Pasadizos acuáticos de San Francisco
Cuenta la leyenda que la ciudad tenía un río debajo de donde la construyeron. La historia no es tan así, pero sí sirvió para intentar conocer qué pasa debajo de nuestros pies.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Imaginen poner los pies en la frescura del agua de un río y que el agua pase lentamente por debajo. En San Francisco un lugar así no existe, ¿o sí? Un viejo mito tanto o más que la ciudad dice que acá hace mucho había un río que pasaba por debajo de la tierra y que su agua bien podría alimentar a este lugar.
San Francisco nunca podrá gozar de un lugar así. No está en su naturaleza pero además porque es imposible que una formación acuífera como la de un río tenga vida debajo de la tierra donde miles de personas pisan diariamente.
Ni aunque Moisés abriera la Tierra cabe la posibilidad de que un río tenga vida no solo debajo de la ciudad sino cualquier superficie.
En los anaqueles de búsqueda geológica lo que sí se puede encontrar debajo del suelo es el agua subterránea, tan misteriosa como escondida se presenta como el reflejo material de esa leyenda que alimentó a generaciones enteras de habitantes de la ciudad.
Entonces en lo que hay que pensar es en el agua debajo de la tierra, moviéndose permanentemente y oculta a la vista de todos pero cuyo funcionamiento no es para nada similar al de los ríos que se pueden visitar.
Desandar el camino de cómo es el agua subterránea de San Francisco, por qué no se la puede consumir, dónde la podemos emplear y qué importancia tiene nuestra zona no es una tarea fácil, requiere olvidarse de lo que se ve arriba para imaginar todo lo que pasa abajo.
Bajo "el mar"
Una persona que hace un pozo en su casa puede cavar mucho y no encontrar nada de agua, o puede hacer unos cuantos metros y toparse con el agua. Ésta puede ser dulce o salada, quizás se necesite una bomba o logre salir naturalmente por impulso. Así de complejo y a la vez fascinante es intentar entender cómo se manejan las cosas en la naturaleza debajo de la superficie.
¿Cómo es el agua subterránea? Emiliano Pavetti, geólogo sanfrancisqueño, dice que "es muy difícil imaginarse como está presente y se mueve el agua subterránea". Abajo se encuentran los acuíferos que son "una formación geológica capaz de contener y transmitir agua", lo que Pavetti explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO como: "Contener significa que tiene porosidad (espacios libres) y transmitir quiere decir que debe tener permeabilidad, que son dos conceptos diferentes".
Los acuíferos tienen ambas propiedades y al hacer una perforación y encontrarlo mediante un pozo éste "podrá ser surgente naturalmente, es decir, que el agua estaba a presión y al hacer el pozo la despresurizás y sale sola o si no lo es requerirá de una bomba".
En distintas direcciones
El geólogo detalló que el movimiento del agua superficial y la subterránea es absolutamente diferente. Mientras aquí lo hacen por diferencia de altura, en los confines de la profundidad lo importante es la presión hidráulica, entonces el líquido "se mueve desde zonas altas a bajas de presión hidráulica".
Al agua superficial y la subterránea también las diferencia la conexión que pueden tener. Mientras los ríos desembocan unos en otros pudiendo llegar hasta el océano como salida final, debajo de la tierra sucede lo contrario.
Los acuíferos pueden o no estar conectados. Es que entre medio de uno y otro se pueden encontrar otras formaciones como los acuitardos y acuícludos que no tienen las mismas propiedades que los acuíferos.
"Los acuitardos son una formación geológica que tiene porosidad pero permeabilidad muy baja, entonces el agua fluye muy lentamente. Y los acuícludos son una formación impermeable que generalmente limita los acuíferos", se explayó el geólogo sobre el comportamiento de los líquidos subterráneos.
¿Agua dulce o salada?
Tal como sucede aquí arriba, el agua subterránea puede ser dulce o salada, aunque no siempre se encuentra a la misma altura y a veces puede tomar mucho trabajo encontrarla según la región.
Geográficamente la ciudad y parte del país se encuentran dentro de la expansión del acuífero Puelche, reservorio de agua subterránea dulce que abastece a algunas localidades. En algunas áreas extraer agua de este acuífero significa excavaciones promedio de 30 metros de profundidad, pero según puntualizó Pavetti "acá está a 100 metros" que no son llanos sino que tienen entre medio acuícludos y acuitardos caracterizados por los altos niveles de salinidad y arsénico.
"Al no estar conectados puede suceder que en dos perforaciones adyacentes uno en un patio y la otra en el siguiente haya agua de distinta calidad, eso perfectamente ocurre y depende de la profundidad a la que se encuentra el agua", señaló.
La nuestra es salada
San Francisco tiene un acueducto que trae agua para consumo humano desde Villa María, la construcción responde a que la calidad del recurso hídrico subterráneo existente en nuestra ciudad no es apta para que la beban las personas.
Pavetti describió que "es un agua salobre y tiene algunos elementos presentes en cantidades pequeñas (pero a la larga perjudiciales para la salud) como por ejemplo del arsénico", algo que en el noreste de Córdoba es frecuente que esté presente en el agua subterránea. De ahí que la ciudad deba traer el agua de otro acuífero donde está el río Tercero en Villa María que es dulce y apto para el consumo humano.
El agua subterránea que se extrae en esta zona es apta para riego agrícola, consumo animal. Pavetti reconoció que es cierto que generaciones enteras han tomado agua de pozo y su "organismo se adaptó con el tiempo pero no es recomendable", además que acá se habla del consumo de miles de personas porque las mismas propiedades tiene el agua subterránea desde Las Varillas atravesando San Francisco hasta el norte de Morteros llegando casi a la laguna de Mar Chiquita).
Reservorio en peligro
Las aguas subterráneas pueden contaminarse - y el acuífero Puelche está en peligro por esto - más fácilmente de lo que cualquiera piensa, de hecho, los Estados tienen gran parte de responsabilidad.
En San Francisco casi el 78 % de la población tiene cloacas y en la Argentina las cifras alcanzan al 70 %. Los millones de personas que no tienen una conexión envían sus efluentes a los pozosabsorbentes (con desechos fecales, detergentes y jabones, etc.)que retienen sólidos y filtran los líquidos que van a la capa freática, la primera capa donde se puede encontrar agua subterránea que hace imposible tomar agua de pozo porque acarrea muchas enfermedades.
Esos líquidos que el pozo absorbente deja que sigan su curso al entrar en contacto con un acuífero lo contaminan como no es una acción aislada sino sistemática y permanente el daño ambiental es muy grande.
Pavetti describió que ese "es un tipo de contaminación urbana" pero también hay otra frecuente que es la agrícola surgidas de la fumigación en los campos que se infiltra y la capa freática los contiene.
Quizás el daño acá tenga un menor impacto o no se vea tan magnificado porque "los suelos desde el punto de vista ingenieril son de buena capacidad portante pero en otros lugares con suelos que pueden colapsar o provocar la caída de las casas".
San Francisco no tiene ríos subterráneos y aunque esto no mitigue la leyenda sí da mucho para reflexionar sobre la importancia de cuidar lo que está encima de la gente y se ve como aquello que se mueve bajo los pies.