Otra salud es posible: las experiencias de dos sanfrancisqueñs en Brasil y México
Las trabajadoras sociales Luciana Arias y Emilia Beltramo narraron sus experiencias vinculadas al trabajo social vinculado a la salud.
Este último viernes en la sede local del Colegio de Profesionales en Servicio Social de la provincia de Córdoba (Cpps), las licenciadas en trabajo social Luciana Arias y Emilia Beltramo relataron a sus pares las experiencias, vivencias y aprendizajes de las que fueron parte en el marco de las rotaciones profesionales que concretaron el año pasado en el final de sus residencias.
Arias, residente hasta el año pasado en el área de salud mental del hospital J. B Iturraspe eligió como destino la ciudad brasileña de Río de Janeiro, mientras que la experiencia de Beltramo vinculada a salud intercultural y a su residencia en el Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba, tuvo sede en la ciudad mexicana de San Cristóbal de las Casas en el estado de Chiapas.
La salud mental desde Brasil
Luciana Arias
Con el objetivo de entender como Brasil interviene y atiende la salud mental de su población, Arias realizo observaciones en dos centros de atención psicoscoial (Caps) de Río.
"El sistema de salud mental de Brasil tiene una lógica de trabajo muy diferente a la lógica manicomial nuestra. Acá hay una Ley de Salud Mental que hace poco tiempo se promulgó y se esta empezando a aplicar. Y ellos están mas avanzados en eso, 10 años. Y es una ley antimanicomial, de reforma, donde lo que se plantea es que no haya manicomios, por supuesto que de manera progresiva, donde lo que haya es dispositivos alternativos a eso", ilustra Arias.
"Una de las grandes diferencias que hay de la ley brasilera con respecto a la lógica manicomial, es que allá estos dispositivos alternativos tienen que ver con estos caps, que son centros en donde no hay internaciones, o las que hay son muy breves, y que la atención es multidisciplinar como terapistas ocupacionales, músico terapeutas, hay artistas. Mientras que acá la forma es el tratamiento psicofarmacológico, allá es la contención psicológica, y afectiva. Y se basan en una lógica de la reducción de daños para trabajar con las personas con consumo problemático de sustancias, donde no se habla de que van a ingresar al centro si no consumieron nada, se los va a aceptar igual, y una vez que estén ahí contenidos van a analizar como abordarlo con diferentes terapias, desde otra forma que es muy diferente a la que tenemos en Argentina", explica la trabajadora social.
La medicina intercultural en tierras zapatistas
Emilia Beltramo
"Yo fui a participar en un hospital que se llama Hospital de las Culturas, un hospital medico hegemónico que esta conectado con lo que ellos llaman hospital tradicional donde trabajaban parteras, médicos tradicionales, curanderos, chamanes. Vinculado a que la población indígena es tanta en Chiapas y a que muchas veces los indígenas no acudían al medico por diferencia culturales, la tasa de muerte materna era altísima en las comunidades y con este hospital la idea es que la gente pueda llegar al hospital, pueda ser atendido con sus prácticas, cuidados y demás, y si algo se complica pueda acceder a la medina hegemónica. Y viceversa: que aquellas, personas que estaban internadas con alguna intervención médico hegemónica si necesitaban un rezo o algún curandero o algún huesero tengan acceso y puedan complementarse las dos cosas. Algo que a mi me pareció súper novedoso, porque acá ni siquiera lo vemos como una necesidad", narra Beltramo que durante su residencia trabajo con la numerosa comunidad boliviana que residen Córdoba y acudía al Hospital de Niños de aquella ciudad y donde pudo empezar a pensar la salud desde una mirada intercultural, como otras culturas se cuidan, más allá de la salud médico hegemónica,
La necesidad de un estado y políticas públicas
"Es necesario que piense en estas policías como derechos, como algo publico, no exclusivo. En el caso de la salud mental se piensa como algo que hay que encerrar, tapar. Nosotros podemos hacer nuestro aporte y mostrar que hay otras formas posibles, y mucha capacidad profesional para hacerlo. Pero el estado tiene que respaldar ese modelo", responde Arias ante la consulta de la necesidad de un estado presente para poder pensar estos modelos, los de Brasil y México, como posibles en nuestro país.
"En México , el zapatismo demuestra que es posible dar una respuesta a eso sin tener un estado, sino hacerlo como comunidades organizadas. Pero si considero que es una respuesta que el estado tiene que dar porque le da una universalidad que las organizaciones sociales no pueden dar. Las organizaciones tiene el rol de demandar que esas problemáticas sean pensadas en forma de políticas publicas, pero no descansar en que el estado es la única solución porque sino no tendríamos nada, agrega para finalizar Beltramo.