Para tener hijos no hay fronteras
Una matrimonio sanfrancisqueño adoptó a Aliú, un bebé africano que llegó luego de una larga lucha para ser padres. Jésica Robledo y Damián Vicenti estuvieron cuatro años esperando que salieran los papeles de adopción, pero les fue imposible en la Argentina. Su mensaje inspira y demuestra que adoptar "no es una opción, sino una de las formas de concebir".
Por Isabel Fernández
Desde hace unos días la casa de Damián Vicenti y Jésica Robledo en barrio Parque Las Rosas en nuestra ciudad se llenó de felicidad, juguetes, pañales y mamaderas. La llegada de Aliú es una bendición para este matrimonio sanfrancisqueño que emprendió la aventura de formar su familia a través de la adopción internacional, ya que intentaron tener hijos biológicamente pero no pudieron, aún sin tener alguna causa de infertilidad.
Mientras en nuestro país esperaron cuatro años la posibilidad de una adopción que nunca llegó, ese proceso demandó apenas ocho meses en otro continente.
El bebé de 11 meses fue adoptado en un orfanato enÁfrica denominado"Casa Emanuel", ubicado enGuinea Bissau, un pequeño país muy pobre, sin electricidad ni agua potable; con el 50 por ciento de la población portadora de Sida y un sistema de salud es deficiente.
Con la emoción lógica de padres primerizos, esta pareja abrió las puertas de su hogar a LA VOZ DE SAN JUSTO para compartir su historia y la de Aliú, con el objetivo de ayudar a otras familias."Es un amor que no imaginás que podés llegar a sentir, es tu hijo porque creció mucho antes en tu corazón. La adopción no es invento de hombres", confesaron.
"Para nosotros es un acto de amor, es nuestro hijo amado. Siempre estuvo en nuestro proyecto de familia adoptar, no lo consideramos como una opción, sino como una de las formas de concebir hijos. Somos cristianos y entendimos que detrás que todo lo que nos pasa está el propósito de Dios para nuestras vidas", aseguraron.
Aliú significa"valiente", es un nombre de origenárabe, y Damián y Jésica tuvieron la valentía de emprender esta historia de amor que no sabe de fronteras.
Jésica, Damián y Aliú, una inspiradora historia de vida que comenzó a escribirse a más de 10 mil kilómetros de distancia
El primer bebé guinense en el país
Ante estas situaciones siempre surge la pregunta:¿por qué decidieron adoptar allá y no acá? Ellos comentaron que estuvieron inscriptos cuatro años en el Registro Nacional de Adopción pero en ese lapso de tiempo no surgió la posibilidad de un hijo, entonces siguieron buscando otras alternativas que iban apareciendo. Así fue que a través de otro matrimonio amigo, que también adoptó a su hijo enÁfrica, se contactaron con el orfanato"Casa Emanuel".
En ocho meses lograron la adopción plena de Aliú, que es el primer bebé guinense que llega a la Argentina, porque la mayoría de los niños llegaron a partir de los 2 años. El pequeño perdió a su mamá cuando tenía seis días de vida.
Aliú, que está a punto de cumplir un año. No fue amor a primera vista, porque Jésica y Damián confiesan que lo amaron incluso antes de conocerlo
Una viaje hasta Aliú
Aliú es un bebé muy alegre y sociable que se está adaptando muy bien a todos los cambios. El proceso para su adopción fue rápido, Los contactos comenzaron a través de mails con el orfanato y la sentencia de adopción salió el pasado 5 de febrero.
El 14 de febrero el matrimonio emprendió un viaje largo y emocionante para buscar a su hijo, a quien amaron desde mucho antes de tenerlo en brazos.
Llegaron a Guinea Bissau cuando Aliú cumplía 11 meses y desde el primer día comenzaron a convivir conél.
Damián relató que"Aliú está adoptado con sentencia de adopción plena. En la Argentina estuvimos en lista de espera durante cuatro años para adoptar. Acostumbrados a que todo tarda tanto tiempo, en noviembre del 2018 enviamos toda documentación requerida y el 2 de enero recibimos la contestaciónón de quien era nuestro hijo, y nos enviaron su foto".
