Nuestras bomberas
En el marco del Día Nacional del Bomberos Voluntario, 12 mujeres sanfrancisqueñas prestaron juramento y pasaron a formar parte del cuerpo activo, en una ceremonia de honda significación, tanto para la historia de la institución de avenida Garibaldi como para la reivindicación de la tarea de la mujer en la sociedad.
En el marco del Día Nacional del Bomberos Voluntario, 12 mujeres
sanfrancisqueñas prestaron juramento y pasaron a formar parte del cuerpo
activo, en una ceremonia de honda significación, tanto para la historia de la
institución de avenida Garibaldi como para la reivindicación de la tarea de la
mujer en la sociedad.
Se trató, por cierto, de uno de los momentos más emocionantes de los últimos años en una institución que se caracteriza por enaltecer la sociedad sanfrancisqueña y es referente de ética, solidaridad e hidalguía para todos los sanfrancisqueños. Es que a partir de la condición de voluntarios, los bomberos -y las bomberas a partir de ahora- sacan a relucir lo mejor del ser humano. A ello le adosan una capacitación exigente para que sea efectiva la atención del semejante en situaciones de emergencia.
En el país ya son más de 8 mil las mujeres que desempeñan tareas dentro del Servicio Nacional de Bomberos Voluntarios. Esta realidad es producto de la toma de conciencia sobre la necesidad de una igualdad de oportunidades que se materializó con la creación del Programa de Género del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios, hace ya una década, desarrollado conjuntamente el Consejo Nacional y la Fundación Bomberos de Argentina.
El proceso ha sido largo. Nada ha sido fácil para las mujeres en nuestras sociedades. Hubo que derribar barreras, prejuicios que aún tienen adeptos numerosos. Pero como en tantos otros ámbitos, cuando se tiene una vocación férrea y convincente, no hay obstáculos. Mucho menos si se pretende alcanzar la posibilidad de ser bombera voluntaria. Es así que el cuartel hoy ya tiene a una docena de mujeres que le pondrán una nueva impronta. Por su condición femenina que permitirá observar desde otro costado los distintos desafíos de los voluntarios. Y por su capacidad técnica debidamente acreditada.
Días atrás se publicó en estas páginas la declaración del herido en un accidente fatal ocurrido en la curva de Quebracho Herrado. La expresó en ocasión de la visita que le realizó uno de los bomberos voluntarios, quien durante todo el operativo de rescate se dedicó a calmarlo y a asegurarle que iba a salir con vida de la extrema situación que estaba viviendo. Su relato ayuda a contextualizar como pocas veces la tarea sensacional de los bomberos: no solo trabajan para aliviar el dolor con maquinarias o líneas de agua; también lo hacen imbuidos de un profundo sentimiento de compasión hacia el que sufre, lo que les permite acompañar a la víctima, insuflarle ánimo y encenderle la esperanza.
La presencia permanente de en el cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ivana Brunetto, Denise Bruna, Carolina Valdemarín, Cintia Gallo, Pamela Robledo, Julieta Brarda, Stefani Gutiérrez, Melisa Dezzi, Marlene Von Durin, Micaela Ludueña, Rocío Ferreyra y Dalma Dosanto, es un hecho trascendente. Son, desde ahora, nuestras bomberas voluntarias, con toda la carga simbólica que encierra este suceso tan grato.