Por qué los chicos no deben tomar alcohol hasta después de los 18 años
Comienza una semana especial en la que los estudiantes celebran y lamentablemente el alcohol es un invitado peligroso en las previas y fiestas que se organizan. Según los médicos el consumo de alcohol antes de los 18 años daña el cerebro de los adolescentes que se encuentra en pleno proceso de maduración.
Los expertos afirman que consumir alcohol antes de los 15 años aumenta cuatro veces el riesgo de dependencia antes de los 18 años. Septiembre es un mes especial porque es la época en la que los estudiantes celebran y lamentablemente el alcohol es un invitado peligroso en las previas y fiestas que se organizan.
El consumo de alcohol en los jóvenes comienza a edades cada vez más tempranas. Esta situación daña el cerebro de los adolescentes que, según afirman los médicos, hasta pasados los 18 años se encuentra en pleno proceso de maduración.
"No se recomienda que los chicos tomen alcohol hasta pasados los 18 años. Esto es porque el cerebro en esa etapa no terminó de madurar", recomendó el médico psiquiatra, Exequiel Baravalle del equipo de la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la provincia de Córdoba, quien brindó un taller a estudiantes del Ciclo Básico Unificado (CBU) de los colegios secundarios públicos y privados de nuestra ciudad.
El psiquiatra explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que el cerebro tiene un largo tiempo de maduración que comienza dentro del útero y en los primeros meses de vida. La segunda maduración se produce en la adolescencia.
"Durante la adolescencia se produce el fenómeno de poda neuronal donde el lóbulo frontal empieza a tomar el control de la vida del adolescente. El lóbulo frontal es el encargado del aprendizaje, de la toma de decisiones, de discriminar qué esta bien y qué está mal y de poner control y freno", amplió Baravalle quien además es docente en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Agregó que la presencia de alcohol o de drogas a muy temprana edad "de alguna manera retrasa esta maduración neurológica y en consecuencia lo que vemos son adultos jóvenes, adolescentes o chicos a los que les cuesta tomar decisiones, sostener el aprendizaje, las concentraciones, terminar el colegio, poder discriminar qué está bien y qué está mal".
El psiquiatra Exequiel Baravalle brindó un taller a adolescentes del primer ciclo del secundario en nuestra ciudad sobre los mitos del consumo de alcohol
Ayudarlos a decir "no"
En medio de todo esto, no es tan fácil para los padres lograr que los adolescentes digan "no" al alcohol en las fiestas y previas, especialmente cuando el sentido de pertenencia a un grupo puede llevarlos a seguir a los demás. El psiquiatra Baravalle aseguró que en esto, la prevención debe comenzar en casa y desde allí a un cambio cultural.
"Es muy difícil que el chico elija no tomar si ve a los padres tomar. Si los padres transgreden, los chicos van a querer transgredir. Entonces la mejor manera de prevenir es que vean el ejemplo en sus familias, en sus padres, en sus más allegados", resumió el médico.
Por otro lado agregó que también se previene con una presencia más activa y de cuidado por parte de los padres. "Muchas veces las previas se hacen en casas de familia donde se abren las puertas de las casas para que vengan los chicos pero los padres se encierran en los dormitorios y no vemos lo que pasa, no nos metemos. En lugar de estar ahí como padres, controlando, viendo quien toma demasiado".
Insistir para concientizar
Baravalle aseguró que aunque aún queda mucho camino que recorrer hacia la completa concientización, los adolescentes prestan mucha atención en los talleres. "Eso nos da la pauta de que algo queda en cuanto a concientización. Por eso está bueno dar estos talleres y seguir informando para que tomen conciencia. Hay que apuntar es a las poblaciones más jóvenes, ultimos grados de la primaria, primeros años de la secundaria ya que en la Argentina empiezan a tomar alcohol a partir de los 12 años".
