Palmeras circulares, un sello que distingue el ingreso a la ciudad
Al oeste y al este en las rotondas de San Francisco, 32 años atrás estas plantas fueron colocadas a propósito de esta forma para advertir sobre la presencia de una rotonda.
Por Ivana Acosta
A lo lejos, en la entrada de San Francisco, un día típico de viento permite ver a sanfrancisqueños y viajeros un conjunto de palmeras que se mueven al ritmo de esa masa de aire. Su emplazamiento allí tiene un porqué, es algo así como una obra que quedó para la posteridad enclavada en la rotonda que conecta las avenidas Rosario de Santa Fe, Urquiza y Maipú.
Tres décadas atrás, la municipalidad aprobó la forestación en las isletas de las rotondas en el acceso oeste y este de nuestra ciudad. Allí se plantaron palmeras de la especie washingtonia filífera.
En la actualidad, estas plantas que parecen acariciar el cielo lucen grandes e imponentes pero solo en dos de los tres espacios mencionados, dado que durante las gestiones de los intendentes Jorge Luis Bucco y Hugo Madonna en la rotonda de Av. Cervantes se las reemplazó por dos monumentos.
Sin embargo, hay más misterios por develar o no tantos para algún vecino memorioso de la ciudad. En 1986 - año que San Francisco celebró con toda la pompa su centenario de la fundación - el secretario de Obras Públicas municipal de ese entonces, Oscar Cornaglia, llevó adelante la forestación de estos lugares.
Haciendo honor a su profesión de arquitecto decidió colocar palmeras en ambas rotondas para advertir y dar a conocer la presencia de esta estructura vial.
Claro está que en esa época ya existía la señalización correspondiente, pero la naturaleza a todas las cuestiones materiales le agrega, no solo belleza, sino información que el exfuncionario compartió con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Curiosidad de San Francisco. En uno de los jardines con los que la ciudad recibe a sus visitantes y otros lugares testigos del paso obligado de los vecinos, las palmeras conforman círculos naturales. (Fotos: Marcelo Suppo / LA VOZ DE SAN JUSTO)
Palmeras, ¿por qué?
La respuesta es muy sencilla para Cornaglia, quien dijo que "se colocaron para que se visualizara desde lejos que ahí había una rotonda". La idea se replicó en el espacio ubicado al este de la ciudad y en la plazoleta emplazada donde comienza Bv. Roca, dedicada a Juan María Baggio Ferrazi en inmediaciones del cuartel de Bomberos Voluntarios del que formó parte.
La especie fue perteneciente a la familia washingtonia filífera, es la misma que caracteriza a Bv. Roca y que según relató Cornaglia sigue un entramado estratégico. "Al llegar a la plaza Vélez Sarsfield dejan de formar un camino y se dividen en dos bordeando el espacio", sostuvo. Sobre la elección de esta misma especie aclaró que en estas zonas ya existían desde hacía tiempo otros ejemplares, y no era "algo nuevo en la ciudad", además que combinaban con la finalidad visual que quería alcanzar.
Su ubicación no fue algo aleatorio
No fue al azar
Ni la elección de las palmeras, y tampoco su ubicación fue algo aleatorio. Cornaglia ordenó que se plantaran en las rotondas para dar una señal natural de impacto e información visual a quienes acceden a la ciudad.
Las palmeras, en realidad, están ubicadas en grupos que desde lejos podrían parecer solo señales de alerta pero que al acercarse forman pequeños círculos naturales. Cornaglia explicó sobre este punto: "Las pusimos así para que visualmente desde lejos indique a los conductores que existía más adelante una rotonda. Fue una idea que tuve yo en ese momento, pero desconozco si existe en otro lugar".
Solo al oeste
Las palmeras solo existen en la actualidad en el acceso oeste. Del otro lado en la rotonda hoy se emplaza el monumento a San Francisco de Asís, pero en rigor de la verdad el proyecto sí las contemplaba, solo que una serie de decisiones de administraciones posteriores a la del exintendente Juan Ricardo Cornaglia cambiaron el paisaje diseñado en el '86.
"En la rotonda donde se unen Av. Caseros y Cervantes - frente al Paseo de la Memoria - se las reemplazó por un monumento que señalaba el acueducto Villa María-San Francisco. Tenía caños en distintas formas y una base trapezoidal que simulaba la obra que se había finalizado", especificó el arquitecto, quien mencionó que este hecho se llevó a cabo durante la gestión municipal de Jorge Luis Bucco en la década del 90.
Cabe agregar que posteriormente durante la intendencia de Hugo Madonna, el monumento fue reemplazado por el de San Francisco de Asís que se mantiene en la actualidad. El mismo fue obra del escultor fallecido Oscar Bolaño y finalizado por su hijo.
"Cuando eso es chiquito pocos se acuerdan de por qué la obra se hizo, pero ahora que están grandes, ya que pasaron más de 30 años, empiezan a llamar la atención", expresó Cornaglia.
Y esa fue su finalidad: que las palmeras sean un foco de atención y atracción para quienes conducen y acceden a la ciudad. No solo con carteles y educación vial se puede educar, también la naturaleza sirve. Algo que está a la vista.