Nélida recibió los 100 años rodeada de amor
Esta vecina de barrio Catedral nació prácticamente con nuestro diario. Un siglo de anécdotas y vivencias compartidas. Asegura que la clave de una vida longeva está en "portarse muy, pero muy bien".
Este Viernes Santo fue especial en la casa de Nélida María Priotto de Panero, en barrio Catedral, porque además de la bagna cauda en familia, la mujer cumplió 100 años rodeada de todos su familia , que ya abarca cuatro generaciones.
La señora que cumplió un siglo de vida este viernes, nació en Josefina y a los 13 años migró junto a sus padres y sus cinco hermanos a nuestra ciudad. Nació prácticamente con LA VOZ DE SAN JUSTO, diario que "nunca" dejó de leer para "saber lo que pasa en mi ciudad".
"Siempre cosí, le hacía las bombachitas y las camisetas para dormir a mis hijas. Pero al vestido de novia no me lo hice yo, porque a lo mejor me traía mala suerte trabajar tanto", cuenta Nélida entre risas y mientras mira una foto de la noche que contrajo matrimonio cuando tenía 28 años.
Fue la costura su gran pasión y también su forma de ayudar en la economía del hogar.
Mientras sus nietos la miran hablar y rememorar historias, sus bisnietos corrían y jugaban por toda la casa.
Dice Nélida que era una habitué de los bailes que se realizaban los sábados a la noche en el Sport Automóvil Club. Fue allí, justamente, donde conoció a su Sebastián Luis Panero. Esa noche, mientras Nélida bailaba los tangos y los vals que la orquesta hacía sonar, la lluvia sorprendió a los presentes. Fue entonces cuando la mujer buscó un techo donde ponerse a reparo del agua. La casualidad, el destino, la suerte... quiso que también allí, decidiera protegerse Sebastián, que luego de un tiempo se convertiría en su esposo con el que tendría a sus hijas Ana María y Cristina, y con el que estaría casada durante 42 años, hasta el fallecimiento del hombre.
Nélida sigue teniendo una vitalidad ejemplar y una sentido del humor maravilloso. Agradece a su tía María que haya evitado que su mamá le pusiera Pascualina de nombre, "¡menos mal!", dice entre risas, y asegura que la clave para llegar al siglo de vida es "portarse muy, pero muy bien".