"Lo amamos aún antes de conocerlo;él es huérfano de mamá, su padre se presentó frente al juez y declaró que quiere que su hijo tenga acceso a la educación, a la salud y mejor calidad de vida", añadió.
Damián y Jésica están juntos hace mucho
tiempo. Intentaron tener un hijo pero no podían quedar embarazados. Las vueltas
de la vida hicieron que un día un matrimonio amigo les contara su experiencia
de adopción internacional en el orfanato "Casa Emanuel", en Guinea Bissau, un
pequeño y muy pobre país africano. Iniciaron
los trámites y después de una interminable espera de ocho meses, tomaron un
avión y fueron a buscar a Aliú, que está a punto de cumplir un año.
La emoción del primer encuentro
Damián y Jésica relataron su experiencia al llegar al orfanato y la emoción que sintieron cuando recibieron al pequeño."Cuando llegamos estaba todo a oscuras porque la luz se corta a las 23. Al día siguiente nos encontramos con Isabel, una de la fundadoras, y ahí lo trajeron a Aliú; nos abrazamos, lloramos de la emoción; es un amor que no imaginás que podés llegar a sentir, es tu hijo porque creció mucho antes en tu corazón", recordaron.
Ellos consideran que la adopción no es invento de hombres,"sin que nace en el corazón mismo de Dios. Es algo muy especial que nos da la oportunidad de ser adoptados por Su amor. Lo mismo pasa con la adopción de un niño, no tiene tu sangre, tu genética, pero se gesta en el corazón, es un amor indescriptible".
"La adopción no es un estado permanente de la persona, las personas no 'son adoptadas', 'fueron adoptadas', es un evento en sus vidas que los constituyen hijos, con los mismos derechos que un hijo biológico", remarcó Damián.
Aliú es un bebé alegre y muy sociable que se está adaptando bien a los cambios
La despedida
Parte del proceso de adopción es que alguien de la familia del niño tiene que ir a despedirse. En este caso el papá, un hermanito, tíos y primos de Aliú fueron a despedirlo antes de su partida a la Argentina."Nos expresaron lo contentos que estaban que Aliú tenga mamá y papá.
Les preguntamos todo lo necesario para que el día de mañana Aliú conozca sus orígenes", comentaron Damián y Jésica.
Relataron que el papá lo llevó al orfanato porque hay creencias en las tribus con respecto a algunas cuestiones."Si la madre del niño muere al nacer, si son mellizos o tienen alguna discapacidad por una cuestión cultural son sacrificados; los dejan en hormigueros gigantes para que se lo coman las hormigas o los abandonan para que mueran. Tiene que ver con su cultura. La mamá de Aliú murió a los seis días de nacer".
"Para nosotros es un acto de amor, es nuestro hijo amado. Siempre estuvo en nuestro proyecto de familia adoptar, no lo consideramos como una opción, sino como una de las formas de concebir hijos.
El orfanato, un oasis en medio del hambre
El orfanato Casa Emanuel recoge niños abandonados, huérfanos o rechazados por las tribus por ciertas creencias. Actualmente, cobija a alrededor de 150 niños. Su historia se remonta al año 1993, cuando la odontóloga de Costa Rica, Isabel Johanning, junto a otros misioneros llegaron a Guinea Bissau a cumplir con su misión de ayudar a los más necesitados y hasta tuvieron que soportar una guerra civil, aun así se quedaron en el lugar a cuidar a los niños; comenzando con una beba desnutrida, pasando a nueve niños y llegar al día de hoy a 150. En ese lugar estaba Aliú, que llegó a los 8 meses de edad.
Jesica destacó que"en este momento ya hay más de 20 niños en la Argentina adoptados del mismo orfanato y nos contactamos por Whats App y sostenemos la amistad de los chicos de esta manera. También se puede apadrinar niños, no sólo adoptar; se puede apadrinar en cincoáreas como educación, vestimenta, salud, y ellos van informando la evolución". Más información en: Casa Emanuel