, la doctora Milena Komorovsky y varios profesionales
comprometidos con la atención".Un caso que movilizó a la medicina