Obesidad infantil: Una epidemia no declarada
La anemia, la baja talla, las inadecuaciones alimentarias, el sobrepeso y la obesidad constituyen los problemas nutricionales más relevantes en niños menores de 5 años.
De nuestra redacción
De acuerdo a un informe de la Organización Panamericana de la Salud, la obesidad infantil en la región es uno de los principales problemas sanitarios, con la Argentina como líder en la materia, al menos en los últimos años. De acuerdo al Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la citada entidad multilateral que se confeccionó junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 1 de cada 10 niños menores de 5 años padecen esta enfermedad en nuestro país.
En tanto, la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo mostró que entre 2005 y 2013 la obesidad en los adultos aumentó más de un 40%, probablemente coincidiendo con un cambio tanto en la alimentación como en los hábitos.
En este marco los resultados de la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud realizadas por el Ministerio de Salud de la Nación, evidencian que la anemia, la baja talla, las inadecuaciones alimentarias, el sobrepeso y la obesidad constituyen los problemas nutricionales más relevantes en niños menores de 5 años.
Algunos otros datos que ilustran una situación preocupante son: 53.4 % presentaron exceso de peso (35.4% sobrepeso y 18% obesidad). Un 25.3% siempre utiliza sal, solamente 4.8% consumen al menos 5 porciones semanales de frutas y verduras y el 54.9% refirió realizar un bajo nivel de actividad física.
Vale señalar que el crecimiento de esta enfermedad en los niños ha sido exponencial y se está convirtiendo en una verdadera epidemia. Basta recordar que en 2005 el porcentaje de niños con problemas era del 14,5%. El exponencial crecimiento de la obesidad en los menores de edad refleja cambios culturales profundos y enciende todas las alarmas. O al menos debería hacerlo.
En este contexto, la irrupción de la vida tecnológica ha generado conductas pasivas que se mantienen a lo largo de los años. Con ello han llegado cambios alimentarios de magnitud, dominados por la necesidad de satisfacer rápidamente las necesidades puesto que el ritmo de vida así lo determina. El auge de las comidas rápidas en el mundo es sin dudas una de las situaciones más vinculadas con el problema del peso en los niños.
La epidemia de obesidad infantil no ha sido declarada públicamente. Pero se verifica a diario en la realidad. Las estadísticas nacionales e internacionales, así como los estudios médicos públicos o privados así lo atestiguan. Ante ello, se imponen la promoción de hábitos saludables desde la más temprana edad, la capacitación a los padres, la asistencia a los grupos más vulnerables y el trabajo en las escuelas. Y, al mismo tiempo, el acuerdo entre las principales empresas alimenticias en el país para modificar patrones publicitarios que promueven conductas pasivas, entre otros elementos nocivos.
Los esfuerzos de escuelas con sus kioscos saludables, por ejemplo, no alcanzan. Los números reflejan el incremento notable de la incidencia de la obesidad en las nuevas generaciones. Ante ello, las respuestas sanitarias deben ser enérgicas.