“No puedo creer que con mis manos pude salvar una vida”
Germán Vélez le hizo la maniobra de Heimlich a un niño que se tragó un anillo y lo salvó. Ocurrió durante el fin de semana.
Germán Ariel Vélez nunca pensó que conocer una simple maniobra aprendida en un curso de RCP y primeros auxilios, le iba a permitir salvar la vida de un niño de unos 6 años.
El domingo pasado, mientras miraba un partido de la Liga Regional de Fútbol en el predio de Sportivo Belgrano, en barrio San Cayetano, observó una situación desesperante cuando la madre de un niño, que se había tragado un anillo, pedía a gritos ayuda.
Sin dudarlo bajó de la tribuna, alcanzó al pequeño y le aplicó la maniobra de Heimlich, la cual había recientemente aprendido en un curso dictado por Cruz Verde en la empresa Macoser donde trabaja. Así logró que el pequeño expulsara el anillo y volviera a respirar.
"No puedo creer que con mis manos pude salvar una vida. Todavía me sorprendo por lo que hice, me sentí muy bien, yo hice lo que había que hacer", sostuvo Germán aún conmocionado en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
El joven remarcó la importancia de que todos nos capacitemos en maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y de Heimlich para casos de atragantamiento.
"Es muy importante hacer estos cursos, muchas veces escuchamos que se hacen pero no vamos, no prestamos atención y es fundamental, ahora me doy cuenta", dijo Germán.
Vélez recordó que en su caso el curso se dictó en su lugar de trabajo. "Estoy muy agradecido con la empresa Macoser por darme la posibilidad de hacer el curso, recomiendo a todos que lo hagan porque es muy importante. Uno dice que nunca va a pasar, pero cuando pasa hay que estar listo. Sería bueno que todas las empresas se preocupen para que sus empleados hagan ese curso. Sirvió y para mucho porque pude ayudar a ese niño", destacó.
Germán agregó que fue la primera vez que hizo un curso de estas características, "si esto me hubiera pasado unos meses antes no sé si podría haber ayudado", reflexionó.
Aplicar lo aprendido
"No pensé en ese momento, vi que el nene no podía respirar y apliqué lo aprendido, la maniobra de Heimlich. Al nene le faltaba el aire, le decía algo a su mamá que estaba desesperada y le hacía fricciones en el pecho, entonces bajé a ayudarlos. La mamá me dijo que se había tragado un anillo después de querérselo sacar con la boca", comentó.
Dijo que en ese momento no dudó. "Empecé a hacer presión con las palmas de mis manos en su panza y lo hice hasta que expulsó el anillo, a la tercera o cuarta maniobra salió. La mamá me agradeció mucho en ese momento".
Germán aseguró que en el apuro no pudo saber el nombre del pequeño que salvó, pero se siente muy feliz. "Sé que está bien y que pudo despedir el anillo que lo ahogaba", finalizó.
Qué es la maniobra de Heimlich
La maniobra de Heimlich, llamada compresión abdominal es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto. Es una técnica efectiva para salvar vidas en caso de asfixia por atragantamiento.
Esta se aplica de manera diferente en los adultos y en los niños. Fue descrita por primera vez por el doctor Henry Heimlich, en 1974. En principio se aplicó sobre quienes presentaban ahogamientos o ataques de asma. En la actualidad se recomienda su uso solamente en casos de obstrucción grave de la vía aérea, lo que se reconoce porque la persona no puede emitir ningún sonido o ruido.
Cuando alguien tiene un objeto atorado en sus vías respiratorias, la circulación del aire se corta. Por lo tanto, el oxígeno no puede llegar a los pulmones, ni al cerebro. Si esto se prolonga por más de 4 minutos puede originar daño cerebral o la muerte. Por eso es muy importante conocer de qué se trata.