Pasar estos días en casa: una oportunidad para aprender y fortalecer el diálogo en familia
La cuarentena suele ser una experiencia desagradable para quienes la tienen que realizar, la pérdida de libertad, la incertidumbre sobre el estado de la enfermedad y el aburrimiento pueden, en ocasiones, crear efectos dramáticos y situaciones de crisis familiar.
Calles vacías, clases suspendidas, fronteras cerradas, trabajos a distancia, cancelación de todo tipo de eventos sociales, actividades deportivas, espectáculos, cancelación de medios de transporte, supermercados y farmacias con controles. El coronavirus obligó a todo el país a la cuarentena total hasta el 31 de marzo, para terminar con los contagios.
Este distanciamiento social necesario para frenar el virus, provoca que la familia, que hasta ahora estaba acostumbrada a trabajar afuera varias horas, tenga que permanecer todo el tiempo en casa. Además cambió los planes, viajes, proyectos, estudios, trabajos, todo queda en suspenso mientras dure la restricción.
La cuarentena suele ser una experiencia desagradable para quienes la tienen que realizar, la pérdida de libertad, la incertidumbre sobre el estado de la enfermedad y el aburrimiento pueden, en ocasiones, crear efectos dramáticos y situaciones de crisis familiar.
¿Cómo pasar este tiempo en armonía? ¿Qué podemos aprender de esto?. La médica psiquiatra Angélica Lurgo (MP-34271/1) y la psicólogas Marisa Panero (MP-2297) y Jessica Rossi (MP-10942) que integran el consultorio de Salud Mental de Synapsis Neurociencias en nuestra ciudad, analizaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO el impacto psicológico del aislamiento social y recordaron que la experiencia es una oportunidad de aprendizaje y de fortalecimiento de la comunicación en familia. Además aconsejaron qué hacer para lograr una convivencia en armonía y bienestar.
"Es importante ver en la crisis una oportunidad de aprendizaje y crecimiento interior, para salir de la misma lo más fortalecido posible. Hacer hincapié en la comunicación, entender que es el momento ideal para fortalecerla y aprovecharla", remarcaron.
Ansiedad, miedo y angustia
Lo primero que surge en esta situación es la ansiedad. Las profesionales explicaron que el encierro "puede generar episodios de estrés y ansiedad al tener que permanecer todo el día en el mismo espacio, y más aún si es el mismo en el que también trabajamos".
A la soledad del aislamiento, se une la preocupación por el propio estado de salud, y aquí -afirmó la psiquiatra Lurgo-, "radica una de las principales sensaciones por las que comenzamos a atravesar, el miedo y la angustia lo que repercute en nuestra estabilidad emocional y en consecuencia en las relaciones entre quienes convivimos".
Agregó que el trabajo en casa también puede aumentar el nivel de ansiedad porque es una rutina totalmente diferente a la habitual. "Es un cambio que hace que debamos reacomodarnos, generar el espacio y el tiempo adecuado, además para no interferir en las rutinas del resto de la familia", dijo.
Si bien no nos trasladamos fuera de nuestra casa, es más dificultoso crear un espacio de trabajo propio en nuestro hogar, con condiciones e interferencias diferentes, a tener ya nuestro espacio de trabajo acondicionado para tal fin.
El desconocimiento que genera el miedo
El miedo se vio en los últimos días en la gente que desesperada fue a los supermercados a comprar comida, incluso uno de los comercios en la ciudad sufrió la rotura de la puerta de vidrio.
¿Qué provoca esa reacción?. La psicóloga Marisa Panero afirmó que el principal motivo que genera el miedo es el desconocimiento, el no saber exactamente a lo que uno se está enfrentando.
"En estos días se escucha mucho las palabras 'el enemigo invisible' y ahí radica fundamentalmente el origen del miedo, cómo nos posicionamos o nos predisponemos a luchar contra algo que no sabemos exactamente la manifestación y las consecuencias que tiene y va a tener", recordó.
Ese miedo hace que tengamos conductas y actitudes impropias de nuestro comportamiento, "nos genera una paranoia que nos lleva a actuar de diferentes modos en cada uno de nosotros, hasta llevarnos a cometer actos violentos como se vivió el otro día o por el contrario a paralizarnos y no actuar de la forma más adecuada".
Panero aconsejó filtrar la información que vamos recibiendo. "No olvidemos que las redes sociales, si bien son necesarias, son una fuente inagotable de ansiedad, por eso también deben manejarse con prudencia y control".
Pasar el tiempo de manera saludable
Lo más importante es calmarse y tratar de pasar este tiempo de la manera más sana posible, obedeciendo las directivas de las autoridades sanitarias de respetar el aislamiento social.
El ser humano, siempre tiene que tender a través de su conducta, al bienestar. "Esto significa que tiene que buscar el 'Bien Estar', en todo lo que hacemos o vivimos, ese tiene que ser fundamentalmente nuestro hilo conductor, sobre todo en estos momentos de caos o de inquietud con respecto a lo que estamos atravesando", afirmó Panero.
Remarcó: "Lo primero es mantener la calma, lo segundo es aprovechar las situaciones de crisis como instancias para aprender y crecer como personas, sacar lo más provechoso de la misma y transitarla de la mejor forma posible, cuidarnos, utilizar el tiempo libre para hacer lo que nos gusta y a veces por cuestiones de tiempo no lo hacemos y compartir tiempo con nuestra familia realizando actividades en forma conjunta".
Las psicólogas Jessica Rossi, Marisa Panero y la psiquiatra Angélica Lurgo
Relaciones sanas para crecer como familia
La psicóloga Jessica Rossi destacó por su parte que con toda esta situación "se abren nuevas oportunidades, pero lo fundamental es que las nuevas relaciones sean lo más sanas posibles, que no se creen dificultades, rispideces, crisis, sino por el contrario, sea una oportunidad para compartir, para dialogar, para hacer en grupo, para aprovechar el tiempo con nuestros hijos, para crecer como familia".
Las crisis suelen sacar lo mejor y lo peor de nosotros, lo mismo ocurre con nuestros afectos y sentimientos. Al respecto Rossi recordó que las crisis "nos hacen encontrarnos desde otro lugar, modifica nuestra forma de vincularnos, nos hace volver a replantearnos muchas situaciones, y al compartir más tiempo con nuestra pareja, hace que de pronto nos encontremos con situaciones o emociones a las cuales no les estábamos prestando atención, y una de ellas puede ser el replanteo de nuestras relaciones amorosas. Se puede fortalecer o por el contrario, romper".
Hay que entender que el cambio de prioridades es provisorio, no permanente, por eso mientras tanto, al cambiar nuestro rumbo, "es importante ponemos objetivos nuevos y a corto plazo, realizables, que no nos frustren y por ende no nos generen más ansiedad".
"Lo más esencial es esforzarse en la organización, tener paciencia con el otro -remarcó-. Si tenemos que pasar dos o tres semanas así, lo mejor es que haya un buen plan y que cada parte de la familia sea flexible para no discutir. Al fin y al cabo, no deja de ser una oportunidad para descubrir facetas desconocidas de nuestra pareja y también de nuestros hijos".