Reinventarse para sobrevivir: de la carpa del circo al food truck
Un nuevo capítulo se suma a la historia de una vida itinerante que hace cien días quedó en pausa. Varados en San Francisco sin poder hacer sus funciones, los artistas circenses decidieron montar una "cocina" sobre ruedas.
Más de cien días varados en San Francisco y la necesidad de trabajar de lo que sea. El circo, como otras actividades que todavía ven lejana la posibilidad de volver a brindar espectáculos con público, se vio obligado a reinventarse para sobrevivir en una existencia itinerante que el 20 de marzo se detuvo por completo.
Para no desprenderse de bienes que con mucho esfuerzo adquirieron, decidieron reinventarse y con los 10.000 pesos que cobraron a través del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) transformaron el food truck en el que durante las funciones venían snacks y golosinas en un "cocina" sobre rudas.
Hamburguesas, papas fritas, panchos, medialunas, café y gaseosas es parte de la nueva carta del Atlas en el predio de la Sociedad Rural de San Francisco que arrancó este sábado y no descartan hacer delivery.
"Después de mucho tiempo empezamos a pensar en hacer algo, en ponerle el pecho a esto, luego de atravesar momentos muy difíciles. La idea que surgió fue aprovechar nuestros recursos como circo y ver qué podíamos hacer", contó Alejandra Montes de Oca a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Queremos que la gente disfrute de las cosas ricas que hacíamos en cada función y la lleven para comer en casa, en familia. También podemos acompañar en los cumpleaños de los chicos y celebrar junto a ellos", agregó.
Con sonrisa de payaso, Alejandra alista el carrito de comidas.
¡Bienvenidos!
Durante las jornadas que atenderán en el carro -de jueves a domingo en los horarios permitidos por el protocolo de Covid-19- estarán los payasos del circo para recibir a los clientes que seguramente irán acompañados de los más pequeños que con mucha ilusión esperan el regreso de sus personajes favoritos. "Esta es una de las maneras de volver a encontrarnos con nuestro público", aseguró la mujer.
Manos a la obra. Reinventarse para subsistir.
Esperanza viva
En estos más de tres meses sin poder trabajar, la familia del Atlas se la rebuscó como pudo. "Durante este tiempo todos salimos a hacer changas. Algunos de los chicos iban a cortar el pasto, elaborábamos pizzetas, empanadas, lo que sea".
La propietaria del circo destacó la ayuda de los vecinos de la ciudad. "La gente nos ayudó mucho en este tiempo y estamos agradecidos por ello. Volver a encontrarnos con los vecinos es mantener la esperanza viva de que el circo no va a desaparecer a pesar de la pandemia y es una manera de agasajar a los sanfrancisqueños por tanta ayuda", concluyó Montes de Oca.
"Después de mucho tiempo empezamos a pensar en hacer algo, en ponerle el pecho a esto, luego de atravesar momentos muy difíciles".