Pandemia: el colapso de Brasil
Pandemia: el colapso de Brasil
La realidad de la pandemia en Brasil tiene aristas que siguen
empeorando.Semejante oscuro panorama obliga a estar alertas en las fronteras. Pero también requiere de complementación política con, al menos, las autoridades brasileñas de los estados con los que se comparten límites.
La realidad de la pandemia en Brasil tiene aristas que siguen
empeorando.Semejante oscuro panorama obliga a estar alertas en las fronteras. Pero también requiere de complementación política con, al menos, las autoridades brasileñas de los estados con los que se comparten límites.
La Organización
Panamericana de la Salud (OPS) expresó su "preocupación" por el aumento de
casos de coronavirus en Brasil después de que el país volviera a batir un
récord de muertos esta semana. "Estamos preocupados por la situación en Brasil.
Esto es un duro recordatorio de la amenaza de un resurgimiento ya que áreas muy
golpeadas por el virus siguen siendo muy vulnerables a las infecciones", indicó
en una conferencia de prensa virtual la directora de la OPS, Carissa Etienne.
La alerta de la
organización sanitaria multilateral describe con elocuencia la gravedad del
panorama y establece además una alarma que debe ser escuchada no solo en los
escritorios de las autoridades del gigante sudamericano, sino también en los
países vecinos. Entre ellos, la Argentina, cuya campaña de vacunación,
retrasada y mal organizada en muchos puntos del territorio, no alcanza la
masividad necesaria frente a la amenaza de las nuevas variantes del virus que
hoy circulan por territorio brasileño y generan un colapso monumental en
importantes ciudades.
Es que ningún otro
país ha experimentadoun brote tan importante, con un número de muertos sin
precedentes en la actualidad -más de dos mil por día- y con un sistema
sanitario al borde del colapso. Las medidas restrictivas se vienen imponiendo
en las últimas semanas, aunque las variantes del virus son más contagiosas y
las tornan improductivas. Al mismo tiempo, el presidente Bolsonaro sigue
minimizando la situación y la conducta social no es la más adecuada.
Brasil reportó el
miércoles más de 2 mil fallecimientos por Covid-19, otro récord en un momento
en que el sistema de salud está desbordado y la vacunación avanza a paso lento.
Acumula 270 mil casos mortales y es el tercero más golpeado después de Estados
Unidos e India. "Los casos están al alza en casi todos los estados brasileños y
no podemos esperar hasta que nuestros sistemas estén desbordados para
implementar medidas de salud pública", alertó la OPS.
En el mismo sentido, "el recrudecimiento de la epidemia en varios
estados lleva al colapso de sus redes asistenciales públicas y privadas y al
riesgo inminente de que se propague a todas las regiones de Brasil", dijo
el Consejo
Nacional de Secretarios de Salud en un comunicado. "Lamentablemente,
la baja cobertura de vacunación y la lentitud en la disponibilidad de las
vacunas todavía no permiten que ese escenario pueda ser revertido a corto
plazo".
Semejante oscuro panorama obliga a estar alertas en las fronteras. Pero
también requiere de complementación política con, al menos, las autoridades
brasileñas de los estados con los que se comparten límites. En especial el de
Río Grande do Sul, en cuya capital, Porto Alegre, los hospitales están viviendo
momentos caóticos.
Todos los análisis periodísticos y las voces de sanitaristas muy
respetados a nivel internacional, así como la Organización Panamericana de la
Salud han expresado su preocupación en tono elevado. Quizás no estén haciendo
otra cosa que enfatizar algo que se conoce: la realidad de la pandemia en
Brasil tiene aristas que siguen empeorando. Pero es posible que no sea solo en
ese país donde las cosas tengan un devenir no auspicioso.
La Organización
Panamericana de la Salud (OPS) expresó su "preocupación" por el aumento de
casos de coronavirus en Brasil después de que el país volviera a batir un
récord de muertos esta semana. "Estamos preocupados por la situación en Brasil.
Esto es un duro recordatorio de la amenaza de un resurgimiento ya que áreas muy
golpeadas por el virus siguen siendo muy vulnerables a las infecciones", indicó
en una conferencia de prensa virtual la directora de la OPS, Carissa Etienne.
La alerta de la
organización sanitaria multilateral describe con elocuencia la gravedad del
panorama y establece además una alarma que debe ser escuchada no solo en los
escritorios de las autoridades del gigante sudamericano, sino también en los
países vecinos. Entre ellos, la Argentina, cuya campaña de vacunación,
retrasada y mal organizada en muchos puntos del territorio, no alcanza la
masividad necesaria frente a la amenaza de las nuevas variantes del virus que
hoy circulan por territorio brasileño y generan un colapso monumental en
importantes ciudades.
Es que ningún otro
país ha experimentadoun brote tan importante, con un número de muertos sin
precedentes en la actualidad -más de dos mil por día- y con un sistema
sanitario al borde del colapso. Las medidas restrictivas se vienen imponiendo
en las últimas semanas, aunque las variantes del virus son más contagiosas y
las tornan improductivas. Al mismo tiempo, el presidente Bolsonaro sigue
minimizando la situación y la conducta social no es la más adecuada.
Brasil reportó el
miércoles más de 2 mil fallecimientos por Covid-19, otro récord en un momento
en que el sistema de salud está desbordado y la vacunación avanza a paso lento.
Acumula 270 mil casos mortales y es el tercero más golpeado después de Estados
Unidos e India. "Los casos están al alza en casi todos los estados brasileños y
no podemos esperar hasta que nuestros sistemas estén desbordados para
implementar medidas de salud pública", alertó la OPS.
En el mismo sentido, "el recrudecimiento de la epidemia en varios
estados lleva al colapso de sus redes asistenciales públicas y privadas y al
riesgo inminente de que se propague a todas las regiones de Brasil", dijo
el Consejo
Nacional de Secretarios de Salud en un comunicado. "Lamentablemente,
la baja cobertura de vacunación y la lentitud en la disponibilidad de las
vacunas todavía no permiten que ese escenario pueda ser revertido a corto
plazo".
Semejante oscuro panorama obliga a estar alertas en las fronteras. Pero
también requiere de complementación política con, al menos, las autoridades
brasileñas de los estados con los que se comparten límites. En especial el de
Río Grande do Sul, en cuya capital, Porto Alegre, los hospitales están viviendo
momentos caóticos.
Todos los análisis periodísticos y las voces de sanitaristas muy
respetados a nivel internacional, así como la Organización Panamericana de la
Salud han expresado su preocupación en tono elevado. Quizás no estén haciendo
otra cosa que enfatizar algo que se conoce: la realidad de la pandemia en
Brasil tiene aristas que siguen empeorando. Pero es posible que no sea solo en
ese país donde las cosas tengan un devenir no auspicioso.