Planificar las reservas, la herramienta más económica en tiempos de escasez
Planificar las reservas, la herramienta más económica en tiempos de escasez
Comienza la siembra de maíces de primera y con ello
la posibilidad de hacer reservas de forrajes para todo el año. Algunos consejos
prácticos a la hora de programar para lograr mayor cantidad de materia seca en
silaje de sorgo y maíz.
Comienza la siembra de maíces de primera y con ello
la posibilidad de hacer reservas de forrajes para todo el año. Algunos consejos
prácticos a la hora de programar para lograr mayor cantidad de materia seca en
silaje de sorgo y maíz.
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Planificar, implica también tener presente el momento de picado y tener organizado ese momento
Por el Ing. Agr. Franco Torossi (*)
Las reservas logradas en la estación
estival, en su gran mayoría, nos permitirá cubrir los baches estacionales e
inclemencias climáticas a lo largo del año, manteniendo así la carga
animal y asegurando cierta
sustentabilidad en el sistema de producción. De aquí la importancia en la
planificación y el cumplimiento efectivo en la obtención de las mismas.
Los silos de maíz y sorgo, son en
definitiva los cultivos que mayor
cantidad de volumen de forraje aportan al sistema, medidos en kilogramos de
materia seca por hectárea (Kg MS/ha) y aportando también gran cantidad de energía
y fibra, que son importantes al momento
de realizar el balance de dietas, tanto en vacas en ordeñe como en recría.
Diferencias entre silajes
Bien conocidas son las diferencias entre
silaje de maíz y sorgo. Mientras los primeros tienen mejor digestibilidad y una
menor posibilidad de producir cantidades de MS/ha ante condiciones climáticas
adversas o suelos de inferior productividad, los segundos, aseguran una mayor
cantidad de MS/ha, pero menor calidad ante igualdad de condiciones. Por tal
motivo, planificar ambos en el mismo establecimiento, sería una muy buena
alternativa.
La diferencia radica básicamente en la
digestibilidad de la fibra y en la cantidad de cenizas que aporta un material y
otro, variables que en conjunto con el resto de calidad que pueden integrar una
dieta impactan en la producción de nuestras vacas.
Lo que debemos tener en cuenta también,
es que existe un momento óptimo de picado (en el caso del maíz, ½ de línea de
leche; sorgo, 1/3 de panoja con grano pastoso), a partir del cual, disminuye la
calidad del material a ensilar, aumenta el contenido de materia seca del
cultivo, y cuando esto sucede, debemos luego compensar esta caída de calidad
con alimentos más costosos, como es el caso de los concentrados.
Recomendaciones
Por esto, a la hora de planificar la
campaña debemos tener en cuenta algunas cuestiones tales como:
• Estimar la demanda anual de reservas
del establecimiento y decidir qué parte de éstas, estarán cubiertas por silos
de maíz, sorgo, o ambos.
• Al planificar la demanda anual, tener
en cuenta todas las categorías a suplementar, el incremento de hacienda para el
próximo período según el crecimiento del rodeo, y sumar un margen de seguridad,
que puede rondar entre un 10 a 15 %.
• Elegir el potrero que más se adapte al
cultivo elegido, maíz o sorgo según barbecho y rotaciones previas del sistema,
como así también variedades, fechas de siembra, grupo de madurez, floración,
etc., según indicaciones del profesional actuante.
• Fertilizar según los requerimientos de
cada cultivo y la oferta de nutrientes que tenemos en el suelo, es también una
práctica recomendable para una mayor obtención de MS/ha. Los primeros, los
podemos obtener por tabla, mientras que para los segundos, debemos realizar un
análisis de suelo con cierta anterioridad para conocer el aporte que éste
realizará en cada caso.
Tanto la disponibilidad de nutrientes
como los requerimientos del cultivo, nos darán los datos exactos de cuánto
fertilizante utilizar según nuestras expectativas de rendimiento, maximizando
no solo el uso del fertilizante, sino también el dinero invertido.
• Planificar, implica también tener
presente el momento de picado y tener organizado este momento, disponibilidad
de equipos de picado en la zona, logística,
distancia del potrero al patio de comida, disponibilidad inmediata de bolsas,
pisado, en el caso de ser silo puente, etc.
