Reírse de uno mismo, el camino más sencillo hacia el bienestar
"Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse", dice la popular frase de Santo Tomás Moro. En una sociedad en la que muchas veces reina la inseguridad, donde todos juzgan, aprender a reírse de uno mismo es una valiosa arma para ignorar la opinión de los demás y enfrentar los problemas.
Un estudio realizado por la Facultad de
Medicina de la Universidad de Harvard en Estados Unidos establece que
el humor tiene múltiples beneficios para la salud física y mental.
Aumenta las defensas, mejora la predisposición de la persona,
optimiza las relaciones interpersonales, incide en un sueño más
profundo y evita las consecuencias del estrés.
Sin embargo no es tan fácil lograr reirse de uno mismo, ya que el ego o el miedo a quedar en ridículo se convierten en obstáculos. ¿Cómo aprender a reirse de uno mismo?, ¿Cuáles son los beneficios para la salud física y mental?.
El licenciado en Psicología, José Emilio Macello (MP-1352) de nuestra ciudad, quien aplica el método de logoterapia aseguró en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO que para poder hacer esto es necesario tener actitud de esperanza, sanamente optimista, "una postura un poco risueña ante la vida".
Explicó que desde la programación neurolinguística se enseña a visualizarse a uno mismo disociado de sus problemas, separado de ellos, para verlos desde otros angulos, desde otros puntos de vista. "Este ejercicio nos lleva a relativizar lo que nos preocupa, muchas veces hasta dejarlo atrás, a solucionarlo o en el mejor de los casos a trascenderlo, a ir más allá del problema en si. Al poder hacer esto desarrollamos la capacidad de ver al obstáculo mas chico que nosotros y no nos abruma", afirmó Macello.
Más autoestima
El psicólogo remarcó además que la capacidad de reírse de uno mismo aumenta la autoestima. "Desde el momento que dejamos de hacer una montaña de un grano de arena o de una pulga un elefante, al desdramatizar o incluso desdramatizarnos, eso puede llevarnos a vernos y a ver la vida mas equilibrada", dijo.
Continuó diciendo que cuando estamos equilibrados "somos mas capaces de amar y amarnos. Nos es mas fácil vencer la ira - si desarrollamos sentido del humor- y no estar siempre como si fueramos una olla a presión a punto de explotar. También contribuye a que estemos mas calmados, que tengamos mas paciencia tanto con nosotros mismos como con los demás. Esto es muy importante porque así nos relacionamos mejor con el prójimo".
"Creo que en nuestra sociedad a veces el reírse, estar relajado de ese modo es mostrarse vulnerable", aseguró el licenciado Macello
El ego y el temor al qué diran: los obstáculos
Existen distintos factores que impiden lograr una mirada más divertida de uno mismo y de la vida: el ego, los miedos a parecer tontos o a que nos tomen como tales.
"Creo que en nuestra sociedad a veces el reírse, estar relajado de ese modo es mostrarse vulnerable. Personas de otras ciudades me preguntaron sorprendidos porque los sanfransisqueños casi no sonreimos y me parece que está un poco exacerbado el temor al que dirán", analizó Macello.
Agregó que influye en esto el impulso muy humano de querer "siempre tener la razón y no admitir que nos equivocamos con mas frecuencia que la que desearíamos o si nuestra autoestima se basa en sentirnos importantes, por ejemplo, sería muy duro darse cuenta que en realidad no lo somos mas que cualquier otro".
El humor se acerca a la sabiduría
Macello recordó que Viktor Frankl, quien desarrolló la logoterapia, "decia que el humor se acerca a la sabiduría pues nos ayuda a objetivarnos, a vernos como si fuéramos otro, y a dimensionarnos mas humildemente".
"De hecho, se aplica una técnica llamada de reflexión la cual pretende que el paciente se concentre mas en su tarea en la vida que en si mismo. Es por eso la similitud con la sabiduría. Parafraseando el título del libro del Papa Francisco "En el servicio esta el poder", podríamos decir que en "el servicio se encuentra en buen humor".