Prisión preventiva para un exintegrante de la Policía Caminera por violar a menor
Se trata de Néstor Antonio Ferreyra (38), quien fue imputado como presunto autor de los delitos de "abuso sexual con acceso carnal agravado, producción de imágenes pornográficas de menores de 18 años agravado, coacción, todo en concurso ideal con corrupción de menores".
El fiscal de instrucción de Villa María, René Bosio, dictó la prisión preventiva a Néstor Antonio Ferreyra (38), un exintegrante de la Policía Caminera a quien el presentante del Ministerio Público Fiscal imputó como presunto autor de los delitos de "abuso sexual con acceso carnal agravado, producción de imágenes pornográficas de menores de 18 años agravado, coacción, todo en concurso ideal con corrupción de menores".
Ferreyra había sido detenido el 19 de febrero último acusado de haber fotografiado desnuda y abusar de una menor de ocho años perteneciente de manera indirecta a su entorno familiar.
El efectivo era integrante de la Dirección General de Policía Caminera en donde revistaba la jerarquía de cabo cuando en el 2014 fue exonerado de la fuerza por su participación de manera indirecta en un delito de instancia privada cometido en contra de una adolescente de la ciudad de Las Varillas. Por este hecho fue condenado el policía que se encontraba junto a él.
Ferreyra se desempeñaba laboralmente en el área de Seguridad Ciudadana de la municipalidad de Villa María, lugar al que había llegado luego de ser expulsado de Policía Caminera. La denuncia en contra del exuniformado fue radicada a comienzos de febrero por el padre de la víctima -la que en la actualidad tiene 10 años- y a partir de allí el fiscal René Bosio inició una investigación que culminó con la detención del depravado, que ahora aguardará en el Establecimiento Penitenciario Nº 5 de Villa María el juicio.
Un caso repudiable
En la madrugada del 6 de diciembre de 2014 el entonces cabo Néstor Antonio Ferreyra junto a su compañero de patrulla Luis Carlos Cámara, domiciliado en la ciudad de Córdoba, patrullaban a bordo de un móvil de la fuerza la ruta nacional 158 en el tramo comprendido entre la localidad de Pozo del Molle y la ciudad de Las Varillas.
En la recorrida, ambos uniformados observan que sobre la banquina este de la ruta había una pequeña camioneta Fiat detenida, el vehículo era conducido por un vecino de Las Varillas que poseía un comercio en Pozo del Molle, a quien acompañaba su hija de 16 años. La camioneta había sufrido un desperfecto y su propietario aguardaba el arribo de la grúa del seguro.
Ambos policías detuvieron la marcha del móvil para averiguar las razones por las que se encontraba el rodado detenido y el hombre les informó las causas de la detención, fue allí cuando los uniformados se ofrecieron para trasladar a la adolescente hasta su domicilio, a lo que el padre accedió, lejos de imaginar lo que sucedería.
Ferreyra, pese a tener jerarquía y ser jefe de coche, se hizo cargo de la conducción del móvil, en tanto que el agente Cámara se ubicó en el asiento trasero junto a la adolescente, a la que comenzó a "manosear y a formularle proposiciones verbales subidas de tono". Ferreyra, en vez de continuar por la ruta a la altura del Paraje Trinchera se desvió por un camino rural en donde ocurrieron los hechos, y ante la resistencia de la adolescente decidieron continuar viaje, dejarla en la esquina de su vivienda y retirarse del lugar.
Radicada la denuncia ante la Unidad Judicial, el entonces comisario Diego Rodríguez ordenó que bajaran a la comisaría varillense todos los móviles de Policía Caminera que se encontraban en servicio esa noche. Allí, el propio jefe policial detuvo a Ferreyra y a Cámara, y los trasladó a la Alcaidía de la Departamental San Justo, en donde quedaron alojados a disposición de la fiscalía de Delitos Complejos. Semanas más tarde ambos uniformados fueron excarcelados.
El 25 de agosto de 2017, en la audiencia de debate, Cámara fue condenado a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional al ser hallado culpable del delito de "abuso sexual simple, agravado por ser cometido en contra de una menor", en tanto que a Ferreyra, si bien no se lo condenó, el tribunal le reprochó el no haber intervenido para evitar el abuso que cometía su subalterno y haber omitido radicar la denuncia de lo ocurrido.
A ambos uniformados, en el mes de noviembre de 2015, el Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario decidió echarlos de la fuerza por considerarlos autores de "faltas gravísimas".