Michael Phelps por Andrés González: El orgullo de nadar con tiburones
En los Juegos Olímpicos de Beijing (Pekín, China) 2008, el nadador estadounidense Michael Phelps logró la hazaña de conseguir ocho medallas de oro en una sola edición de la cita deportiva, récord absoluto a nivel mundial. A su lado, escribiendo su propia historia, estaba el sanfrancisqueño Andrés González, compitiendo pero sin dejar de admirar al "Tiburón de Baltimore", que hoy es considerado por muchos como el mejor deportista olímpico de todos los tiempos.
Por Manuel Montali | LVSJ
Es sábado al mediodía en el Sport Automóvil Club. La pileta olímpica está ocupada en gran parte por padres que llevan a sus niños a aprender a nadar. Andrés González se sitúa en la cabecera, como preparándose para iniciar una nueva carrera, y no falta quien se acerca a saludarlo y a recordar sus inicios en esa misma pileta. Porque el joven nacido un 25 de marzo de 1989 en nuestra ciudad, hoy radicado en Córdoba, tuvo su bautismo "de agua" allí mismo, siendo tan niño que ni siquiera lo recuerda.
"El Sport es mi casa desde que tengo uso de conciencia. Desde los tres o cuatro años que vengo acá. Siempre frecuenté este club con toda mi familia, somos de tradición de acá, así que es como mi segunda casa", comentó.
Su primer chapuzón fue en la colonia de vacaciones. Aprendió a nadar por seguridad y por placer, y entre los ocho y nueve años lo "picó el bicho" de la competencia: "Me enganchó y me gustó esto. Me invitaron a participar y nadar, y lo demás es historia".
Madrugar para entrenar, seguir los rigores de un atleta profesional siendo joven, para Andrés, no fue ningún trauma: "No lo sentí nunca como un sacrificio o desgaste, primero porque fue todo progresivo. Cuando arranqué a nadar estaba en cuarto grado, aproximadamente, y venía al club dos veces por semana. En quinto grado venía tres, y así sucesivamente, hasta que a partir de los catorce años empecé con una práctica más profesional".
Terminado el secundario, en el verano de 2006, tras obtener el campeonato sudamericano juvenil con Aníbal Gaviglio como entrenador, barajando opciones y analizando cuáles eran los mejores pasos para su prometedora carrera deportiva, este último le sugiere continuar su formación en Córdoba. "Como buen alumno, le hice caso", recordó González.
El año 2007 fue muy bueno para el nadador sanfrancisqueño. La federación internacional de natación hizo el fixture con todos los torneos válidos para alcanzar la marca mínima para competir en los juegos olímpicos del año siguiente. Andrés superó esa marca en cuatro oportunidades: la primera, en el campeonato argentino de 2007 en Mar Del Plata. La ratificó en el campeonato sudamericano de San Pablo, Brasil, consagrándose campeón sudamericano absoluto en la prueba de 200 metros mariposa (su especialidad), así como también en la copa latina de San Marino (Europa) y finalmente en Chile.
Para él, llegar a los juegos de 2008, "fue el resultado de un proceso de muchos años y mucho entrenamiento". Andrés fue el mejor nadador argentino clasificado, incluyendo marca récord a nivel nacional (que sigue vigente en la actualidad), por lo que fue distinguido con el premio "San Francisco de Asís de Oro" en nuestra ciudad (ya había ganado el galardón en 2004) y con el "Clarín Deportes" como el mejor nadador del año, por encima por ejemplo de figuras como José Meolans.
Fue el único sanfrancisqueño en los juegos de Beijing y el quinto en haber ido a una cita olímpica. Allí se encontró con "El tiburón de Baltimore".
Phelps dejó una marca difícil de superar en juegos olímpicos y hoy es considerado por muchos como el mejor atleta de todos los tiempos
Uno más entre los mejores del mundo
Phelps nació en Baltimore, Maryland, el 30 de junio de 1985. Con 15 años recién cumplidos fue el nadador norteamericano más joven en integrar el seleccionado de su país en un juego olímpico, Sidney 2000, donde no obtuvo medallas. Cuatro años más tarde se alzó con seis preseas doradas en Atenas. El récord de su compatriota Mark Spitz, con siete medallas de oro en Múnich 1972, quedaba a tiro.
"Se veía que iba en camino a ser una leyenda. Era previsible que en 2008 lograra lo que efectivamente consiguió", manifestó González.
Para el nacido en nuestra ciudad, "ir a un juego olímpico es una experiencia muy linda, muy grata. Fue increíble estar con figuras de la talla de Lionel Messi y Sergio Agüero, para los que gustan más del fútbol, que en esos juegos obtuvieron medalla de oro. También estar con Emanuel Ginóbili, Kobe Bryant, Rafael Nadal y Roger Federer. En mi caso particular, como mi deporte favorito es la natación, me impactó la presencia de Michael".
