Prioridades alteradas
No se trata de negar a los jóvenes la posibilidad de que concreten su viaje de fin de estudios. Tampoco de evitar que el turismo vuelva a tener la vida de antes. Sí de cuestionar el despilfarro de recursos que se produce con esta medida de ribetes meramente electoralistas.
Hace poco más de un año, el presidente de la Nación brindó una entrevista simultánea con 11 periodistas de las emisoras de Radio Nacional y la TV Pública. Allí, Alberto Fernández manifestó que "las prioridades" de su gestión no habían cambiado, sino que se "vieron alteradas" porque "la pandemia complicó absolutamente todo".
Esta visión presidencial también podría encajar en la realidad actual. Es que aquellas "prioridades" -no muy explícitas ni claras por otra parte- quizás volvieron a alterarse por el resultado de las primarias de septiembre pasado. Así, un vendaval de medidas que solo tienen como objetivo torcer el destino electoral, dominan la escena puesto que, podría afirmar el presidente o cualquiera de sus ministros, "las Paso complicaron absolutamente todo" y no importa acumular desequilibrios económicos o seguir incrementando las incertezas si la meta es dar vuelta la elección.
En este marco, mucho ruido hizo el anuncio de un programa que pretende regalar viajes de egresados gratis a los 220 mil egresados del secundario en esa provincia, formulado por el gobernador de Buenos Aires. Contextualizada en aquel panorama que remite al resultado de las primarias, esta decisión se explicó como una reivindicación hacia la juventud que no pudo disfrutar de los mejores años del secundario como consecuencia de la pandemia.
Más allá de la utilización, enmarcada en lo que se ha dado en llamar el "plan platita", de fondos del Estado para financiar viajes incluso a sectores sociales que no requieren de esta asistencia para concretarlos, de nuevo asoman aquellas prioridades alteradas que parecen marcar estos tiempos, según la visión oficialista.
Los mismos jóvenes bonaerenses que ahora accederán a viajes de egresados que, supuestamente, constituyen un derecho no pudieron aprender como corresponde durante más de un año: no asistieron a la escuela, gran parte no tuvo los medios tecnológicos para afrontar la enseñanza remota, algunos perdieron todo contacto con el sistema educativo. Y cuando pudieron volver, se encontraron con que no se habían modificado ninguna de las circunstancias que, hasta antes de la pandemia, dificultaban la vigencia de su derecho a la educación.
Así también, se presentó esta decisión como una manera de reactivar el sector hotelero y gastronómico de los lugares turísticos de la provincia de Buenos Aires. Las aperturas de las últimas semanas y los obstáculos cambiarios y derivados de la aplicación de vacunas que no son reconocidas en otros países determinarán que la temporada de verano será posiblemente exitosa. Y que estos rubros podrían ser beneficiados además por reducciones impositivas o programas crediticios que permitan renovar infraestructura y reponerse del extenso parate, entre otras cosas.
No se trata, entonces, de negar a los jóvenes la posibilidad de que concreten su viaje de fin de estudios. Tampoco de evitar que el turismo vuelva a tener la vida de antes. Sí de cuestionar el despilfarro de recursos que se produce con esta medida de ribetes meramente electoralistas. Y también de remarcar que las prioridades están alteradas desde hace mucho tiempo. Tanto, que prácticamente no se habla en la campaña de cómo garantizar a las nuevas generaciones un derecho que debería ser prioridad absoluta: el de su educación.