Programar las reservas es la herramienta
más económica para lograr la mayor cantidad de forraje posible para épocas de
escasez. De lo contrario, tendremos que salir a comprar alimento, que en
cualquier caso siempre será más costoso.
(*) Especialista en Producción Lechera
(UNL)
Por el Ing. Agr. Franco Torossi (*)
Las reservas logradas en la estación
estival, en su gran mayoría, nos permitirá cubrir los baches estacionales e
inclemencias climáticas a lo largo del año, manteniendo así la carga
animal y asegurando cierta
sustentabilidad en el sistema de producción. De aquí la importancia en la
planificación y el cumplimiento efectivo en la obtención de las mismas.
Los silos de maíz y sorgo, son en
definitiva los cultivos que mayor
cantidad de volumen de forraje aportan al sistema, medidos en kilogramos de
materia seca por hectárea (Kg MS/ha) y aportando también gran cantidad de energía
y fibra, que son importantes al momento
de realizar el balance de dietas, tanto en vacas en ordeñe como en recría.
Diferencias entre silajes
Bien conocidas son las diferencias entre
silaje de maíz y sorgo. Mientras los primeros tienen mejor digestibilidad y una
menor posibilidad de producir cantidades de MS/ha ante condiciones climáticas
adversas o suelos de inferior productividad, los segundos, aseguran una mayor
cantidad de MS/ha, pero menor calidad ante igualdad de condiciones. Por tal
motivo, planificar ambos en el mismo establecimiento, sería una muy buena
alternativa.
La diferencia radica básicamente en la
digestibilidad de la fibra y en la cantidad de cenizas que aporta un material y
otro, variables que en conjunto con el resto de calidad que pueden integrar una
dieta impactan en la producción de nuestras vacas.
Lo que debemos tener en cuenta también,
es que existe un momento óptimo de picado (en el caso del maíz, ½ de línea de
leche; sorgo, 1/3 de panoja con grano pastoso), a partir del cual, disminuye la
calidad del material a ensilar, aumenta el contenido de materia seca del
cultivo, y cuando esto sucede, debemos luego compensar esta caída de calidad
con alimentos más costosos, como es el caso de los concentrados.
Recomendaciones
Por esto, a la hora de planificar la
campaña debemos tener en cuenta algunas cuestiones tales como:
• Estimar la demanda anual de reservas
del establecimiento y decidir qué parte de éstas, estarán cubiertas por silos
de maíz, sorgo, o ambos.
• Al planificar la demanda anual, tener
en cuenta todas las categorías a suplementar, el incremento de hacienda para el
próximo período según el crecimiento del rodeo, y sumar un margen de seguridad,
que puede rondar entre un 10 a 15 %.
• Elegir el potrero que más se adapte al
cultivo elegido, maíz o sorgo según barbecho y rotaciones previas del sistema,
como así también variedades, fechas de siembra, grupo de madurez, floración,
etc., según indicaciones del profesional actuante.
• Fertilizar según los requerimientos de
cada cultivo y la oferta de nutrientes que tenemos en el suelo, es también una
práctica recomendable para una mayor obtención de MS/ha. Los primeros, los
podemos obtener por tabla, mientras que para los segundos, debemos realizar un
análisis de suelo con cierta anterioridad para conocer el aporte que éste
realizará en cada caso.
Tanto la disponibilidad de nutrientes
como los requerimientos del cultivo, nos darán los datos exactos de cuánto
fertilizante utilizar según nuestras expectativas de rendimiento, maximizando
no solo el uso del fertilizante, sino también el dinero invertido.
• Planificar, implica también tener
presente el momento de picado y tener organizado este momento, disponibilidad
de equipos de picado en la zona, logística,
distancia del potrero al patio de comida, disponibilidad inmediata de bolsas,
pisado, en el caso de ser silo puente, etc.
Programar las reservas es la herramienta
más económica para lograr la mayor cantidad de forraje posible para épocas de
escasez. De lo contrario, tendremos que salir a comprar alimento, que en
cualquier caso siempre será más costoso.
(*) Especialista en Producción Lechera
(UNL)
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