Quince años de cárcel por abusar de una niña en barrio Jardín
Raúl Ocaño había sido detenido en 2016 tras una persecución policial de película y "trompear" a un policía en el sector sur de la ciudad y luego de que su pareja lo sorprendiera en la cama con su nieta de 10 años.
Raúl Octavio Ocaño, de 46 años, fue condenado a 15 años de cárcel por el abuso sexual de la nieta de su pareja, una niña que entonces tenía 10 años. La pena impuesta por la Cámara del Crimen de San Francisco es de prisión efectiva.
Ocaño permanecía en la Unidad Penitenciaria Nº 7 donde ahora cumplirá la condena. Llegó a juicio imputado de los delitos de "abuso sexual doblemente agravado continuado" y "abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado continuado, ambos en concurso real y a su vez en concurso ideal con promoción de la corrupción de menores agravada".
Además, recaía sobre Ocaño la imputación de "atentado contra la autoridad agravada, resistencia a la autoridad y lesiones graves calificadas".
El hecho
En noviembre de 2016 Ocaño había sido detenido tras una persecución policial en el sector sur de nuestra ciudad sospechado de haber abusado de la nieta de su pareja. Este hombre había sido sorprendido en la cama con la niña de 10 años.
La causa fue investigada por el fiscal de Delitos Complejos Bernardo Alberione.
El hecho, que causó conmoción entre los vecinos, había ocurrido en un domicilio de calle Carlos Gilli al 2400, en barrio Jardín, donde Ocaño fue sorprendido por su pareja, de 52 años, que arribó a la casa y lo encontró acostado en la cama junto a su nieta de 10, a la que, según habría denunciado la mujer, estaba manoseando.
Inmediatamente, la señora alertó a la línea de emergencias policiales 101 y a los pocos minutos, alrededor de las 19.40, se constituyó en el lugar un patrullero con dos efectivos abordo. Ocaño, nervioso, al ver la presencia policial tomó una cuchilla tipo "carnicera" y amenazó con apuñalar a los uniformados.
Los efectivos solicitaron refuerzos y se sumaron así a la persecución dos integrantes de la patrulla de motopolicías. Uno de estos últimos, el cabo primero Cristian Wiesma, intentó detener a Ocaño pero éste le propinó un golpe de puño que le quebró el tabique de la nariz y siguió escapando. Para entonces, se sumaba a la persecución miembros de la Patrulla Rural. Y a la altura de un descampado de la zona sur de San Francisco, el hombre fue reducido y capturado por los policías.