Problema grave y subestimado
Más allá de las flaquezas de las políticas públicas y de algunas leyes que se aprueban pero que luego muestran baches profundos a la hora de aplicarlas, la conducta apática no es la mejor manera de abordar el flagelo de la droga que destruye vidas y destroza familias.
La inmensa repercusión que ha tenido el caso de índole sanitario - policial protagonizado por el cantante Chano Carpentier está generando reflexiones interesantes sobre una problemática que no siempre es motivo de discusión social. La adicción a las drogas es un flagelo gravísimo que se fue acentuando con el tiempo gracias a una cada vez mayor permisividad social, a la inoperancia de las medidas de control del negocio del narcotráfico e, incluso, a una dosis de resignación frente a situaciones personales y familiares que no encuentran el modo de resolverse.
La droga es un veneno que provoca daños inconmensurables en todos los aspectos de la vida social. Uno de ellos es el deterioro de la salud mental que pone en evidencia la carencia de redes de contención estatal que permitan aplicar una ley aprobada hace poco, pero que no fue acompañada por la generación de estructuras que permitiesen atender como corresponde los casos que se presentan.
Sucede que el problema se hace visible cada vez que un personaje conocido vive un episodio traumático. Y cuando los días pasan, el ruido provocado se silencia. El caso de Charpentier tiene antecedentes en otros como los de Pity Álvarez, Matías Alé o el mismo Diego Maradona. Allí se manifiesta públicamente, se visibiliza. Sin embargo, a poco de andar, pierde fuerza y queda sepultado para la consideración pública, pese a que es una realidad cotidiana que viven cientos de familias argentinas.
Es más, circunstancias dramáticas se viven también en nuestra ciudad según el testimonio de un especialista en la materia como el doctor Mario Vignolo. En declaraciones a este diario, el profesional sostuvo que se trata de una realidad cotidiana en nuestra ciudad. "Semanalmente se registran en el Hospital Iturraspe al menos dos casos de familias desesperadas que están atravesando esta situación. Muchas sufren el drama de las adicciones severas y reclaman poder internar a sus hijos", expresó.
Para empeorar las cosas, la pandemia hizo que se postergaran atenciones de patologías psiquiátricas que podrían haberse exacerbado de acuerdo a la impresión del doctor Vignolo: "El aumento del consumo de psicofármacos y drogas durante la pandemia ya supera el 20 por ciento respecto a años anteriores; es muy asombroso y alarmante, así como también los estados de ánimos alterados, la inestabilidad, la depresión". Si a esto se suma el consumo de drogas, queda bien claro que se está en presencia de un panorama bastante oscuro.
No es posible resignarse a bajar los guantes frente al combo grave de la drogadicción y sus efectos en la salud mental de las personas. Porque más allá de las flaquezas de las políticas públicas y de algunas leyes que se aprueban pero que luego muestran baches profundos a la hora de aplicarlas, la conducta apática no es la mejor manera de abordar este flagelo que destruye vidas y destroza familias. Es muy serio que este grave problema sea subestimado en muchos ámbitos de nuestra sociedad.