La destacada trayectoria de González,
inmortalizada en las páginas de LA VOZ DE SAN JUSTO
Para Andrés, el norteamericano marcaba diferencia por un talento "descomunal" al estilo de Cristiano Ronaldo, el mismo Messi y Diego Maradona. "A eso le sumaba una fortaleza y voluntad a toda prueba. He visto entrenamientos de él y documentales sobre su trabajo un mínimo de siete horas durante los 365 días del año, hecho con una competitividad muy agresiva y un sentido de determinación muy grande", afirmó.
Andrés se presentó en su serie el 11 de agosto y finalizó tercero en la misma. Pero si la cita olímpica no bastaba, al año siguiente volvieron a verse las caras con Phelps en el Mundial de Roma (Italia), ya compitiendo como pares en la misma serie. Ningún nadador argentino lo tuvo frente a frente como González, que fue además el abanderado de la delegación nacional.
"En el campeonato mundial de Roma tuve la suerte de integrar la misma serie con Michael, incluyendo otros personajes de talla mundial. La verdad es que fue diferente en esta ocasión, porque estar en la precompetencia, como se le dice cuando estamos todos alineados esperando el llamado para salir a competir, parado junto a Michael Phelps, fue una situación maravillosa que nunca pensé que se me iba a dar", confesó.
¿Qué le generó al atleta sanfrancisqueño medirse con su ídolo? "Por supuesto que Michael es todo lo que representa. Impone su respeto, aparte mide dos metros... Pero a la hora de competir somos todos iguales: cuando nos subimos al cubo y suena la chicharra, no importan los récords, la cantidad de medallas y carreras ganadas. Somos todos iguales y es tan simple como, el que hace el menor tiempo, gana".
Como buen profesional, al finalizar esa carrera, González recuerda incluso que se acercó a saludar a Phelps y felicitarlo por su victoria y trayectoria. Ambos siguieron luego escribiendo su propia historia, aunque ya no volverían a competir frente a frente.
El regreso al "semillero"
González continuó marcando hitos, incluyendo participación en juegos panamericanos 2011 en México, compartiendo delegación con los coterráneos Daniel Felizia y Maximiliano Almada, hasta que decidió alejarse de la competencia profesional en 2014, después de varios años de entrenamiento profesional y arrastrando algunas lesiones como consecuencia de la máxima exigencia, guardándose desde 2007 hasta hoy el récord absoluto a nivel nacional en los 200 metros estilo mariposa.
Phelps siguió ampliando su leyenda en los juegos olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, donde se colgó tantas nuevas preseas que ya no le entrarían en el cuello, redondeando un total de 28 medallas (23 de oro) en todas sus participaciones, cifra récord para todo atleta.
El nadador local, analizando la trayectoria del norteamericano, expresó: "Los récords siempre están para romperse y él desde muy pequeño dijo que quería romper el récord de las siete medallas de oro de Mark Spitz en el '72 en Alemania, y lo logró con creces. Incluso su medallero es superior al de un sinfín de países. Creo que era lo que él buscaba".
Entre sus satisfacciones personales, más allá de haber competido con este atleta descomunal, Andrés dijo que destaca "la posibilidad de viajar que me dio la natación. Pude conocer veintidós países y viví seis meses en Estados Unidos, algo que sin la natación no hubiera sido posible. Conocer y vivir el mundo desde otra perspectiva, conocer otras culturas, comer otras comidas, me gustó mucho. La natación, si bien es un deporte individual, genera asimismo amistades. El ambiente siempre es bueno, de mucha camaradería, incluso al día de hoy me sigo hablando con amigos que están en Estados Unidos, Alemania también".
Mirando la pileta del Sport, viendo a los niños que dan sus primeras brazadas, el deportista local no pudo evitar la nostalgia: "Acercarme a la pileta me genera sentimientos de volver, me hacer recordar viejas épocas. La paso muy bien cuando estoy acá, con la pile y mis afectos".
Esa pileta, el Sport, sigue siendo un semillero de nuevos talentos. A modo de conclusión, González afirmó: "Lo importante es saber que, si se quiere, se puede. Los límites están en la cabeza propia. Hoy en día, con las cuestiones tecnológicas, implementos y avances, el mundo es cada vez más chico. Entonces se termina nivelando la balanza a la hora de planificar entrenamientos, ver técnicas, videos y materiales que en mi época, sin ser muy viejo, no existían. Creo que el límite está en las ganas y cabeza de cada uno, y está en uno el querer llegar de acuerdo al sacrificio y voluntad que se tenga".