Polonia: libertad entre paréntesis
El pueblo polaco que históricamente dio muestras de su respeto por la libertad frente a los avasallamientos de regímenes autoritarios, puede reencauzar el camino mediante el sufragio. Pero ello resultará complicado mientras las cuestiones económicas sigan atacando su nivel de vida.
A finales de los años 80, el sindicato Solidaridad, liderado por Lech Walesa, se convirtió en un ícono de la lucha por la libertad, luego de años de sojuzgamiento del pueblo de Polonia por parte del oprobioso régimen comunista. La porfía fue dura, pero al final el triunfo de las ansias populares por tener la posibilidad de decidir su destino se impuso ante los totalitarios que pretendían mantener el poder. Esto ocurrió en prácticamente toda Europa del este, pero en Polonia tuvo ribetes singulares que destacan el proceso por encima de otros.
Treinta años después, luego de un período en el que se realizó con éxito la transición hacia la democracia de los países en los que se vivió bajo la órbita soviética, aquella epopeya por la libertad parece apagarse en algunos países. Regímenes populistas y autoritarios han conseguido poder en varias de estas naciones, a saber: Hungría, Rumania y, por cierto, Polonia.
La manipulación de la Justicia, el control de los medios de comunicación y la exacerbación de las ideas nacionalistas o xenófobas y rechazo al europeísmo son algunas de las manifestaciones palpables del viraje político que está viviendo Polonia por estos días. Sin embargo, las penurias económicas persisten y este país necesita de la Unión Europea, por lo que todavía no hay manifestaciones contundentes para que se produzca el retiro de la comunidad del viejo continente.
En este marco, un dato, señalado por los analistas internacionales como alentador, se ha producido. La presión ejercida por las autoridades de la UE dio sus frutos y el gobierno de Varsovia se vio obligado a devolverles sus puestos de trabajo a varios jueces que habían sido cesanteados. La purga había incluido a 72 magistrados y las designaciones de sus reemplazantes daban cuenta de la abierta intención del régimen del Partido del Derecho y Justicia para controlar el poder judicial.
The New York Times en una columna editorial sostuvo al respecto que "al inclinarse ante el tribunal de la UE, Ley y Justicia y su líder, Jaroslaw Kaczynski, han demostrado que la Comisión Europea tiene el poder para luchar contra la deriva autoritaria, al menos en Polonia. Puede hacerlo no por su poder militar o económico, sino porque la mayoría de los polacos quieren que su país siga siendo parte de la Europa democrática".
El pueblo polaco que históricamente dio muestras de su respeto por la libertad frente a los avasallamientos de regímenes autoritarios, puede reencauzar el camino mediante el sufragio. Pero ello resultará complicado mientras las cuestiones económicas sigan atacando su nivel de vida, lo que habilita los cantos de sirena de algunos nostálgicos, sean del extremo ideológico que sean.