Piñeyro: "Veinte años de impunidad acaban con cualquier expectativa de que haya justicia"
Comienza en abril el primer juicio oral por la tragedia de Austral. El piloto aeronáutico y director de cine Enrique Piñeyro apuntó a la Fuerza Aérea por haber habilitado el avión sin una alarma reglamentaria que podría haber evitado la muerte de 74 personas.
El piloto aeronáutico y director de cine Enrique Piñeyro, que estuvo a cargo de la investigación de la caída del vuelo 2553 de Austral el 10 de octubre de 1997 y apuntó a la Fuerza Aérea por haber habilitado el avión sin una alarma reglamentaria que podría haber evitado la tragedia, consideró que "20 años de impunidad acaban con cualquier expectativa de que se haga justicia".
"Es muy decepcionante ver que esto sigue y que la complicidad es lo suficientemente grande para que dos décadas más tarde todavía no haya un sólo culpable por la muerte de 74 personas", dijo a Télam Piñeyro, sobre la caída en Uruguay del vuelo 2553 de Austral cuando volaba de Misiones a Buenos Aires.
En ese entonces, Piñeyro era el investigador de accidentes designado por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y por la Federación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA, según la sigla en inglés).
"A nosotros, tratar de entender en qué posición había caído el avión nos tomó tres días, pero el gobierno de Carlos Menem, sin entender nada de aeronáutica, a las 24 horas ya sabía que la causa había sido la tormenta", afirmó a Télam en una de las oficinas de su productora Aquafilms.
Al poco tiempo, la investigación arrojó que, en medio de una multiplicidad de causas, el factor fundamental había sido que "la autoridad aeronáutica -en ese momento en manos de la Fuerzas Aérea- había habilitado un avión sin una alarma que era obligatoria bajo las reglamentaciones argentinas", acotó.
Los velocímetros del avión funcionan a partir de unos dispositivos ubicados en el fuselaje llamados tubos pitot que cuentan con un sistema de calefacción para contrarrestar las bajas temperaturas que le impiden accionar correctamente. Si el tubo pitot se congela, la indicación que aparece en el velocímetro no es la correcta.
En 1974 a un Boeing que había partido de Nueva York se le congelaron los tubos pitot y los pilotos, al tener una indicación de velocidad incorrecta (reducida por el congelamiento) y no advertir que ese era el origen de la disminución de velocidad, imprimieron mayor potencia para acelerar y perdieron control del aparato.
A partir de ese accidente la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB, según la sigla en inglés) indicó a la entidad norteamericana que regula las normas de seguridad y a las que Argentina adhiere, que todos los aviones debían colocar una alarma que advirtiera cuando el sistema de calefacción de los tubos pitot no funcionara correctamente.
Pero ninguno de los DC-9 de Austral, la empresa que siete años atrás había sido comprada por la española Iberia, tenían esa alarma cuando ocurrió la tragedia.
"Es una lamparita que te avisa que tu velocímetro no es confiable, entonces volás con otros cálculos. Pero como los pilotos de Austral nunca pudieron darse cuenta de eso, aumentaron la velocidad y como el indicador no subía porque el pitot estaba congelado, sacaron los slats -chapones en las alas- y uno se desprendió por la velocidad a la que iban. Inmediatamente el avión entró en un espiral escarpado que cayó a velocidad supersónica", reconstruyó Piñeyro.
En 2001 el juez federal Jorge Ballestero caratuló el hecho como "estrago culposo" y en 2006 Piñeyro estrenó el documental "Fuerza Aérea Sociedad Anónima", en el que expuso distintos hechos de corrupción -y negliglencia- vinculados con la aviación civil argentina con foco en la tragedia de Austral.
"Al día siguiente del estreno el Gobierno le quitó el control de la aviación civil a la Fuerza Aérea, el lunes siguiente declaré en Tribunales con el fiscal Carlos Rívolo y automáticamente Ballestero dictó un procesamiento por el 190, el artículo más grave, que es estrago doloso, cuya pena es de hasta 25 años de prisión si hay muertos, que es una figura pesadísima. De haber sobreseído a todo el mundo pasa a la figura más grave, creo yo, para evitar el juicio político", recordó el piloto.
"Es muy raro todavía estar hablando de lo mismo veinte años después, debería ser algo del pasado pero mientras no haya justicia eso no va a pasar", concluyó.
Comienza en abril el primer juicio
oral por la tragedia de
Austral
El juicio oral y público por la tragedia del avión de Austral que cayó hace 20 años en Fray Bentos y causó la muerte de 74 personas comenzará el 12 de abril de 2018, y sentará en el banquillo a 26 personas, entre ex directivos de la empresa, que en aquel momento dependía de la española Iberia, y ex miembros de la Fuerza Aérea Argentina, informaron a Télam fuentes judiciales.
El debate estará encabezado por el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 e intervendrá como fiscal Juan Patricio García Elorrio.
El caso fue enviado a juicio oral en junio de 2013 por el juez federal Sebastián Ramos, quien concluyó la investigación por la que 26 personas fueron acusadas de no haber cumplido con sus funciones para evitar la tragedia.
"El incumplimiento de los roles asignados a cada uno de los responsables, permitieron configurar una situación tal que generó la tragedia a la que todos los involucrados hicieron su aporte", sostuvo Ramos en el texto con el que elevó la causa a juicio.
La tragedia aérea ocurrió el 10 de octubre de 1997 cuando el avión McDonnell Douglas DC9-32, Matrícula LV WEG, que había partido de Misiones y se dirigía al Aeroparque Jorge Newbery se estrelló en el Paraje Sánchez, ubicado en las cercanías de la localidad de Nuevo Berlín, en Fray Bentos, Uruguay, con 69 pasajeros y 5 tripulantes a bordo.
El caso fue investigado por al menos tres jueces, hasta que quedó radicada la causa en el juzgado de Ramos, quién durante la instrucción del proceso orientó la investigación para establecer si entre las causas que originaron el accidente aéreo cabía asignarle responsabilidad a los encargados de la empresa y a los responsables de la Seguridad Aerocomercial de la Nación.
La denuncia que dio origen a la causa fue impulsada por la familia de Viviana Rumachella, una azafata que tenía 34 años cuando se desencadenó el accidente aéreo en el que perdió la vida.
En un principio, fue la madre de Viviana la que empujó la causa en los tribunales federales de Retiro y luego se le sumaron Silvina, la hermana de la azafata, junto a su marido el abogado Norberto Caputo.
Los familiares de las víctimas se agruparon en una sola querella que desde un principio incluyó también a Daniel Vázquez, esposo del comisario de abordo Susana Trotta y que al tiempo incorporó a Maria Elena Blanco, viuda del comandante Jorge Cécere.
Tanto para las familias de los tripulantes como de los pasajeros (la querella engloba a unas 15 personas), la empresa y los organismos de control son responsables de la tragedia porque consideran que la nave no estaba en condiciones de volar.
Entre las distintas pruebas que surgieron durante la investigación se determinó que el avión no contaba con la alarma de color ámbar que se requiere para la precaución sobre fallas en el funcionamiento de la calefacción de los `tubos pitot", uno de los motivos del accidente.
Esa y otras fallas generaron la presentación de otras denuncias por parte de los familiares de las víctimas, que buscan que se investigue, por ejemplo, que incidencia en la tragedia pudo haber tenido la privatización de Austral, dispuesta por el gobierno del ex presidente Carlos Menem (1989-1999).