Objetos chicos, peligro grande
La infancia es un período de exploración oral, en la cual ellos están muy expuestos a situaciones de asfixia, por ingesta de alimentos, incuidos los snacks, y objetos de uso cotidiano. Prevenir el problema; qué hacer ante la emergencia.
La asfixia es la cuarta causa principal de muertes no intencionales en niños menores de 5 años, de acuerdo con el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York; cada cinco días, al menos un niño muere por ahogarse con comida.
La tráquea, o vía respiratoria, de un niño pequeño tiene aproximadamente el ancho de un sorbete, y si la comida o un objeto pequeño son inhalados en lugar de ser tragados, estos pueden bloquear las vías respiratorias. Incluso cuando algo se traga y se aloja en la garganta o en el esófago del niño, esto puede comprimir la tráquea lo suficiente como para afectar la respiración. Luego de tan sólo cuatro minutos sin oxígeno, el cerebro de un niño puede sufrir daño permanente.
La comida es el factor principal en el 60% de los casos de asfixia pediátrica, según los centros para el control y la prevención de enfermedades. Cualquier alimento puede convertirse en un riesgo de asfixia. La Academia Estadounidense de Pediatría cita las salchichas, las carnes, los pescados con hueso, los cubos de queso, el pochoclo, las papas fritas, los pretzels, los caramelos duros, los chicles, los chupetines, las gomitas, los malvaviscos, las uvas, los vegetales crudos, los tomates cherry, las nueces, la mantequilla de maní (especialmente comida en cuchara o en pan) e incluso los cubos de hielo.
Un niño tampoco debería comer en un vehículo en movimiento. Si el conductor se detiene repentinamente o chocan el auto por detrás, el súbito movimiento puede hacer que el niño inhale la comida o la trague cuando aún no ha terminado de masticarla.
Muchos padres ahora saben que las uvas deben ser cortadas a la mitad en el caso de los niños pequeños, pero pocos se dan cuenta de que un pancho debería también cortarse en partes en el caso de los niños de hasta al menos 4 años (aún mejor, dejen los panchos fuera de la dieta, que nutricionalmente son muy cuestionables). Los padres deberían esperar a introducir la comida hecha puré hasta después de los 4 meses de edad, cuando las habilidades motrices para tragar ya están mejor desarrolladas. Siempre debemos supervisar las comidas y los snacks cuando los bebés y los niños se alimentan solos.
Pero casi un tercio de los casos de asfixia en niños son causados por objetos.
La sociedad pediátrica lista los siguientes entre los principales objetos más peligrosos: monedas, botones, canicas, pelotas pequeñas, globos desinflados, baterías de relojes, alhajas, tapas de lapiceras, ganchitos de hojas, provisiones para hacer manualidades, juguetes pequeños y partes desmontables de juguetes. Reacción inmediata Los juguetes y los juegos que son seguros para un hermano mayor quizá no lo sean para un hermano o una hermana menores. Siempre revise la caja y lea cuáles son las edades recomendadas y mantenga los juguetes para niños más grandes alejados de los niños más pequeños. Y aunque sea difícil de creer, algunos infantes se han ahogado con chupetes.
Es fundamental saber qué hacer si un niño parece estar ahogándose. Si el niño puede toser, hablar o llorar, la vía respiratoria no está completamente bloqueada. Pídale al niño que tosa y si con eso no logra expulsar el objeto, llame al 911. Los cuidadores y las niñeras deben siempre tener un celular a mano.
Si un bebé que se está ahogando puede emitir un sonido muy bajo o no emite sonido alguno, pídale a alguien que llame al servicio de emergencias médicas (si está solo, intente asistirlo durante dos minutos antes de llamar). Coloque al bebé cabeza abajo sobre su brazo, con la cabeza más inclinada que el pecho y sostenga la cabeza del bebé con su mano. Luego dele cinco golpes rápidos entre los omóplatos, con la base de la otra mano.
Si el objeto aún no es expulsado, ponga al bebé cabeza arriba, sobre una superficie firme y coloque dos dedos en el medio esternón, justo por debajo de los pezones, y dele cinco golpes rápidos. Repita esta secuencia hasta que el bebé comience a respirar o hasta que llegue la ayuda. Si no vuelve a respirar en pocos minutos, comience a practicarle RCP.
En el caso de un niño de más de 1 año que se está ahogando, párese o arrodíllese por detrás del niño y abrácelo. Cierre la mano en forma de puño y colóquela justo por encima del ombligo. Tome el puño con la otra mano y haga rápidos golpes hacia arriba. Repita hasta que el objeto sea expulsado o el niño comience a respirar.
Todo niño que haya requerido que se le practique un mecanismo de rescate por asfixia luego debe ser revisado por un médico.
La práctica de RCP en los más pequeños
Un bebé o un niño que no puede respirar y pierde la conciencia -ya sea por asfixia, un accidente o cualquier otra razón- necesitará una versión de reanimación cardiopulmonar (RCP) adaptada a los más pequeños. Si está solo, practique RCP durante dos minutos antes de llamar a la ambulancia.
Coloque al infante boca arriba sobre una superficie firme. Coloque dos o tres dedos en el centro del pecho del bebé, justo por debajo del nivel de los pezones. Practique 30 suaves compresiones sobre el pecho, a razón de al menos 100 por minuto. Cada una debería hundir el pecho alrededor de 4cm.
Luego, incline la cabeza del bebé levantándole el mentón; cubra la nariz del bebé y practíquele respiración boca a boca, dándole dos respiraciones suaves, cada una durante un segundo. Observe si el pecho se infla con cada respiración.
Repita esta secuencia hasta que el bebé comience a respirar o llegue la ayuda. Para un niño mayor que está inconsciente, coloque la base de una de sus manos sobre el esternón, justo por debajo del nivel de los pezones.
Realice 30 compresiones sobre el pecho, fuertes y rápidas, hundiendo el pecho alrededor de 5cm con cada compresión.
Luego, levántele el mentón con una mano, colóquele la otra mano sobre la frente, inclínele la cabeza hacia atrás y coloque su boca sobre la del niño. Dele dos respiraciones, cada una durante un segundo, para lograr que se infle el pecho y este se eleve.
Repita esta secuencia hasta que el niño comience a respirar o llegue la ayuda.