Agregó que en los talleres la idea es construir un nuevo saber en conjunto "entre lo que los adolescentes manejan en relación al consumo de alcohol a través de las redes sociales, experiencias propias o que van escuchando o viendo y contrastarla con la evidencia médica, psicológica y científica".
Las creencias más frecuentes
El alcohol es una droga. Si es una droga porque contiene etanol que es una sustancia que cuando entra al cuerpo genera cambios a nivel neurobiológicos que producen la adicción que se llama alcoholismo. Los adolescentes siempre confunden ese saber, algunos dicen que si porque produce adicción otros que no es una droga porque es legal, plantean la cuestión de la droga desde la legalidad o ilegalidad de la venta o el consumo.
El alcohol debería estar prohibido para menores de 16 años. En la Argentina está prohibido para menores de 18. El alcohol debería estar prohibido para mayores de 21 años como en otros países del mundo porque el sistema nervioso central y el hígado no están lo sufientemente maduros para metabolizar o recibir sus efectos.
El alcohol quita el frío y alimenta. Esto es falso, no quita el frío, al contrario va sacando todo el calor del cuerpo y más allá de que tiene calorías no aporta proteínas, ni vitaminas ni minerales.
El alcohol mejora las relaciones sexuales o el humor y hace las fiestas más divertidas. El alcohol no tiene nada de divertido. En estos mitos hay mucha contradicción. En esto hacemos hincapié en que los efectos a largo plazo del alcohol producen impotencia entonces nada de eso hace divertida o mejora una relación sexual. También relacionamos el consumo crónico del alcohol con los efectos a nivel gastrointestinal, de su relación con los cánceres de laringe, esófago, estómago, etc., con síndromes de mala absorción por eso justamente no tiene nada de divertido. Además se habla de los efectos que produce el alcohol y cómo se encuentra en todas las situaciones relacionadas con criminología. El alcohol está relacionado con homicidios, con lesiones en la calle, accidentes viales y con violencia doméstica, entonces no tiene nada de divertido. Si bien la primera sensación que da el alcohol es de desinhibición y por eso la persona puede sentirse más divertida, cuando se evalúan los efectos a mediano y largo plazo.
La previa y el consumo de alcohol con bebidas energizantes. Estas bebidas nuevas con las que se mezcla el alcohol no son energizantes sino estimulantes y entonces lo que hace es que se consuma mucho más alcohol porque el efecto sedativo se retrasa y cuando se pasa el efecto estimulante aparece el efecto depresor sedativo del alcohol. Y eso predispone al "apagón" que hace que la persona por haber tomado mucha cantidad de alcohol se duerma y pierda la memoria reciente. Eso lo pone en riesgo y queda expuesto a accidentes, a ser abusado, violado, robado, etc. En la previa se toma mucho alcohol con el estómago vacío y en muy poco tiempo. Ahí hacemos hincapié en la nueva forma de consumo de alcohol llamada "binge drinking" o el "atracón" de alcohol. Quizá de lunes a viernes no toman nada, pero en la previa se toman todo. Es un tipo de alcoholismo, porque presenta la necesidad de tomar alcohol y otra la pérdida de control sobre el consumo.
Bebidas con más graduación
Las bebidas que más graduación alcohólica tienen son las bebidas blancas, whisky, ginebra, vodka y fernet y las que menos graduación alcólica tienen son las cervezas y el vino tinto.
Una unidad de bebida estándar (UBE) o un trago que equivale a 10 gramos de alcohol que puede metabolizar el hígado de una persona adulta de 70 kilos que no fuma, que no tiene enfermedad ni toma ningún tipo de medicamento. A partir de eso se determina en función de la graduación alcohólica de la cantidad de bebidas cuánto es lo que se podría llegar a tomar para que no haya efectos nocivos a nivel del cerebro.
El fernet tiene una graduación alcohólica del 42 %, entonces lo que se puede tomar son 45 ml en una hora y media que es el tiempo en que se metaboliza, lo que equivaldría en una cerveza que tiene el 10 % de graduación alcohólica a 350 ml.