Recuperarse del coronavirus: “Desde el momento que enfermé, pensé en donar plasma”
Betiana Guadalupe Pons fue el primer caso de covid-19 positivo en María Juana, luego de un viaje al exterior. Madre de dos hijos, la mujer soportó la mirada ajena y tiene intenciones de ayudar a los que más necesitan para afrontar esta enfermedad.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Betiana va al supermercado, sale con sus hijos pequeños a caminar
por el pueblo y hace los mandados como cualquier vecino de María Juana, en el
departamento San Martín de Santa Fe.
Pero aún hoy, luego de haber dado negativo el último resultado de su test de coronavirus y tener el alta de los médicos, sigue siendo la primera persona de su pueblo que se contagió de covid-19.
Tras recuperarse y superando la mirada social, Betiana tiene ánimos de ayudar a quienes se contagien de este virus y no descarta donar plasma.
"Desde el primer momento en que supe que era positivo de coronavirus, estaba decidida a donar plasma. Cuando averigüé, me dijeron que solamente se podía hacer en Buenos Aires pero ahora que hay mayor interés en esto y la posibilidad de una ley de donación de plasma, sé que pronto podré hacerlo cerca de mi lugar de residencia", dijo Betiana Pons a Voz Mujer, mientras abraza sus hijos con quienes está retomando sus actividades.
"Es muy importante ayudar a otros para que se puedan recuperar de esta enfermedad. Si se promulga la ley, más recuperados ayudaremos a los que necesitan", agregó la mujer.
Superar la mirada social
La mirada ajena, el estigma social y las calumnias infundadas sobre ella y sus cuidados ante la posibilidad de contagiar a otros, la pusieron en boca de todos en su comunidad. "Estoy mejor que nunca", confió Betiana.
"La primera semana en que tuve mi resultado positivo de covid-19, escuché muchas cosas que la gente inventaba pero es lo que pasa siempre. Cuando anuncian un caso positivo, las personas empiezan a sacar deducciones y a inventar que estuviste saliendo de tu casa, rompiendo la cuarentena, que tuviste contacto con un montón y se genera un pánico muy grande en la sociedad", relató la mujer.
Pero Betiana está tranquila: "Yo estaba en paz porque sabía que era todo mentira, pero era inevitable que me doliera hasta que entendí que siempre pasa eso y hay quienes que van hablar y opinar sin saber".
Betiana junto a su hijo Nazareno, en plena recuperación del covid-19.
Vacaciones convertidas en pesadillas
Betiana se contagió en México, lugar que eligieron con su esposoNicolás Mario Strappini (40) y sus pequeños hijos Nazareno (3) y Milo (1) para vacacionar por 10 días.
Sin embargo, la cuarentena y el cierre de los aeropuertos para volver al país, los tuvo con cinco mudanzas en un mes entre hoteles, condominios y departamentos en Cancún y Playa del Carmen, hasta que lograron regresar.
El 23 de abril, finalmente llegaron a María Juana y comenzaron la cuarentena en familia. Pero el 2 de mayo, todo cambiaría para los Strappini Pons. "Ese día tenía unagran congestión, perdí el olfato y el gusto, y por tal motivo al día siguiente nos realizaron el hisopado a toda la familia lo cual a mí me dio positivo y negativo para mi marido y mis 2 hijos".
"Al principio me angustié porque sabía la repercusión que iba a tener en el pueblo por el miedo de las personas, pero por otro lado siempre estuve muy tranquila porque yo estaba bien de salud y sabiendo que estaba haciendo las cosas bien por lo que nada malo podía pasar", contó Betiana.
El 17 de mayo, ya esperanzada que iba a dar negativo el segundo hisopado y que íba a poder volver a su vida normal, el médico le comunicó que seguía siendo positivo y tenía que esperar 1 semana más. "El tema eran mis niños que son pequeños y no entendían porque no podían salir pero bueno tratamos de explicarle de la mejor manera para que entendieran", recordó Betiana.
Mientras tanto, las voces del pueblo iban callando y calmando ya que nadie tenía pruebas de que Betiana y su familia habían incumplido la cuarentena.
El 27 de mayo, la mujer se sometió a un tercer hisopado y llegó la grata noticia que era negativa. "No puedo explicar la alegría de mi hijo de cuatro años. Empezó a correr feliz por el patio y a gritar que ahora podía ir a la peluquería a cortarse sus rulitos".
Con esta experiencia vivida, Betiana dejó una reflexión: "Me gustaría que la gente entendiera que nadie tiene la culpa de contagiarse y antes de hablar e inventar tantas cosas que se informen bien. No se trata de buscar culpables si no que cada persona se ocupe de hacer las cosas como corresponde porque esa es la mejor manera de cuidarnos entre todos. Desde mi experiencia personal demostré que haciendo lo que corresponde nada malo puede pasar porque ante el coronavirus, lo primero es ser responsable por uno y por los otros", concluyó.